17. Sherlyn, que el niño se nos casa

53.4K 4.4K 1.8K
                                    

Me gustaba conocer a personas nuevas. Disfrutaba escuchando y hablando con la gente. Siempre, desde pequeña, había sido una niña extrovertida y con ganas de conocer a personas, supongo que esa es una de las razones por las que comencé a hablar en vídeos también. Disfruto hablando. Nunca me habían creado ansiedad o nerviosismo las cosas nuevas, pero en esa ocasión era distinto. Iba a conocer a la familia de Kenny, el hombre del que estaba colada hasta las trancas.

Minutos antes de irme, mientras me maquillaba de cara a mi espejo, los nervios se estaban apoderando de mí. Me daba miedo no acabar de gustarle a su familia. La gente de la generación de mis padres aún no entendían mi trabajo. Bueno, no solo la generación de mis padres. No acababan de entender cómo se podía ganar dinero de internet y no consideraban que fuera un trabajo. Temía que no acabaran de verme adecuada para salir con su hijo en un futuro o... no sé.

Odiaba estar nerviosa, pocas veces lo estaba. Con deciros que estuve media hora delante del armario para ver qué me ponía... ¡Yo nunca hacía eso! Al final cerré los ojos y agarré lo primero que mis manos tocaron que fueron unos pantalones amarillos y un top rojo. No podía ir así, obviamente.

Al final acabé poniéndome una falda beige que era rígida y un poco pegada al cuerpo, un jersey marrón de lana gordito y bajo este una camiseta del mismo color de manga larga, ceñida y de cuello alto. Decidí ponerme unas medias transparentes de un tono parecido al de mi piel y en los pies unos botines con un poco de tacón marrones. Obviamente no me puse color en los ojos más que un marrón-naranja muy bonito.

Me dejé el pelo suelto, me perfumé y me puse la chaqueta antes de irme. En vez de ponerme la mochila, me llevé un bolso pequeño.

A pesar de las insistencias de Kenny de venir a buscarme, me negué para así llegar con mi hermano y que él no tuviera que hacer tantos viajes.

―¿Entonces, qué? ¿Estáis juntos, solo folláis...?

―Ay, Logan ―murmuré avergonzada mientras me abrochaba el cinturón. Fue lo primero que me dijo cuando entré en el coche.

―Eres mi hermana, él es mi mejor amigo. Da gracias que no me estoy comportando como el hermano celoso que soy. ¡Debo saberlo todo!

―¿Todo? ¿De verdad? ―pregunté divertida. Mi hermano hizo una mueca de asco.

―No. Todo no, por favor.

Lancé una carcajada. Logan comenzó a conducir por las calles de Nueva York.

―No estamos en una relación, no lo hemos hablado. De hecho no hemos hablado absolutamente nada, ni siquiera el hecho de que esto tiene que ser secreto porque... bueno, solo hace dos semanas que fue el juicio en el que se dejó ganar. Si dos semanas después nos ven juntos se pueden suponer cosas.

―Ya, eso es verdad. Pero siempre podéis decir que comenzasteis a hablar tras el juicio.

―Ya... Pero sería sospechoso también por el hecho de que tú trabajas en el mismo bufete y es... tu jefe, prácticamente, y además mis seguidores ya conocen a Aura, aunque no creo que sepan que es hermana de él. Ay, no sé. Es todo muy complicado, Log.

―¿Te trata bien? ―preguntó mirándome de reojo―. Porque si no lo hace, me importa una santísima mierda que sea mi jefe y mi mejor amigo, le voy a arrancar la po...

―¡No seas vulgar! ―Le pegué en la pierna.

―Por Dios, Kay, la gente ya no dice "jolines" o "me cachis".

―¡Yo digo "joder" e insulto algunas veces!

―Sí, pero luego te santiguas y te vas a confesar ―dijo con diversión.

KENNETH © (EN AMAZON CON CONTENIDO EXCLUSIVO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora