Capitulo 8

44.6K 1.9K 126
                                    

-Papá, déjame a solas con Kyle por favor.

-Claro princesa – salió sin rechistar.

-Kyle, ¿por qué nunca me lo contaste?, se supone que confiabas en mí.

-Claro que confió en ti – cortó mi palabrerío – No quería que estuvieras involucrada. Eres mi hermanita, mi deber es protegerte.

-¿Por qué reaccionaste así con james?, según escuché, son mejores amigos.

-Alexandra, ¿James te hizo algo ayer?- indagó tenso.

-No, no hizo nada más que secuestrarme.

Se relajó un poco.

-¿Te gusta James?

-La verdad es que si me gustó y luego de que nos besáramos, no sé, sentí... ¿cariño?

¡No lo sé Kyle!, es todo tan confuso.

-Ay princesa – me abrazó - ¿Te opones a la boda arreglada?, Si es así yo mismo hago que no se casen.

-Estoy dudosa – confesé – Si con eso puedo evitarles problemas a papá y a ti lo haré, pero...

-¿Qué te preocupa? – se alejó lo suficiente para ver mi expresión.

-¿Crees que él sienta algo verdadero por mí o solo sea un capricho?

Las dudas me taladran la cabeza, no tengo idea si él pueda enamorarse de mí. Quizá quiere que sea su puta oficial en turno y me trata de lo peor.

Yo misma me hacía sentir mal por pensar aquello, pero siendo sincera yo no me consideraba bonita. Tampoco tenía un buen cuerpo, cosa que por alguna razón me inquietaba al tratarse de James.

-Creo que en verdad le gustas. Jamás lo vi comportarse tan lindo y amable con alguna chica.

Eso sí, si te lastima o te trata mal, yo mismo lo mato – aseguró rodeándome con sus enormes brazos.

-Gracias Kyle.

Salimos de la habitación y bajamos hasta la sala donde todos esperaban sentados en los sofás.

-Ya están aquí – hablo Ev – Bien, vámonos.

Al parecer todo ya estaba organizado, cada quién agarró sus cosas y salieron a sus autos.

-Mi reina, tú irás conmigo – James entrelazó su mano con la mía, salimos en dirección a una camioneta. Apenas cerró la puerta el chofer arrancó.

-James, ¿a quién se le ocurrió la idea de la boda?

Se notaba nervioso.

-A mí.

-¿Por qué?

-Porque no quiero que te pase algo malo. Además, no me molestaría pasar el resto de mis días con un ángel como tú y sobre todo, quiero ser la primera persona en verte al despertar cada mañana.

James siempre tomándome por sorpresa.

-Sonrojada te miras muy tierna – mordí mi labio inferior – Mira – señaló por la ventana – Llegamos.

Esta mansión es mucho más grande, toda la fachada gritaba lo extravagante de los dueños.

-Bienvenida a tu casa mi reina – dijo mientras me ayudaba a bajar del auto – Eres la señora de la casa, no te sientas cohibida. Puedes hacer lo que te plazca.

-James, no puedo.

- Presto sarai mia moglie amore, questo ti appartiene. (Pronto serás mi esposa amor, esto te pertenece).

El reyWaar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu