14. Gladioli

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"Podemos esperar"

"O mudarnos aquí, es tranquilo"

"Ninguno habla francés"

"Gimes como francés, al menos ya llevamos algo" -El mayor recibió un golpe en el brazo por parte de su ahora esposo, y sonrió ligeramente divertido-.

"¿Cómo demonios sabes cómo gime un francés?"

"Carlo me dijo"

"Te juro que no fui yo, Massimo" -Carlo miró con cierta expresión asustada al platinado, y después a su novio, Lorenzo sonrió divertido-. "Francesco era un perro antes de conocerte"

"Cállate" -El más alto empujó a su mejor amigo antes de dejar un beso en la mejilla de su pareja-. "Mejor vámonos sole, no quiero que te llene la cabeza de mentiras"

Mu Qing solo rodó los ojos pero no dijo nada más.





El mayor gruñó bajo mirándole preocupado.

"¿Qué tienes?"

"¿Yo?" -Mu Qing rodó los ojos después de escucharle-. "Tu eres el que está extraño, idiota"

"Se honesto conmigo, te conozco lo suficiente para saber que algo traes en la cabeza"

Era el día de año nuevo, y los dos terminaban de vestirse para cenar fuera junto a sus amigos, y el primo del mayor de Feng Xin, tenían dos días desde que se habían casado, y aunque el mayor tiempo se la pasaron explorando París, el otro tanto se la pasaban el su habitación, sorprendentemente, casi no habían tenido sexo, se la pasaron abrazados, o conversando, Feng Xin no estaba seguro si el platinado estaba del todo cómodo, lo sentía algo tenso, incluso solo cuando lo abrazaba, no sabía que había hecho mal, o si era su culpa, pero le preocupada su pareja.

"Feng Xin"

"En mis votos ayudados por Carlo lo prometí, sea lo que sea, lo pasaremos juntos, Mu Qing, sole, mírame" -El platinado giró su rostro hacia este, prácticamente obligado, Feng Xin sostenía sus frías manos entre las suyas, y lo atraía a él, el menor terminó a horcajadas sobre él, algo tembloroso bajo el suave tacto del castaño-.

"¿Sea lo que sea?"

"Moriría por ti sole"

"Feng Xin" -El platinado se abrazó a su cuello preocupando más al mayor, incluso sintió una molesta opresión en el pecho cuando lo escuchó llorar, algo en el se desmoronó con el llanto de su pareja, este era lastimero, rasgaba su garganta sin gritar, y el corazón del pelinegro se rompía cada que lo escuchaba. Pero, lo dejó desahogarse, lo abrazó por la cintura, Mu Qing sintió un ligero alivio al sentir el apoyo del más alto, pero aún así, tardó un rato en calmarse-. "¿Prometes no dejarme?"

"Lo prometo, pero habla, que me estás asustando" -El platinado se separó limpiando su rostro con la manga de su suéter tejido, y trató de respirar de nuevo antes de confesarle por lo que había pasado-.

Pese a los tartamudeos, Feng Xin entendió a la perfección a que se refería.

Mu Qing tardó cerca de diez minutos en poder confesarle aquello que llevaba días consumiéndolo, como pudo dijo las palabras que hicieron despertar una nueva sensación en el mayor. Jamás creyó poder odiar tanto a alguien como estaba odiando en ese momento.

Y juraba por dios que mataría de la manera más miserable y terrible que pudiera al idiota hijo de perra de Pazzo La Porta.

"No fue tu culpa, amore, no, no pienses eso, mírame" -Feng Xin no rompió el contacto visual, y soltó un pesado suspiro-. "Vas a vengarte, te lo prometo, estás a salvo conmigo, siempre estarás a salvo conmigo"

SAVAGES (𝐅𝐞𝐧𝐠𝐪𝐢𝐧𝐠)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora