Capitulo 70

13.1K 741 110
                                    

Alexandra Coleman.

Por fin, luego de incansables días de sufrimiento volvía a verlo. Siento una felicidad enorme al verlo con vida, saber que está bien me llena de tranquilidad, pero a la vez me da tristeza verlo destrozado y sé que en cierta parte es culpa mía.

Cuando comprobé que estaba vivo lo único que quería era ir hasta donde se encontraba y matarlo por haberme engañado, por hacerme sufrir, en cambio; no lo hice y me ocurrió una mejor idea - Sacarlo de su escondite - en lugar de irlo a buscar, haría que él viniera hacía mí.

Los mensajes que envié fueron a mis hermanos y a Evan, diciéndoles que James estaba vivo y sospechaba que su cómplice en la mansión para mandarle información era Dominick. Le pedí ayuda a Evan, él revisó quiénes tenían acceso a la red de seguridad en la mansión y descubrió que sí, James nos estuvo vigilando todo este tiempo desde Italia.

Con el coraje atravesado por fingir su muerte, volví a pedirle ayuda; Evan fingiría que siempre estuvo enamorado de mí para hacer que James viniera hasta nosotros. Al principio no quiso aceptar porque sentía que en verdad traicionaría a su hermano, pero después de insistentes minutos termino aceptando. Sabía que le costaría, James es su hermano y lo adora, no obstante; ambos estamos de acuerdo en que debe sufrir lo mismo que nosotros pasamos.

Obviamente mis hermanos, Nicolás y Erick, serían nuestros cómplices.

-James... - susurré con los nervios a flor de piel.

-¿Por qué? - masculló entre dientes - Lo habría esperado de cualquiera menos de ti, eres un traidor.

-James no es... - empezó hablar Evan.

-¡CÁLLATE!, ¡MALDICIÓN!, ¿CÓMO PUDISTE? - gritó furioso haciéndolo callar.

No puedo dejar que odie a Evan o quiera lastimarlo.

-Mejor dime tú, James. ¿Acaso no estabas muerto? - si quería pelear debería aguantarse, está vez para reclamar y pelear yo también estoy más que decidida hacerlo.

-Eso no importa - vociferó.

-¿No importa? - reí irónica acortando la distancia, hice puño mi mano y con toda mi fuerza le di un puñetazo en la cara logrando sacarle sangre.

-¿Qué demonios? - tocó su nariz sorprendido por la sangre.

-Eso tampoco importa - me encojo de hombros restándole importancia, fulminándolo con la mirada - Evan no te traicionó si es lo que estás pensando, jamás lo besé y no está enamorado de mi cómo te hicimos creer - solté frívola.

-No te creo.

-Si me crees o no es tu problema, pero no tienes ningún derecho de venir a reclamar nada cuando el mentiroso aquí, fuiste tú. Dime Miller, ¿qué se siente probar una cucharada de tu propia medicina? - sonreí maliciosa, viendo como tragaba pesadamente poniéndose nervioso.

-Lo hice para protegerte y a mi hijo - respondió descendiendo sus decibeles.

-¿Protegernos? - controlar mis emociones está costándome. No puedo flaquear, ponerme a llorar, o lanzarme a sus brazos y besarlo.

Sin que se lo esperara le di otro puñetazo - ¡DEMONIOS!, ¿quieres dejar de hacer eso? - gruñó tocando su labio, igual roto.

-¿Qué son unos malditos golpes? - Espete furiosa - ¿Sabes cómo me sentí al ver el jet en llamas?, ¿tienes idea del sufrimiento cuando me dijeron que habías muerto? - por mucho que intente contenerme, no pude más. Solté en llanto viendo borroso, producto de mis lágrimas - A pesar de sentir que seguías vivo, pensar que podía estar equivocada; pensar que efectivamente estabas muerto... Esa maldita idea no me dejaba ni dormir, pero tú no consideraste mis sentimientos, no pensaste en cómo me sentiría al decidir llevar a cabo esa estúpida estrategia.

El reyWhere stories live. Discover now