Capítulo 15.

810 51 2
                                    

Me despierto y veo que Marvel esta dormido a mi lado. No habrá podido resistir toda la noche despierto, debería haberme despertado para que yo continuará su guardia...

Aprovecho este momento sola y voy a río para lavarme un poco. Me quito la ropa, excepto la interior, y la lavo en la orilla del río. Aún no ha amanecido así que supongo que no haya nadie cerca. Dejo la ropa secarse en una roca y me lavo el pelo.

Me hago dos coletas y me siento al lado de la ropa. Como todavía no ha salido el sol dudo que se seque rápido. Al cabo de un rato me pongo de nueva la ropa, que sigue mojada, y vuelvo donde estaba Marvel. Sigue dormido. 

Cuando duerme parece un chico normal, de 18 años, inocente. Cualquiera diría que es un asesino. Aunque yo también lo soy.

Unos gritos de niña me sobresaltan y Marvel se despierta de inmediato.

-La trampa. -dice. Cogemos las armas y nos dirigimos al lugar de donde salen los gritos.

-¡Katniss, Katniss! -grita la niña. Sin duda es la del distrito 11. 

Llegamos al lugar y la vemos tirada en el suelo, con la red por encima. Miro a Marvel y sonrío.

-Te dejaré que la mates tú. -le digo. -Pero yo mato a la chica en llamas.

Marvel coge la lanza y se dispone a lanzarla cuando Katniss aparece. Carga el arco, mi arco, y dispara la flecha hacia Marvel, pero este ya ha lanzado la lanza y atraviesa el estómago de la niña.

-¡Marvel! -grito. La flecha le ha dado en el hombro. Le ayudo a levantarse y nos alejamos de allí antes de que Katniss lance otra flecha. 

Volvemos al claro y siento a Marvel con la espalda apoyada en un tronco. Tiene los ojos llorosos y no para de gemir. Examino la herida. Por suerte no le ha dado en ningún lugar importante. Tendré que extraer la flecha de su hombro... Tan solo pensar en la idea se me revuelve el estómago.

Un cañonazo anuncia la muerte de la niña. Katniss y ella deberían haber hecho una clase de alianza. Que esúpida... aliarse con una chica de 11 años.

-Voy a tener que sacártela. -aviso a Marvel haciendo caso omiso del cañonazo. El asiente.

Respiro hondo y sujeto la flecha con la mano derecha mientras que con la izquierda sujeto el hombro. El cierra los puños y aprieta los labios. 

-A la de una, a la de dos... -cuento. 

Saco la flecha rápidamente antes de llegar al tres y el grita de dolor. Por suerte no estaba muy profunda. La manga de la chaqueta se llena de sangre en cuestión de segundos. Se la quito con cuidado y la tiro a un lado. 

-Tenemos que ir al río a lavártelo.

Le levanto con cuidado y nos dirigimos al río. Una vez allí le voy limpiando el brazo empezando desde abajo para limpiarle toda la sangre. 

Del cielo aparece un pequeño paracáidas que cae a mis pies. Lo abró y en el hay vendas y una especie de aguja del tamaño de mi dedo índice que supongo que llevará dentro la medicina.

Con un paño le limpio primero la herida. Cojo la aguja y el me mira aterrorizado.

-¿Eso es la medicina? 

-Me temo que si.

Clavo la aguja a Marvel y presiono el embolo poco a poco. Cuando lo saco el suelta un suspiro de alivio. Le vendo la herida ya que sigue sangrando. 

-Vamos, será mejor que descanses. -digo. Me lavo la manos, que están llenas de la sangre de Marvel y le ayudo a llegar hasta el claro. Se tumba en uno de los sacos de dormir y se duerme de inmediato. 

No se que hora es pero tengo hambre. Miro la mochila y tan solo quedan 3 tiras de cecina y 4 galletas. Si Marvel sigue con el brazo así no podrá cazar y se nos acaba la comida....

Decido comerme una loncha y una galleta y guardar lo que queda para Marvel. Pienso en Katniss y en como consiguió mi arco. Probablemente fue cuando estaba en coma por el veneno de las rastrevíspulas. 

Ya es por la tarde. Marvel se despierta  y me sonríe. Yo le devuelvo la sonrisa. Se levanta con cuidado hasta quedarse sentado en el saco.

-Quien lo diría, Glimmer Carner, la chica dispuesta a ganar ayudando a su compañero. -dice riéndose. 

-Eres un estúpido. Si lo se, te dejo allí. -respondo. Ambos nos reímos. 

La voz de Claudius Templesmith, el presentador de estos juegos, retumba en el cielo, felicitándonos a los siete que quedamos. Seguramente nos invite a un banquete, ya que todos los años lo hacen para que los tributos se reencuentren y se maten entre ellos, pero no es un banquete si no que han cambiado una regla. 

Marvel y yo nos miramos confundidos. "Los dos tributos del mismo distrito se declararán vencedores si son los últimos supervivientes" anuncia Claudius, haciendo una pausa como si no lo entendiéramos y volviéndolo a repetir.

Me quedo unos segundos asimilando lo que acaba de decir. Marvel y yo podemos volver a casa juntos. ¡Los dos! Le miro y el me devuelve la mirada. Esta tan emocionado como yo.

-¡Podemos volver los dos! -grita.

-¡Si!- le acompaño entusiasmada. 

De repente me besa. Es un beso corto ya que se da cuenta de lo que esta haciendo y se aparta con la cabeza agachada.

-Lo-lo siento. -dice avergonzado. Yo niego con la cabeza y llevada por la emoción le devuelvo el beso. Sus labios son suaves y carnosos. Nos apartamos poco a poco con la respiración entrecortada. 

Este beso me ha hecho sentir más cosas que con los de Cato. Con Marvel es distinto; me ha demostrado que le importo y me he dado cuenta de que el también me importa a mi. Mis pulsaciones son aceleradas. Nunca había sentido esto con un chico. En el distrito 1 había tenido varios novios pero para mi eran solo unos juguetes para divertirme. Nunca había experimentado el amor pero con el es distinto. 

Me mira a los ojos fijamente y sonríe. Entrelaza sus dedos con los mios y me apoyo en su hombro.

Nos metemos los dos dentro de su saco y, con cuidado de no tocar la hérida, nos tumbamos. Ya es de noche y pronto sonará el himno.

-¿Te duele? -pregunto refiriéndome a su herida.

-Un poco pero gracias a ti estoy mejor.

El cielo se ilumina, suena el himno de Panem y la imagen de la niña del 11, que se llamaba Rue, aparece en el cielo. Todo se vuelve a apagar.

La noche esta muy tranquila. Solo se oye el ruído de nuestras respiraciones. Hace mucho frío así que me acurruco al lado de Marvel.

-Haré hoy la guardia. -digo. 

-¿Estas segura?

Asiento mientras me siento en el saco. Por unos segundos pienso en la idea de encender un fuego pero sería estúpido ya que Cato vendría a por nosotros.

-Buenas noches. -susurra Marvel.

-Buenas noches. 

Los ProfesionalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora