alto al fuego.

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Camila

Me podía la vergüenza, me costaba mirar a Lauren a los ojos, me pesaba la consciencia...

¡Maldita sea! Mi novio me acababa de maltratar y yo seguía como una estúpida con él. La diferencia entre una esposa abusada y yo no era ninguna. Si el dolor en la espalda no me estuviera matando a pesar de la cocaína, me estaría dando cachetadas.

A Lauren no le costó nada descifrar mis heridas y eso que estaban maquilladas. Me sorprendió que las viera con tanta facilidad. Juraba que tenía suficiente base de maquillaje como para ponerme una plancha caliente encima y no sentir nada. Ni siquiera me había metido a la piscina, ni sudaba ni nada.

En fin...

Aunque traté de ignorar su primera pregunta, no me la pude sacar de la cabeza. Claro que no era la única confundida, yo no podía dejar de pensar en lo sucedido en la alberca horas antes, ni en la conversación esa mañana con Keana.

**************

Keana y yo nos habíamos quedado en silencio. Yo me maquillaba con tranquilidad mientras ella controlaba su orgullo. Ella solita había llegado a la conclusión de que Lauren estaba con ella porque actuaba como una santa sin sospechar que era igual a mí. En otras palabras, que estaba con ella porque encontraba lo que en mí no.

- De verdad me gusta mucho- dijo incapaz de mirarme.

- A mí también- había respondido yo. Y era cierto.

***************

¿A mí también? ¿En serio? Pero, ¿por qué justamente ella? ¿No podía ser un hombre? ¿Algo menos problemático? Suspiré con cuidado de que ella no me escuchara. ¿Por qué me costaba tanto admitírselo? Porque eso me implicaba rendirme y darle poder sobre mí. Claro, ¿cómo olvidarlo?

Moví los pies dentro del agua como queriendo relajarme un poco.

- ¿Y entonces?- presionó.

- Nada, "no lo vuelvo a hacer, mi amor, perdóname, sólo quería experimentar..."- respondí con fingido arrepentimiento.

Guardó silencio y, cuando la volteé a mirar, me di cuenta de que no se refería a eso.

- No lo sé, Lauren, haz lo que quieras- dije con fastidio.

Levantó una ceja.

- Ni siquiera lo dices en serio- replicó. Y tenía toda la razón.

¿Qué persona era yo en ese momento? ¿Desde cuándo bajaba tanto la maldita cabeza? Yo, que siempre había sido la mala del cuento, la bruja de la historia, la manipuladora mentirosa orgullosa arribista cínica desgraciada, ahora era la víctima, en más de un sentido.

- ¿Qué quieres que te diga? ¿Ah? ¡Dímelo! Y así salimos rápido de este drama- pedí sin controlar mucho mi tono de voz.

Su expresión no demostró nada. Algo más que me confirmaba el monstruo que tenía enfrente. Tomé una gran bocanada de aire y me calmé. No sacaría nada bueno si me dejaba llevar por la rabia.

- Nada, no pasa nada, nuestra relación sigue igual, "amigas con derechos", para Austin esto fue un desliz que no se va a repetir, nos seguimos encontrando para sexo, ¿algo más?- declaré mirándola con autoridad.

- ¿Lo dices en serio?- cuestionó sorprendida.

- ¿Entonces? ¿Qué quieres? ¿Vas a terminarle a Keana? ¿Quieres que le termine a Austin? ¿Que seamos novias oficiales delante de toda la escuela como lo son Keana y tú?- reté abriéndole los ojos más de la cuenta.

friends with benefits / camrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora