Capítulo 16.

809 43 3
                                    

La noche el bastante tranquila aunque hace demasiado frío y el saco no es suficiente. No hay noticias de Cato ni de Thresh. Tampoco de la chica del 5. Las únicas parejas que quedan son los estúpidos del 12 que seguro que ya están juntos escondiéndose. Les mataré.

Un ruido me sobresalta. Parecen pisadas y están bastante cerca. Cojo un cuchillo del suelo con cuidado de no hacer ningún ruido y me tumbo al lado de Marvel intentado camuflarme. Estamos bien escondidos ya que nos rodean hiervas altas y nos esconde un tronco caído. Las pisadas se acercan más. Marvel sigue dormido pero su respiración se oye demasiado. Le tapo la boca y el abre los ojos sorprendido. Pongo mi dedo índice sobre sus labios indicando que no haga ruido y el asiente despacio.

Las pisadas se detienen de repente y tras unos segundos de total silencio se vuelven a alejar. Suspiro aliviada.

-¿Crees que era Cato? -susurro.

-Ni idea, pero fuese quien fuese no nos ha visto. -contesta. -Me toca hacer guardía.

Asiento y me meto en el saco. Estoy demasiado alterada como para dormirme pero lo finalmente lo consigo.

Mi noche se llena de pesadillas. Marvel y yo vamos por el bosque y aparece Cato con una lanza que traspasa el corazón de Marvel en segundos. Me tiro al suelo con el y le suplico que no cierre los ojos. Su sangre me mancha la ropa y la cara y Cato se acerca a mi amenazante.

-Esto va a ser divertido. -dice en tono burlón.

Me despierto suplicando a Cato que no me mate. Marvel viene corriendo hacia mi con un cuchillo en la mano.

-¿Que pasa, estas bien? -dice mirando a todos los sitios. 

-Si, si. Era solo un pesadilla.

Eso parece tranquilizarle y se acerca a mi. La venda solo tiene un poco de sangre y veo que ya puede mover el brazo con facilidad. 

-¿Y que pasaba? -pregunta sentándose a mi lado.

-Cato. -digo. No quiero darle muchos detalles.

Me pasa un brazo por mis hombros y me acerca a el. Apoyo la cabeza en su pecho y el me da un beso en la frente.

-Mientras esté aquí Cato no te hará ningún daño.

Ya es por la tarde. Durante el día han bajado dos paracaídas con comida. Uno tenía dos platos de sopa de pollo, con cubiertos incluido, caliente y otro un estofado como los que comíamos en el Capitolio y una manta.

Estamos buscando por el bosque tributos cuando el ruido de las trompetas me sobresalta. Es Claudius Templesmith y nos invita a un banquete. La idea me gusta, podré encontrarme con la chica en llamas y matarla pero Cato también estará por allí.

-Una cosa más: puede que algunos estéis ya rechazando mi invitación, pero no se trata de un banquete normal. Cada uno de vosotros necesita una cosa desesperadamente. -Miro a Marvel confundida. ¿Que necesitamos? Tenemos comida que nos mandan los patrocinadores. Tal vez sean más armas ya que solo tenemos unos cuchillos tras perder la lanza al matar a Rue. -En la Cornucopia, al alba, encontraréis lo que necesitáis en una mochila con el número de vuestro distrito. Pensadlo bien antes de descartarlo. Para algunos, será vuestra última oportunidad.

Se acabo. Solo quedan sus palabras flotando en el aire. Miro a Marvel que parece tan confundido como yo.

-¿Que crees que habrá en la mochila? -pregunto.

-No lo se, pero si se que hay en la del 12. La medicina para el enamorado.

Es verdad, Cato le hizo una gran cortada en la pierna a Peeta. Me sorprende que haya aguantado tanto con vida. Sin duda en esa mochila esta su medicina y no podemos dejar que la consiga.

-Pues entonces tendremos que ir ¿no? -pregunto sonriendo. 

-¿Y Cato? 

-¡Venga ya! Estamos tan entrenados como el y somos dos. -exclamo. -Tenemos que ir allí, coger nuestra mochila y matar a Katniss. 

-Tienes razón, pero necesitamos más armas. No podemos ir con cuatro cuchillos. 

En ese momento aparece en el cielo un paracaídas que cae sobre nuestros pies. Es una caja metálica bastante grande. La abrimos con cuidado y en ella hay una lanza de meta que se puede plegar dando a un botón y una preciosa colección de cuchillos de distintas clases de hojas. Sin duda esto les ha debido costar muy caro a los patrocinadores.

-¡Esto es genial! -grito entusiasmada.

Cojo todos los cuchillos y los clavo en el interior de la chaqueta de manera que no se caiga ni me rasguen.

Volvemos hacia nuestro pequeño campamento, parando antes en el río para beber agua. Nos sentamos en los sacos y nos comemos un poco del estofado que ha sobrado mientras pensamos en un plan.

-Deberíamos emprender la marcha hasta la Cornucopia antes de que amanezca. -sugiero.

-Pero estará todo muy oscuro y no veremos hacia donde vamos.

-¿Entonces que hacemos?

-Podemos ir ahora...

-Cato estará allí.

En el banquete estarán Cato y Thresh. Ellos son los principales enemigos y si queremos sobrevivir habrá que hacer estrategias pero no hay muchas...

-Escucha, antes de que amanezca iremos. -se decide al fin Marvel. - pero ¿que haremos después?

-No lo se, pero yo mato a la chica en llamas.

-Te dejaré que la mates tú si das un buen espectáculo.- dice Marvel riéndose.

-Lo haré.

Ya es por la noche así que nos metemos en los sacos. Marvel hará guardia toda la noche ya que no está cansado. Todavía no tenemos ningún plan de ataque. En los banquetes siempre muere alguien y me asusta la idea de que pueda aparecer mañana en el cielo. De momento mi único objetivo en matar a Katniss. Lleva mi arco así que puede defenderse pero no tiene nada que hacer contra mi. Soy más fuerte que ella.

Esta noche es una de las más frías que he pasado. Aunque este metida en un saco y tenga encima una manta no ayuda mucho. ¿Como estará mi familia? Mañana verán el banquete, ya que es un acontecimiento muy importante. Dudo que mi madre este orgullosa de mi... Estará feliz de que siga viva, tal vez asustada porque mañana vaya a esa matanza en la Cornucopia pero se que orgullosa no la puede definir. Para todos los padres del distrito 1 es un gran honor que sus hijos vayan a los juegos pero, mi madre es distinta. 

Parece que fue hace mil años cuando me despedí de ella. Cuando me dijo que si de verdad quería arrevatar vidas inocente para ser la triunfadora del Capitolio. Me da igual, me da igual matar a un niño de 12 años o a una chica de 18, me da igual todo.


Los ProfesionalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora