8. Gigli

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-¿Entonces irán tú y tu hermano? -Lorenzo le preguntó a Stella, mientras sostenía sus bolsas de compras, y ella asintió-. Por supuesto, Alessandro jamás se perdería algo así

-¿Por qué la pregunta? -Lorenzo solo elevó los hombros hacia Abigaíl cuando la escuchó, y miró de reojo a Carlo, el castaño sabía que el hermano de Feng Xin también iría a la fiesta-.

Y aquí venían los problemas más grandes.

Santino Bernardi, y Alessandro La Porta se conocían, incluso si habían olvidado el rostro del otro, se habían visto esa mañana en la junta. Eso significaba que si Francesco y Massimo se llegaban a acercar frente a sus hermanos, estos no dudarían en iniciar la tercera guerra mundial.

Las chicas entraron a una boutique de maquillaje mientras ellos dos esperaban afuera, y se sentaban junto a una fuente del centro comercial.

-¿Qué demonios vamos a hacer?

-¿Llorar?

-Pensé en romperle una pierna a Massimo, pero va a romperme una después -Carlo sonrió ligeramente-.

Su relación había mejorado mucho. Ellos dos no se agradaban anteriormente por sus mejores amigos, conocían la relación entre los La Porta y los Bernardi, y el exagerado odio entre familias, eran conscientes que si Francesco iba a un evento, Massimo no iba, o viceversa, incluso a veces le decían al otro al respecto para que no fueran.

Por eso mismo, ambos se preguntaban en que jodido momento los dos fueron a la fiesta de la idiota de Laeticia que en ese momento se probaba un vestido morado, esperando impresionar a Francesco.

Aunque, los dos debían de admitir, que convivir entre ellos era reconfortante, y que incluso tenían cosas en común, además de querer proteger a su mejor amigo a toda costa.

Ahora, incluso salían entre ellos, y convivían sin sentirse obligados, de hecho, la idea de salir a la Fontana di Trevi fue de Carlo, que al primero en decirle fue a Lorenzo, ya después se les ocurrió invitar a las adolescentes.

-Tenemos que pensar en un plan

-¿Y si ya es tiempo de que sepan la verdad? -Lorenzo miró de golpe a Carlo, con el ceño ligeramente fruncido-. Están cada vez más enamorados, si se enteran después, no creo que logren superarlo

-Habíamos quedado en decirles al final del verano -El pelirrojo miró a su acompañante con ojos de cachorro, y a este no le quedó más que suspirar-.

-Está bien, pero tenemos que pensar en algo para obligarlos a irse de la fiesta, o distraer a sus hermanos

Lorenzo sonrió grande mientras asentía, y Carlo sintió un ligero calor en sus mejillas, al parecer comenzaba a sonrojarse.

-¿Seguro que quieres ir? -Feng Xin preguntó después de que volvieran de su recorrido juntos, y aunque realmente Mu Qing no estaba convencido, asintió, haciendo sonreír a su acompañante-. Genial, ¿quieres que pase por ti?

-No, iré con mis hermanos, nos vemos allá -Feng Xin asintió, de todas formas, él también iría con su hermano-.

Mu Qing miró hacia los lados, y después de asegurarse que nadie más los estuviera viendo, plantó un largo beso en su mejilla, haciendo sonreír grande al más alto.

-Deja de sonreír así, luces estúpido -El mayor frunció el ceño, y antes de que el platinado pudiera separarse, Feng Xin lo atrajo hacia él, iniciando un lento beso, que terminó con el castaño dejando uno corto sobre su frente-.

-¿Quién luce estúpido ahora? -Y sin que le diera tiempo de responder, el castaño comenzó a caminar en dirección a su hotel, Mu Qing solo pudo rodar los ojos mientras caminaba hacia el suyo, lo golpearía en la noche, sin falta-.

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