Capítulo 15: ya, okay.

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—¿Tienes señal? —cuestioné observando a Erika que estaba sentada justo a mi lado

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—¿Tienes señal? —cuestioné observando a Erika que estaba sentada justo a mi lado. Su celular había vibrado hace un par de segundos.

—Ya me gustaría —soltó en tono satírico—. En realidad solo fue la alarma que me recordó que debería estar rumbo al trabajo o de lo contrario llegaré tarde.

—Puedo explicarle a mi madre —dijo Billy de repente tomándola por sorpresa, casi podía jurar que sus ojos se habían iluminado—. Pero me deberías otra y no sé si te has dado cuenta de que ya me debes tres.

Debo admitir que fue extraño verlos llevarse bien porque si era sincero, Erika siempre había actuado como una maldita con todas las personas y ver que sus ojos se iluminaban cuando Billy le hablaba fue algo que nunca pensé que vería en mi vida.

—¡Billy! —exclamó la castaña con alegría y yo la observé extrañado—. ¡Te juro que te pagaré algún día! Si pudieras explicarle te debería mi vida.

El de cabello rizado sonrió. Pero luego, tanto él como Erika se percataron de que los estábamos observando y se quedaron petrificados. Seguramente era incómodo para ellos pero era algo sorprendente para nosotros, su actitud había cambiado en un instante y al parecer, ambos eran demasiado amigables con el otro.

Interesante.

—Es la tercera... Hm —exhaló Raquel con tono cómplice y sin poder evitarlo me reí.

Otra cosa sorprendente era que el club de los rechazados ahora se sentía extrañamente como un lugar bastante agradable... O al menos sus miembros.

Entonces de nuevo nadie dijo nada, simplemente nos quedamos observando a un punto fijo pero a ningún lugar en específico. El reloj del salón repiqueteaba con el particular "tik tak" y me perforaba en las orejas. No sabía qué decir ni cómo actuar en ese instante y de hecho el silencio estaba llegando a incomodarme, pero ninguno tenía idea de qué hacer para poder salir. Quería decir algo pero no sabía como continuar la conversación.

Sin embargo, un segundo después Dominik se levantó del suelo y sujetó una de las sillas. Nadie estaba seguro de lo qué haría a continuación, yo simplemente pensé que iba a sentarse en ella, pero para la sorpresa de todos —una sorpresa negativa—, el rubio empezó a lanzar la silla con fuerza contra la puerta y no pude evitar levantarme rápidamente.

Todos empezaron a gritarle cosas distintas simultáneamente.

"¿¡Qué Demonios haces!?" Esa fue Raquel. "¡Dominik, cálmate!" Esa fue Jennifer "¡No pienso pagar un solo centavo!" Esa fue Erika. "Odio admitirlo pero es la mejor opción que tenemos" Ese fue Billy. "La violencia nunca es la solución" Ese fue Dustin. Yo simplemente me quedé mirando la escena sin poder creerlo. Mirar a alguien golpear frenéticamente una puerta con una silla definitivamente no era una visión común ni mucho menos algo normal.  Estaba de acuerdo con Billy de que era la mejor opción que teníamos pero también estaba de acuerdo con Erika porque no pensaba pagar un solo centavo.

El club de los rechazados.Where stories live. Discover now