9. Lantana

522 69 53
                                    

Había pasado un mes desde su visita a Roma, y Carlo y Lorenzo, acompañaban a Feng Xin y a Mu Qing a su última cita del verano.

Había sido un mes de citas secretas, del otro lado de la isla, e incluso en la madrugada, ninguno había dicho nada, y aunque aún existía ese estrés de que los descubrieran, o que su novio descubriera su identidad (que en realidad, los únicos que no sabían que ya lo sabían eran ellos mismos), eran felices, simplemente viendo a su acompañante.

Los cuatro volverían de sus vacaciones, y Lorenzo se quedaba esta vez en Sicilia, al menos un año escolar, quería estar cerca del platinado por si algo no salía como el menor lo esperaba.

Feng Xin recién había empujado al platinado casi tirándolo, y recibiendo un golpe en respuesta por su novio.

Una pelea segura, sí, y que sus dos mejores amigos veían, preguntándose como es que eran novios.

La pelea terminó cuando Mu Qing sonrió después de que su labio comenzaba a sangrar por el golpe del mayor, y que en respuesta, le plantó una patada en sus partes delicadas tirándolo de rodillas.

"Si él nos gusta a los dos, ¿por qué lo pateaste?" -Mu Qing se sonrojó por la respuesta, y después de rodar los ojos, se acercó a besar su mejilla y ayudarlo a ponerse de pie-.

"Podemos posponer la pelea" -El castaño sonrió asintiendo, mientras los dos se sentaban en la tibia arena, admirando la caída del sol, y a la Luna comenzar a elevarse sin pena alguna-.

"Voy a extrañar esto"

"¿O sea a mi?" -Feng Xin frunció ligeramente el ceño después de escucharle, y admiró su delicada sonrisa antes de que el menor suspirara-. "Yo también"

"Mu Qing" -El platinado giró a verle cuando este le llamó-. "Si dices alguna estupidez, vamos a pelear de nuevo, ¿está bien?" -El menor rodó los ojos antes de asentir-. "Te amo"

El platinado lo miró sorprendido, en realidad, se quedó sin palabra alguna durante unos segundos, y comenzó a sonrojarse mientras parpadeaba repetidas veces, Feng Xin sonrió, y aunque Mu Qing frunció el ceño, se acercó a él, dejando un largo beso en su mejilla.

Aunque Mu Qing no lo admitiera, la simple idea de que el castaño lo dijera primero le quitaba un peso de encima, y lo agradecía, todo dentro de él se removió metafóricamente, y una linda sensación lo invadió por completo, así que, sería honesto con el mayor con respecto a como se sentía, después de un suspiro, habló.

"También te amo" -El platinado susurró sobre su oído antes de morder ligeramente el lóbulo de este, y separarse con una ligera sonrisa coqueta-. "Pero si dices que lo dije, te dejo"

Fue turno del mayor sonreír, antes de abrazarlo por la cintura, y tirarse con él sobre la arena para iniciar un largo beso.

Feng Xin al ver distraídos a sus amigos, tomó la mano de su novio, y se escabulló hacia su auto.

Está demás decir que ocurrió en el auto del castaño.

La noche terminó para ambos, cuando después de vestirse, y volver a la playa, sus enojados amigos ya les esperaban para irse, y muy a pesar de ambos, tenían que separarse.

Aún no habían establecido como se verían con la universidad iniciada, pero, mientras se recuperaban de su orgasmo en el auto del mayor, los dos llegaron a la conclusión que lo resolverían, al menos, para verse una vez a la semana, los dos sabían que sería peligroso llamarlo, así que aunque era una idea no planteada aún, usarían a sus amigos para enviar y recibir cartas, como si volvieran un siglo atrás.

Feng Xin mencionó que aquello le parecía romántico, y aunque el platinado pensaba lo mismo, solo rodó los ojos, diciéndole que no entendía como salía con alguien tan cursi como él.

SAVAGES (𝐅𝐞𝐧𝐠𝐪𝐢𝐧𝐠)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora