Los Profesionales

Capítulo 3.

Estoy en una habitación bastante grande, dentro del Edificio de Justicia. Es la hora de la despedida. Puede que esta vez sea la última vez que vea a mi familia pero intento mantenerme positiva. Nunca he dudado de mi misma pero estoy a un paso de la muerte. Me he entrenado mucho, soy buena con los cuchillos y en enfrentamientos físicos. Tengo muchas posibilidades de ganar. Se muchas estrategias y puedo conseguir muchos patrocinadores. Volveré a casa sana y salva.

De repente se abren las puertas de la habitación y entran mi madre junto a mi hermano acompañados de un agente de la paz.

-Tenéis 3 minutos. 

Voy corriendo a abrazar a mi madre. Parece bastante dolida. ¿Cree que no puedo ganar? Se que es duro ver a su hija marcharse a unos juegos donde el objetivo es sobrevivir pero ella sabe que estoy preparada. Aunque nunca le había comentado nada de querer presentarme voluntaria supondría que se hiciera una idea de que este día llegaría. No debería estar preocupada...

-¿Por que has hecho esta locura? -pregunta con lágrimas en los ojos. Al parecer creía que no me presentaría voluntaria.

-Mama escucháme:; llevo 6 años preparándome para esto. ¿Creeías que iba a los entrenamientos para pasar el rato? Sabes que los juegos son importantes para mi. No deberías estar preocupada. Voy a ganar estos juegos.

-Glimmer, ¿como puedes estar tan segura? Te enfrentas a gente que también se ha entrenado años, pueden que sean más fuertes que tu. ¿De verdad quieres hacer esto? ¿De verdad quiere arrebatar vidas inocentes solo para que el Capitolio te reconozca como una triunfadora? 

-¡Basta!- gritó. -Es obvio que no me entiendes y nunca lo harás. Voy a ir a esos juegos y voy a ganar, si tu no me quieres apoyar no lo hagas pero no me vas a hacer cambiar mis pensamientos. 

Mi madre baja la mirada y se hecha a un lado. En frente esta Tomas, con la mirada fija en mi. No se expresar bien su cara pero por sus ojos diría que esta preocupado. ¿Ninguno de los dos cree en mi?

-Estas loca.- suelta de repente.

-Me sorprende que te des cuenta ahora.- añado sonriendo irónicamente. - ¿Esas van a ser tus últimas palabras?

-Se que no serán las últimas. 

La puerta se abré y aparecen dos agentes de la paz. El tiempo de la despedida se ha acabado. Me sorprende que mi hermano tenga más fe en mi que mi madre, que siempre me ha apoyado. 

-Glimmer, suerte. -añade Tomas antes de que la puerta se cierre con un portazo.

La habitación queda en completo silencio. Nadie más entra a despedirse, ni siquiera mis supuestas amigas del instituto que por lo que veo no son tan amigas. ¿Es que no le importo a nadie? Me da igual, cuando triunfe en el Capitolio me olvidaré de ellos.

Los agentes de la paz vuelven y me sacan de la habitación. Me suben a un carro de caballos junto con Marvel y nos dirigimos a la estación de trenes. La estación esta llena de gente de nuestro distrito felicitándonos. Es triste que esas personas que no conozco me den más apoyo que mi familia. 

Nos subimos al tren junto con Denise, que nos lleva a un vagón muy lujoso.

-¿Que os parece? Estáis en uno de los trenes más lujosos de Panem. El viaje durará un día así que poneros cómodos. Ahora llegaran vuestros mentores. Este año serán dos.

Se abré una puerta y entran Cashmere y Gloss. Son dos hermanos que ganaron Los Juegos del Hambre hace unos años. Son muy populares en el Capitolio, sin duda nos darán buenos consejos.

-Aquí tenemos a nuestros dos voluntarios.¿Nerviosos?- pregunta Gloss con una sonrisa sentándose en frente nuestro. Es bastante atractivo, por no decir mucho. Tiene una sonrisa seductora, al igual que sus ojos azules. Esta bastante fuerte. Debe tener unos 28 años.

Cashmere también es muy atractiva. Su pelo es largo y rubio, tiene la piel blanca, al contrario que Gloss, y los ojos azules. No se parecen mucho.

-¿Nerviosa por que? Estoy preparada. -respondo sonriente. Soy bastante egocéntrica y no me molesto en ocultarlo. Me gusta como soy y no me tengo que esconder.

-Esa es la actitud, me recuerdas a mi cuando me presente voluntaria.- dice Cashmere. La verdad es que me identifico con ella. Es guapa, inteligente y letal.

-Yo también estoy preparado. Voy a ganar estos juegos. - añade Marvel echándome una mirada asesina. El es un chico delgado, no destaca precisamente por sus músculos pero es fuerte. Es más alto que yo pero tan solo por unos 10 cm. Tiene el pelo corto y castaño como sus ojos.  

-Bien, tenéis que seguir con esa actitud. Escuchar necesitaréis patrocinadores. El Distrito 1 es el favorito del público así que nos os tendréis que esforzar mucho. Sonreír siempre y demostrar confianza. Ser un poco arrogantes pero no os paséis.- explica Gloss. Tiene razón en todo, el 1 siempre es el favorito y este año no será una excepción. Todos nuestros representantes son atractivos y fuertes por eso llegan tan lejos. Nosotros no somos menos así que nos será fácil. Por lo menos a mi. -Ahora os dejamos que os relajéis, nos vemos en la cena.

Cuando se van nos quedamos solos Marvel y yo. 

-¿Crees que puedes ganar estos juegos? -pregunta.

-¿Por que no? 

-En los juegos no sirve tener solo una cara bonita, tienes que matar gente y probablemente esa gente sea el doble de fuerte que tu. 

Tiene gracia que me lo diga el porque precisamente no es muy alto, ni musculoso y tampoco parece muy inteligente. De momento es una presa fácil.

Me levanto del sillón y me acerco a el hasta el punto que nuestra narices se chocan.

-¿De verdad crees que tengo una cara bonita?- digo con una sonrisa coqueta. Antes de darle tiempo a contestar salgo del salón y me voy mi habitación. Sonrío al recordar lo nervioso que he puesto a Marvel, estoy acostumbrada a causar esa sensación en los hombres.

Abro los armarios y veo que hay un vestido azul claro, unos pantalones negros y una camiseta. Sobre la cama hay un pijama. Me quito mi vestido blanco y me dirijo a la ducha. Hoy ha sido un día muy largo y necesito despejarme.

Cuando salgo me pongo el vestido azul que hay en el armario. Es de manga corta y me llega hasta las rodillas. No tiene nada especial para pertenecer al Capitolio. Me vuelvo a hacer mis dos coletas y salgo al comedor para cenar.