El club de los rechazados.

Capítulo 26: gracias por escuchar.

Bueno, esta nota es para advertirles que el capítulo está lleno de diálogos y de que es una conversación bastante larga de Dustin y Raquel donde en algunos momentos se tratan temas delicados para algunas personas. Como acoso y abuso sexual, manipulación, bullying, cáncer y violencia doméstica.

Diría que si eres sensible no lo leas, pero son detalles relevantes que justifican algunas conductas de los personajes y los temas solo se sugieren suavemente. Así que prepárense mentalmente para esos detalles.

—¿Qué haces? —pregunté señalándole con el control remoto de la televisión.

Dustin estaba acostado de espaldas en mi cama con total naturalidad, como si el lugar fuera su habitación y no la de un desconocido. Tenía un pie sobre el otro y los balanceaba constantemente, sus brazos estaban elevados sobre su rostro sosteniendo su teléfono móvil y entre tanto sonreía y reía mientras respondía mensajes, o al menos eso creía yo.

—Hablo con Zack —respondió sin siquiera mirarme, como si sonreír de esa manera fuera algo completamente común cuando hablabas con tus amigos.

Le eché una mirada cómplice que muy probablemente él no notó.

—¿Cuál es la cosa entre tú y él? —curioseé tomando palomitas del tazón y volviendo a señalarle con el control. Dustin me observó con incredulidad.

—No hay una "cosa" entre nosotros. Solo somos amigos. No pienses cosas desagradables —declaró volviendo a echarse de espaldas a la cama.

Exhalé un jum sin poder creérmelo del todo.

—Nunca pensé en nada desagradable. Solo te pregunté cuál era la "cosa", si tu quisiste pensar que por "cosa" me refería a algo romántico o algo sexual, es porque ya algo te habrás imaginado o algo te habrás planteado para reaccionar de esa manera...

—¿Podemos cambiar el tema? No quiero pensar en cosas por el estilo con Zack. Estoy bien solo teniéndole como amigo, ¿sabes? No tengo muchos. No todo en esta vida consiste en el amor romántico.

—Que eso no te detenga de experimentar lo que sientes... —solté con la intención de que considerara lo que yo estaba diciendo, ya que cuando le veía hablar con el rubio lo notaba estúpidamente feliz, de esa forma que solo te hace esa persona. Pero a Dustin pareció molestarle que siguiera tocando el tema y me lanzó una almohada—... Está bien, está bien. ¿Entonces cuál es la "cosa" con el cretino de Dominik?

Esta vez tensó la mandíbula.

—No hay una "cosa". Ni siquiera somos amigos —contestó encogiéndose de hombros—. Este interrogatorio se está haciendo aburrido para mí, ¿qué tal si dejas de preguntarme cosas? o ¿qué tal si te pregunto yo a ti?

—Adelante —accedí dándole una bocanada a las palomitas y apagando la televisión—. ¿Y bien? ¿Qué quieres preguntar?

Dustin se quedó atónito, quizá porque no esperaba mi respuesta. Después de todo yo nunca había sido muy amable con él, ni le había demostrado mucho entusiasmo por responder cuando me preguntaba algo. Era bastante probable que no quisiera responderle en este momento tampoco, pero en ese instante veía como un trato justo que si yo quería respuestas, también tenía que darle mis respuestas a él.