Capitulo 40

18.6K 944 29
                                    

Hoy es mi cita con la ginecóloga, estas semanas se me hicieron muy rápido a pesar de pasármela en REPOSO TOTAL. Enfatizo reposo total porque nadie me dejó moverme para nada de la cama.

Si tenía que ir al baño, iba y regresaba acostarme; si debía comer, Sofí traía mi desayuno hasta la cama y aunque todos se preocuparan por mí, esto era un completo fastidio. Me aburre estar encerrada, no importa si están o no conmigo, ¡necesito salir!, ojalá Rebeca me diga que ya puedo moverme como antes o me volveré loca.

Algo bueno es que James se ha estado comportando de maravilla conmigo, hasta hace tres días. Dijo que iría a trabajar y regreso entre una y dos de la madrugada todo desarreglado, nada que ver con lo elegante de cómo sale en las mañanas. A de creer que estoy dormida y por eso no me doy cuenta de cuando llega, pero si lo hago.

Ni un beso o algo me da, incluso en las mañanas se va antes que despierte, lo sé porque deja una nota junto al desayuno diciendo, "fui a trabajar, regreso más tarde. Te amo."

Éste piensa que me verá la cara de idiota y está equivocado, algo me oculta y lo voy a descubrir.

-Estoy cansada de que haga lo mismo - dije mirando a través del espejo a Liz mientas terminaba de arreglarme - Llega noche, desarreglado y encima apestando a perfume barato de mujer. Me provoca asco, además siento que ese perfume lo he olido antes.

-Alex, la empresa y la mafia le están consumiendo mucho tiempo.

-Eso lo entiendo, pero no responde mis dudas Lizeth. En fin - suspiré pesadamente - Vámonos antes de que se haga tarde - agarré mis cosas y bajamos. En la entrada encontramos a Sofí y James, el susodicho venía entrando.

-¿No irías a trabajar?

-Tuve una junta hoy por la mañana y regrese para acompañarte, ¿nos vamos? - hablo neutral.

-Liz iba acompañarme.

-No importa - sonrió moviendo su mano - Si James te acompaña me quedo.

Nos quedamos mirando y en su mismo tono le respondí un, "okey, vámonos" y partimos rumbo al hospital.

No le hable, miraba por la ventana del auto hasta que saque mi celular. Tenía un mensaje de Dylan donde decía que todo saldría bien y así por fin podría salir con él, adjuntando un video de él y Nico haciendo ridiculeces.

-¿De qué te ríes? - James me miró de reojo, entre risas lo voltee a ver.

-Dylan me mandó un video donde está haciendo tonterías con Nicolás - apretó el volante.

-Le agradezco que me llevara a casa. Sin embargo, sigue desagradándome.

-¿Por qué no te agrada?

-Porque le gustas, porque no solo quiere que seas su amiga y eso me enoja - apretó la mandíbula, literalmente estrangulando el volante con ambas manos.

-James, deja tus celos. Dylan ya tiene claro que jamás lo veré como algo más - me quede mirándolo; algo rojo capto mi atención.

El cuello de la camisa tenía una mancha roja - Demonios, que no sea lo que estoy pensando - estire mi mano tocando pasando los dedos por la mancha recién hecha.

-Maldita sea, Miller - musite en voz alta sintiéndome decepcionada nuevamente - ¿De quién es esa mancha de labial que tienes en el cuello de la camisa? - agrandó los ojos y pasó saliva.

Me miró de reojo nervioso - ¿De qué hablas? - hablar como si nada fue una mala decisión, solo me hizo enojar.

-No te hagas el estúpido, sabes perfectamente a que me refiero. Dime de una puta vez de quién es ese labial, o mejor dicho - hice una pausa conteniendo las ganas de llorar - ¿Con quién estabas? - lo miré frívola hablando de igual manera.

El reyWhere stories live. Discover now