3. ¿El traje negro es el traje de capullo?

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Llegado el lunes lo primero que hice fue agarrar mi cámara de vlogs, a la cual había llamado Taco. Había prometido a mis seguidores que haría mínimo un vlog semanal en Nueva York y estaba decidida a cumplir, aunque no fuera lo que mejor se me daba.

―Pues me acabo de levantar ―expliqué delante de la cámara mientras caminaba dirección a mi cocina―. Hoy tengo un día bastante relajado dentro de lo que cabe, por suerte, aunque mañana ya viene lo gordo. Ahora haré un buen desayuno, con mucho café y chocolate, luego me ducharé, vestiré e iré a ver a mi hermano para que me asesore en algunas cosillas legales. No os preocupéis, no me he metido en ningún lío. Es algo rutinario que toda persona en la vida adulta debe llevar a cabo... Es la primera vez que hago cosas de adulta como tal. Suena bien, ¿eh? ―Subí y bajé las cejas, y me reí sola.

Dejé la cámara en un buen lugar para que se me viera e hice el desayuno, que en realidad no era más que un café y dos croissants grandes de chocolate blanco que había comprado la tarde anterior en una pastelería cercana a mi nuevo apartamento.

―Qué hambre... ―murmuré por lo bajo mientras me sentaba a desayunar delante la cámara.

En edición pondría esa secuencia a una velocidad más rápida para no aburrir a nadie.

No volví a hablarle a Taco hasta que acabé de ducharme. Me senté en el tocador/escritorio, y comencé a maquillarme. Me gustaba hacerlo, pero no en exceso. Solo me hidrataba un poco la cara, me ponía una sombra leve de cualquier color vivo en los ojos, los delineaba y echaba máscara de pestañas. No siempre me pintaba los ojos, a veces les tocaba a los labios. Pocas veces llevaba ambas partes maquilladas. Aunque, eso sí, siempre de colores vivos.

―Después de que Log me asesore, iremos a almorzar por ahí y luego iré a ver a mi amiga Eliza. Momento de publicidad gratuita... ―Alargué mi brazo hasta el otro extremo del escritorio, donde estaba el libro de Eliza y lo mostré a cámara―. Acaba de sacar su tercer libro. Un New Adult romántico llamado "Eres tú". Es una maravilla. Os lo recomiendo muchísimo si queréis morir un poco de amor.

Tras darle un poco de publicidad al libro de mi amiga, seguí arreglándome un poco y hablando. Me vestí con un jean de tiro alto y un top blanco sencillito, me colgué una mini mochila negra con mis cosas a la espalda y salí de casa sin mucha prisa.

No comencé a grabar de nuevo hasta que llegué a la calle. Como aún me daba un poco de vergüenza ir por la calle hablándole a la cámara, simplemente grabé parte del trayecto.

Cuando llegué al bufete en el que trabajaba mi hermano, que no estaba demasiado lejos de mi piso, guardé a Taco en la mochila y entré por las puertas giratorias.

―Hola, Martha ―saludé a la recepcionista, leyendo la plaquita que tenía en su blusa―. Venga a ver a mi hermano, Logan Rivers.

―Un momento ―dijo desganada mientras agarraba el teléfono y se lo ponía a la oreja.

«Qué pocas ganas de vivir tienen algunas...», pensé.

Tras colgar el teléfono, me mandó al ascensor haciéndome un gesto con la mano, a la vez que me decía hasta qué piso debía subir. Hice lo que me indicó y subí hasta el piso diecisiete. Una vez allí, me dirigí a la quinta puerta del pasillo de la derecha. No negaré que fui todo el camino repitiendo por lo bajo las indicaciones que me habían dado, pues temía olvidarme de ello. Llamé a la puerta del despacho de mi hermano y entré sin esperar respuesta.

―Las cosas no son así, Koeman. O se hacen bien o no se hacen, joder. Somos abogados, este es nuestro trabajo. Si te toca defender a un cliente, lo defiendes con uñas y dientes o no comes a fin de mes. ¿Que no estás cómodo con tu cliente por x motivo? Derivas el caso a otro compañero, pero luego no vengas diciendo que no te asignan ninguno, tío. Estás en uno de los mejores bufete del país, hay gente que estudia solo para trabajar aquí. Espabila.

KENNETH © (EN AMAZON CON CONTENIDO EXCLUSIVO)Where stories live. Discover now