11. Margherita

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"No quiero ir" -Mu Qing susurró desde el pecho de su novio, que pasaba delicadamente sus dedos por su desnuda espalda-.

"Lorenzo va a matarte si no vas" -Los dos sabían que ni siquiera podrían dedicarse una mirada durante la fiesta, menos con su padre sospechando, aún así, sonrió muy ligeramente mientras delineaba con su índice la perfecta marcada mandíbula del castaño.

"Te compré unos aretes" -Feng Xin sonrió ladino, en serio no quería hacer el comentario, pero no pudo evitar hacerlo mientras le veía de reojo-.

"Oh, creí que con tus piernas era suficiente" -Y tampoco pudo evitar sonreír, Mu Qing en cambio, después de empujarlo, comenzó a sonrojarse de poco en poco, y no tardó en rodar los ojos-. "Ya lo siento, ¿puedo verlos?"

El platinado se recostó junto a él, bajo la atenta mirada de este, y antes de que sacara realmente los aretes de su pantalón, elevó las piernas, haciendo al mayor, soltar una divertida carcajada que lo hizo sonreír.

Era muy temprano, apenas darían las siete de la mañana, pero sabían que no podrían verse en el día, al menos tenían hasta el medio día para estar juntos.

Después de que le entregara los aretes de oro blanco y algo largos, el mayor admiró estos durante unos momentos, antes de tomarlo por la cintura y acercarlo a iniciar un lento beso.

"Amore, en realidad, Carlo y yo decidimos algo"

"¿Iniciar una relación y dejarnos a mi y a Lorenzo?" -Feng Xin negó divertido-.

"Quería que fuera una sorpresa pero los aretes, son preciosos, gracias, así que te diré"

"Me siento como tu sugar daddy en estos momentos"

"Un sugar daddy que prefiere morder la almohada" -El menor lo empujó rodando los ojos y acomodándose de mejor manera sobre él-. "Ya, hoy iremos de disfraces, ¿no?"

"Ni siquiera lo menciones, Lorenzo y yo iremos a juego"

"Lo sé" -Feng Xin sonrió-. "Carlo y yo nos disfrazaremos igual, así podemos estar juntos toda la noche"

El platinado lo miró sorprendido, y aunque quería abrazarlo y felicitarlo porque era una buena idea, en cambio, elevó una ceja sonriendo.

"¿Van a disfrazarse de idiotas?" -Feng Xin frunció el ceño, y sin dejarlo responder invirtió los papeles colocándolo debajo-.

"Te odio"

"Yo más" -El menor habló tranquilo admirando a su amado con la poca luz que entraba por la ventana debido al amanecer, y subiendo sus manos a sus hombros, reposando una ahí, y la otra, tirando ligeramente de su cabello-. "Mucho"

Feng Xin no respondió verbalmente, y después de sonreír, comenzó a besarlo sin prisa alguna.

Varias horas después, el platinado suspiraba cansado, y se tiraba sobre la cama de Lorenzo.

"Es inútil, no vas a poder taparlo, cerise"

"Ah, cállate, bambi, ¿porqué no me detuviste para escoger otro disfraz?"

"Porque dijiste, "¿si tengo este cuerpo, porque no disfrazarme de un dios?" Y escogiste uno egipcio para usar la menor ropa posible"

"Debo de admitir que Seth, el dios de la guerra, era una buena idea hasta hace un momento"

"Aún quiero golpearte por obligarme a usar esto"

"Oh, vamos, ahora eres mi sobrino, Horus" -El mayor se subió a horcajadas sobre él mientras Mu Qing lo veía con asco fingido-. "¿Sabias que en algunas versiones ellos dos tuvieron un hijo?"

SAVAGES (𝐅𝐞𝐧𝐠𝐪𝐢𝐧𝐠)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora