Capitulo 73

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James Miller.

Desde que comenzó la junta por alguna extraña razón me siento inquieto, intento concentrarme todo lo que puedo, sin embargo; me es casi imposible hacerlo.

Luego de darles el anuncio más importante, comenzamos hablar sobre la construcción del nuevo hotel en Londres. Faltaba aproximadamente una media hora más para finalizar la reunión, cuando entra mi secretaria casi corriendo a la sala de juntas, cosa que me alarmó.

-Buenas noches Señores, disculpen la interrupción - se acercó hasta a mí cautelosa - Jefe, tengo algo muy importante que decirle.

-¿Le pasó algo a mi mujer? - Rosy asintió.

-Su cuñado llamo, dijo que van camino al hospital porque su esposa va dar a luz - ¡Maldición!, ahora entiendo por qué mi inquietud, debí haber cancelado la junta desde que la escuché quejarse y en este momento estaría a su lado.

-Señores hasta aquí dejaremos la junta el día de hoy, debo retirarme por un motivo personal que requiere mi presencia. Los convocaré a otra junta en los próximos días, pero virtualmente y ultimaremos detalles, ya que todo está perfecto. Hasta luego.

Salí corriendo de la sala de juntas rumbo a mi oficina con Evan detrás.

-¡Henderson!, ve a encender el auto - ordene a mi escolta que esperaba afuera de mi oficina.

-James, ¿qué ocurre?

-Alexandra va dar a luz - informé preocupado.

-¿Qué?, ¡ENSERIO! - preguntó emocionado.

-Si quieres que te lleve te veo en el ascensor en dos minutos - conteste más serio por lo alterado que me sentía.

-Tranquilízate James - escuche su grito e hice caso omiso.

Tome mis cosas, cerré mi oficina y tal como le dije a Evan en dos minutos subimos al ascensor. Llegamos al estacionamiento y nos subimos rápidamente al auto.

Llamé a mi reina con los nervios a flor de piel y ésta atendió al tercer tono.

-James.

-¿Por qué carajo no me dijiste que te estaban dando contracciones cuando te pregunté qué te sucedía? - cuestioné casi gritándole.

-No quería preocuparte.

-¿No querías?, estoy con los nervios de punta por estar lejos de ti en este momento, Alexandra - oí sus quejidos en el momento que parecían detenerse y bajarla del auto. Se escuchaba todo el ajetreo por su llegada, haciéndome alterar más.

¿Y si la trataban mal?, ¿qué pasa si por no atenderla a tiempo algo le sucede a nuestro hijo?, ¿o si llega ocurrirle algo a ella en el parto?, estaba tan sumido pensando lo peor que no escuché a mi reina hablándome.

-James... James... ¡Carajo Miller!

-Perdón amor - sacudí mi cabeza borrando todas las estupideces que había pensado.

-Te necesito ya - volvió a quejarse - Así qué apúrate a llegar sino quieres que te haga sentir el dolor que yo siento en este momento - sentencio casi gritando por otra contracción y colgó.

Mi respiración era agitada, con mis manos tape mi cara intentando calmarme, mi mente me ponía escenarios horribles sobre que algo saliera mal en el parto. Perder a mi mujer o a mi hijo es de mis mayores miedos.

Aún recuerdo cuando le dispararon a Alexandra y casi pierde nuestro bebé, desde ahí investigue todos los cuidados durante su embarazo y a pesar que en un principio fue de alto riesgo por el accidente, todo iba de maravilla. Sin embargo, mi miedo al llegar este momento no podía evitarlo.

El reyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora