Capitulo 21

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Una camioneta ya nos esperaba al bajar del avión.

-Señores Miller - Peter, un escolta de James, nos recibió respetuosamente. Asentimos con una sonrisa a forma de saludo y nos montamos en la camioneta en lo que subían las maletas a la cajuela.

Me sorprendió ver a diez de sus escoltas esperándonos, pero era lógico, es el rey de la mafia. Siempre está protegido por sus hombres.

Dominick y Henderson viajaron con nosotros en el jet mientras que, en otro vuelo venían otros veinte de sus escoltas. Quería venir solamente conmigo, pero no quiso arriesgarse a que nos atacaran y no pudiera protegerme del todo.

Peter puso en marcha la camioneta, Henderson iba de copiloto y los demás chicos custodiaban la camioneta, quedando dos delante y dos detrás.

Lleve una mano a la boca tapando mi bostezo.

-¿Estás muy cansada?

-Un poquito.

-Ya casi llegamos - entrelazó nuestras manos, miré por la ventana el trayecto aunque no se distinguía nada debido a la oscuridad - Amor - incline mi cabeza, mirándolo.

-Mande.

-Hemos llegado, mira.

Dirigí mi vista nuevamente hacia afuera, una casa grande se miraba en todo su esplendor, no es una mansión, pero si es una gran casa.

-Se ve bonita.

-Un poco - reprimí una carcajada, la casa no es tan extravagante como la mansión de California y eso no le agrada del todo - Déjame taparte los ojos - Henderson le pasó un trapo.

-Quiero ver la casa - renegué haciendo un puchero, cosa que no le importo, él tapo mis ojos imposibilitándome ver.

-Mañana la vez - solté un bufido provocando su risa, la camioneta se detuvo en ese momento y las puertas se abrieron. Un minuto después, James me llevaba cargando.

Supongo entramos a la casa porque iba subiendo las escaleras, mis pies tocaron el suelo y la venda de mis ojos fue retirada despacio. Lo que vi al abrir mis ojos era realmente hermoso.

-James - gire conmocionada, no había palabras que expresaran lo feliz que me hacen sus detalles románticos - Es hermoso, gracias - sujete su rostro entre mis manos, plantando un beso en la comisura de sus labios.

-Te mereces más que esto - colocó sus manos en mi cintura, escrutándome intensamente - Eres guapísima, dulce y demasiado linda. Pero sabes que más eres - acercó su cara a la mía lentamente, sabía lo que intentaba hacer e iba a corresponder esta vez.

No importa si llevamos poco tiempo conociéndonos, lo quiero y él me ha demostrado que también me quiere; confió en él, por eso a pesar de mis nervios no me opondré esta vez. Quiero entregarme a él sin importar las consecuencias, porque ese hombre me hace sentir un sinfín de emociones.

Tener miedo es normal la primera vez, ¿no?

-Dime que más soy - pedí en un susurro alternando mi vista de sus ojos a sus labios.

-Eres mía - declaro apresando mis labios con pasión y ferocidad. Quite mis tacones lanzándolos con el pie, le quite su saco y él bajo el cierre de mi vestido; desabrochaba uno a uno los botones de su camisa disfrutando del momento.

James me separo un poco sin soltar mi cintura, mirándome ensombrecido del deseo -¿Estás segura de hacerlo? - cuestiono agitado.

-Si - sonrió ladino, atacando nuevamente mis labios con mayor intensidad. Mi vestido calló al piso, quitó sus zapatos lanzándolos a algún lado al igual que su camisa.

El reyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora