CAPÍTULO 49.

1K 72 0
                                    

Aisley.

A la mañana siguiente cuando despierto, tal y como lo prometió Aarón sigue rodeando mi cintura con su brazo. Me muevo un poco para poder verlo a la cara se revuelve un poco pero no se despierta. Su respiración continúa siendo tranquila pero profunda, tiene el cabello revuelto y los labios ligeramente abiertos. Levanto la mano y acaricio lentamente su cabello rizado, suspira, pero sigue sin despertar. Rozo mis labios con los suyos, pero tampoco se despierta. Tiene el sueño bastante profundo.

Una idea me cruza por la cabeza y sonrió ampliamente. Retiro la sábana de su cintura con cuidado y me recibe una enorme erección matutina, me coloco entre sus piernas y lamo muy lento desde la base hasta la punta, pero aun así no se despierta. Por suerte está respirando o comenzaría a asustarme mucho.

Una gota de líquido preseminal comienza a formarse en la punta y la retiro con la lengua, pero sigue dormido y comienzo a pensar que solamente está fingiendo. A propósito, continúo lamiendo y acariciando lentamente su erección. La provocación parece funcionar porque su respiración se acelera, sonrió y paso la lengua por sus abdominales bajando hasta su erección, levanto la vista y por fin esta despierto observando cada uno de mis movimientos.

— Buenos días. — Sonríe cuando nuestras miradas se encuentran. — Podría acostumbrarme a despertar de esta manera. — No lo dejo continuar cuando introduzco su miembro en mi boca hasta casi provocarme arcadas. — ¡Joder! — Gime y yo succiono la punta.

Acelero mis movimientos cada vez más, la punta toca el fondo de mi garganta, me cuesta respirar y lágrimas comienzan a salir de mis ojos, pero no me detengo ni cuando las mejillas comienzan a dolerme por el esfuerzo. Su mano sigue guiando mis movimientos hasta que siento su semen recorriendo mi garganta.

— Aisley. — Murmura gimiendo y yo me siento a horcajadas en su regazo lamiéndome el labio inferior mientras le guiño un ojo y me inclino para quedar a la altura de sus labios, pero sin besarlo.

— Buenos días. — Sonrió cuando le doy un leve beso. — Gracias por quedarte. — Me acurruco contra su pecho.

— Siempre intento cumplir lo que prometo. — Me da un beso en la frente. — ¿Qué hora es? — Extiendo mi brazo para tomar mi celular de la mesita de noche.

— 6:45. — Vuelvo a acurrucarme contra su pecho. — Tienes un sueño bastante profundo. — Me acaricia la espalda y siento como se ríe.

— Si y tú eres muy inquieta para dormir. — Me besa la frente y continúa sonriendo.

— Eso no es cierto. — Me incorporo para mirarlo y suelta una carcajada.

— Si tú lo dices. — Dice con sarcasmo, pero lo ignoro. Comienzo a acariciar su cabello. — ¿Desayunamos? — Esta vez soy yo la que suelta una carcajada.

— Lo siento, pero la verdad yo no sé cocinar muy bien. — Le sonrió a modo de disculpa. — Por las mañanas desayuno café, fruta, sándwich o claras de huevo. — Me encojo de hombros.

— Con eso será suficiente, aún tenemos que ir a mi casa para cambiarme de ropa.

Cuando bajamos a la cocina y pongo la cafetera, Aarón me observa sentado en uno de los taburetes de la isla con una sonrisa traviesa en los labios, en dos segundos estoy sentada en la isla con sus labios contra los míos.

— Hace mucho tiempo que no estaba en este penthouse, en otra ocasión y con más tiempo quisiera recorrerlo entero contigo. — Me guiña un ojo. — Pero hoy comenzaremos por aquí. — Suelto una carcajada, que es reemplazada por un gemido cuando me embiste profundamente.

Esto es lo mejor del mundo, gracias al cielo que se quedó a dormir. Yo también podría acostumbrarme a esto después de despertar y muy rápido. Echo la cabeza hacia atrás sin dejar de gemir y rasguñando su espalda.

UN JUEGO DE SEDUCCIÓN. (TS #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora