El rey

Capítulo 14

Alexandra Coleman.

Ayer luego de una larga sesión de besos con James, nos metimos a bañar - por separado - Y nos acostamos a dormir debido al cansancio. Hoy al despertar, él ya no estaba, no había ni rastro suyo en la habitación.

En su lado de la cama había una rosa roja junto a una nota escrita a mano. Su caligrafía, ¡Dios!, es tan perfecta.

"Perdón por no estar cuando despiertes, salí a entrenar y tengo asuntos pendientes por resolver. Nos vemos más tarde.

Con amor J.M"

¿Entrenar?, Para qué quiere entrenar, ese hombre ya está bastante bien ejercitado. Está hecho un bombón, ¡Un maldito Adonis!

En fin, deje mis pensamientos de lado y me apure a alistar para bajar a desayunar. En el pasillo me encontré a Liz saliendo de su habitación.

-Buen día Alex

-Hola Liz, ¿vas a desayunar?

-Si, por cierto. Vendrán arreglarnos para la noche.

-Vale.

-¿Nerviosa?

-Un poco - respondí sincera - Mejor bajemos a desayunar.

Desayunamos solas en el jardín porque ninguno de los chicos estaba y tampoco le avisaron a Sofí cuándo llegarían. Al finalizar el desayuno regresamos a nuestras habitaciones, Liz vendría en un momento más para elegir mi vestido de esta noche.

Mientras la esperaba revisaba mis redes sociales, tenía bastantes mensajes de mi mejor amiga. A estas alturas ella ya sabía lo ocurrido en la fiesta, la llame y al no obtener respuesta decidí dejarlo así, en otro momento la llamaré.

-¿Se puede? - gritó Liz.

-Pásate.

-Las estilistas llegan en una hora así que tenemos el tiempo contado.

Se adentró a mi armario viendo y analizando cada vestido, incluso, de todos los que compró ayer ninguno le gusto lo suficiente.

-¿Este azul?

Le mostré un vestido corto de color azul, manga de encaje a mitad del brazo.

-¡NO! - Gritó exasperada - Alex, tiene que ser un vestido lindo. Uno donde puedas enseñar piel, pero sin ser vulgar; debe hacer resaltar tu belleza.

En conclusión, debe estar a la altura de lo que sucederá hoy y por supuesto, lo más importante, debe estar a la altura de la persona con quien estarás.

Sonrió pícara moviendo las cejas arriba y abajo, enrojecí por su comentario y le lancé el vestido.

-Hey, no seas así - río - Es la verdad.

Hoy ante todos serás conocida como la mujer de "EL REY" de la mafia.

-Lo cual me preocupa - susurré agachando la cabeza.

-Te entiendo.

No será fácil y hoy te encontrarás con muchas tipas que quisieran estar en tu lugar, tipas plásticas que solo están con sus maridos por el dinero, claro que no todas están casadas y son putas en turno, pero igualmente solo buscan plata. Te darás cuenta que nadie es lo que aparenta y que todos se sienten superiores a los demás.

Solo mantente alejada de todos y más de TODOS LOS HOMBRES - puntualizó - Los tipos son unos malditos, piensa lo peor de ellos y acertarás.

-¿Así es esto?, ¿No debo creer ni confiar en nadie?

-Si - afirmó - No puedes confiar en nadie estando dentro de esto. Aquí no existen los amigos.

Mis hermanos hacen excepción con Carlos y ustedes los Coleman por motivos que desconozco, pero confió en ellos y ahora también en ustedes.