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Me rindo... eres demasiado

Wang Zhi Shui fue rápido. En el momento en que Xia Yao estaba a punto de irse, se arrodilló y agarró con fuerza la pierna de Xia Yao. 🙄🙄🙄

Xia Yao no tenía ganas de perder más tiempo con él. Dijo, -Será mejor que te portes bien, me voy ahora.

Pero Wang Zhi Shui no podía dejarle marchar todavía, por lo que lo detuvo de nuevo.

Todo aquello era suficiente para Xia Yao.

-Que. ¿Quieres? Suéltame, ya te he dado suficiente dinero, no tiene sentido quejarse por más...

-No es eso. -Wang Zhi Shui le interrumpió. -Vamos, solo estaba jugando contigo.

Xia Yao estaba confundido, sintió que había algo sospechoso.

Wang Zhi Shui sacó el dinero de su bolsillo y lo puso en la mano de Xia Yao. "Oficial Xia, agradezco su ayuda pero no puedo aceptar su dinero. Estoy muy bien aquí. Tendré que aguantar esto solo una semana más y después me iré."

Escuchando eso de Wang Zhi Shui, de repente, algo brotó en la garganta de Xia Yao. -Bueno, ya sabes... no intento conseguir nada más. Y sobre el dinero, puedes devolvérmelo más tarde cuando estés fuera de aquí.

Con una voz verdaderamente sincera, Wang Zhi Shui dijo, -Me temo que no es algo que haga habitualmente... devolver el dinero, quiero decir. Oficial Xia, me conozco, es mi naturaleza, está en mi sangre, no malgastes tu generosidad en alguien como yo.

Xia Yao se quedó sin palabras.

Wang Zhi Shui insistió en devolver el dinero.

Los dos se miraron en silencio, hasta que Wang Zhi Shui giró repentinamente la cabeza hacia la ventana. Con una voz pesada, dijo, -Espero que el día que me den de alta de aquí nieve.

-¿Por qué?

-Por ninguna razón en particular, solo me gustan los copos de nieve. Porque en un día de nieve, el mundo es como una hoja en blanco. La nieve cubrirá la tierra, ocultando todas las cosas condenatorias. Nadie puede ver más allá de la blancura de la nieve.

(N/T: Nos ha salido filósofo.... que lindo)

En ese mismo momento, Xia Yao empezó a pensar que... quizás... detrás de este hombre había una larga historia que no había sido contada.

***

El guardia acompañó a Xia Yao a la puerta, Xia Yao le dio un golpecito en el hombro y dijo: -Gracias.

-Oh, ¿qué estás diciendo? Mira, pase lo que pase, todo lo que se necesita es una palabra tuya.

De camino a casa. Xia Yao no podía dejar de pensar en lo que le dijo Xuan Da Yu, -Trátalo bien. Trátalo bien. Trátalo bien...

Se detuvo en el supermercado, queriendo comprar algo para Yuan Zong. Puso su mano en el bolsillo, para ver cuánto tenía...

Xia Yao intentó rebuscar en todos sus bolsillos, solo para descubrir que le faltaba la cartera, ni siquiera en el que solía guardarla. El único bolsillo que parecía tener algo era el que Wang Zhi Shui, aparentemente, había metido antes el dinero.

Algo estaba pasando. Lentamente sacó lo que había en el bolsillo.

Era un viejo anuncio de descuento.

Y entonces cayó. Wang Zhi Shui metió el "dinero" en su bolsillo, y luego se giró a propósito hacia la ventana y en un parpadeo, todo tuvo sentido. Al entrar en el coche, empezó a conducir, golpeando el volante.