1. Radice

1.2K 141 221
                                    

Feng Xin suspiró.

No entendía porque no podía ir a jugar con los demás niños, por supuesto que no le interesaba la forma de amar a las personas, a los ocho años solo te importa jugar y tal vez tu familia.

Pero ahí estaba, en clase, escuchando como el amor puede aparecer en cualquier persona hacia cualquier persona.

Además de que no le importaba, tampoco le preocupaba, él nisiquiera tenia pensado enamorarse, "que asco", se decía a sí mismo, por supuesto que el ver a sus padres besarse le desagradaba, peor aún a sus tíos, los dos eran hombres, y aunque le habían inculcado que el género no importaba, a él le parecía extraño.

Para fortuna del menor, en cuanto comenzó a dibujar en su cuaderno, la clase se volvió menos aburrida, el ruido fuera del salón de clases había disminuído, así que podía concentrarse en sus carritos, para él eran una completa obra de arte, digna de colgar en cualquier galería importante o venderla a precios exagerados, puede que para su madre igual, pero si alguien más los veía, no dudaría que fue un niño de ocho años el que los realizó.

-¿Lo entienden niños? -Feng Xin respondió un "si", aunque realmente ni siquiera se había molestado en escuchar lo anterior-. Joven Luca, ¿Qué es el amor entonces?

-Según los filósofos griegos, va más allá de si es hombre o mujer, es una conexión, ¿No maestra? -Feng Xin dejó de dibujar al escuchar a su compañero, y esta vez lo veía de reojo mientras la profesora asentía-. ¿Cómo podemos saberlo, profesora?

-Son como fuegos artificiales

Diez años después, el pelinegro soltaba un muy largo suspiro recién despertando.

Había soñado con su compañero Brazi, y de las pocas cosas que recordaba de cuando era niño, era la conversación entre su profesora y él, al respecto del amor.

Feng Xin se burlaba por la idea de este.

Una suave sonrisa apareció en su rostro al recordar que su periodo vacacional de cuatro meses recién iniciaba esa semana, la única época del año en que podía decir que disfrutaba que fuera lunes.

Y con todo y que estaría ocupado gracias a que su padre le había prometido involucrarlo más a cosas de la familia, la idea de poder tirarse sobre el largo jardín trasero el resto del día lo animaba bastante, además que por la tarde, visitaría junto a Sony una exposición de armas antiguas.

Su hermano mayor sería el líder de la familia cuando su padre muriera, y Feng Xin no tenía ningún problema con esto, pero aún así, Santino, o "Sony", le había mencionado desde que tenían diez años que él sería su consigliere y aún Sony mantenía su promesa, los dos eran conscientes que no eran hermanos de sangre, pero no necesitaban ese lazo sanguíneo, eran los únicos hijos del don y nadie se atrevía a decir algo.

Después de colocarse un short, salió al segundo jardín, mientras se colocaba bloqueador por la mitad del cuerpo, y se lanzaba a la piscina de golpe.

El calor a inicios de verano en Sicilia quemaba sin cuidado o sin preocuparle, el sol solía estar presente y con intensidad desde pasadas las nueve de la mañana hasta cercanas las nueve de la noche, incluso usando ropa ligera, los cuerpos se bronceaban sin cuidado.

Feng Xin sacó la mitad del cuerpo de la larga piscina mientras recargaba sus brazos sobre la orilla de esta.

Su madre le había estado llamado.

-Dolcezza, ¿Qué haces aquí tan temprano? -La suave y tranquila voz de su madre lo hizo sonreír ligeramente, la signora dei fiori, se colocó de rodillas frente a él, y detuvo a este cuando intentaba salir de la alberca-. Está bien, solo desayuna algo después, ¿Quieres? -Feng Xin asintió y recibió el beso en su frente por parte de la mujer-.

SAVAGES (𝐅𝐞𝐧𝐠𝐪𝐢𝐧𝐠)Where stories live. Discover now