5. Gelsomino

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Mu Qing ató su cabello en una alta coleta para que no le estorbara al momento de inhalar.

Ya que Feng Xin le había dicho que se quedarían juntos para el beso, había aceptado participar, aunque era obligatorio, el platinado tenía sus formas para evitarlo.

Pero, para desgracia de ambos, recién iba a empezar el juego, Carlo tomó del brazo a Feng Xin separándolo del platinado, y mientras este lo buscaba con la mirada, su pelirrojo amigo apareció junto a él, evitando que este fuera tras el pelinegro.

Así que de mala gana, tendría que ganar al menos la primera ronda, solo que no esperaba ver al pelinegro, mirándole del otro lado de la mesa, y negando.

Mu Qing lo entendió, los dos perderían esa ronda, para la siguiente competir honestamente contra el otro, pero al menos estar lado a lado.

Y así fue, los dos perdieron sorprendiendo al anfitrión y a su mejor amigo, justo cuando el hermano de Lorenzo iba a acercarse, fue el pelirrojo el que lo detuvo, de todas formas Blu Montorfani no se resistió, sabían que la primer prenda que caería sería el súeter, seguido, no podían ser los zapatos, una fiesta anterior, el primero que se quitó los zapatos terminó volviendo descalzo a su casa.

Para fortuna de la mayoría que veía, el platinado no usaba suéter, lo había dejado en el auto, y aunque sabía que esto era lo que sucedería, no le quedó más que elevar una ceja al escuchar los gritos animados de los presentes para motivarlo a desnudarse.

Después de que retiró esta, halagos obscenos sonaron al unísono de los presentes, se escuchó, a excepción de Feng Xin, el pelinegro se había quedado en silencio, admirando la perlada piel del menor que aunque las luces eran bajas y de colores del azul al rojo, se apreciaba perfectamente la delineada y estética figura del delgado platinado.

Fue turno de Feng Xin, la bulla sonó de nuevo esta vez hacia él, y sin que pudiera evitar el ligero sonrojo en sus mejillas, por la coqueta sonrisa que le dedicó Mu Qing, retiró su camisa desabotonando cada botón algo lento, con las atentas miradas sobre él.

Los suspiros y los comentarios obscenos aparecieron justo después de que tirara su camisa al suelo.

Mu Qing ahogó un suspiro al rodar sus ojos, pero intentaba no pensar en la piel oliva del mayor ni en el torneado cuerpo de este. Feng Xin ni siquiera necesitaba darse la vuelta para que pudiera ver su espalda, los hombros anchos lo hacían apretar los puños para intentar no pensar demás en como se verían sus manos abrazadas a su cuello.

Ninguno de los dos supo si la euforia de inhalar la primera línea ya había llegado, pero aun así, los dos se veían más animados a la segunda ronda.

Enzo Molinaro terminó colocándose junto al platinado, Mu Qing desvió la mirada, ni siquiera le importaba este, y agradeció que se cambiaran los lugares, Blu Montorfani lo hizo para estar junto a él, solo que no esperaba que Carlo, terminara de su lado, y del otro Enzo, Mu Qing tenía junto a él a Lorenzo, y del otro lado, a Feng Xin, que aunque ya lo había visto, fingió no hacerlo, con una muy tenue sonrisa bajo la atenta mirada del pelinegro.

Por supuesto que ninguno de los dos perdió, después de la segunda línea y de beber lo que sea que se encontraba dentro de sus respectivos vasos de golpe, los dos automáticamente giraron hacia el otro, y sin hacerse esperar, el pelinegro enrolló uno solo de sus brazos por la esbelta cintura del platinado, y unió sus labios en un salvaje beso donde las mordidas en los labios ajenos con ciertos jadeos en respuesta era lo principal.

Tuvieron que separarse al escuchar el fuerte grito emocionado de los presentes, al parecer el que había perdido era el anfitrión, que no alcanzó a besar a nadie, y mientras los presentes se entretenían en ver como comenzaba a desnudarse, Feng Xin miró a los lados, sus amigos también estaban distraídos en aquello.

SAVAGES (𝐅𝐞𝐧𝐠𝐪𝐢𝐧𝐠)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora