280%

8.3K 825 140
                                    

🔞🔞🔞🔞

Suerte pecadores

P.1

Lanzó la camisa blanca lejos, y en segundos comenzó explorar la piel del alfa, las cicatrices en sus hombros; los músculos bien marcados, con las manos aún en sus hombros probó a rasguñar un poco.
Conway comenzaba a desesperarse, tomó ambas manos de Gustabo con una sola y lo hizo alzarlas sobre su cabeza.
Los ojos azules lo miraban fijamente con expectación y alzó una ceja, retándolo.
Dio un beso rápido a los labios de Gustabo y luego bajo al cuello, repartía besos y hasta llegar a la unión del hombro y el cuello, donde debía ir la marca, succionó la zona y siguió por las clavículas, era cada vez más difícil contener los jadeos de gusto para el omega.
Soltó las manos de Gustabo y se apartó.
Sin perder tiempo el rubio se quitó la camiseta y se lanzó al contrario, con un objetivo claro, la hebilla del cinturón que mantenía los pantalones del alfa en su sitio.
Batalló un poco con hasta que el mayor le dio una ayuda.
Cuando estaba por dar el tirón a la prenda fue lanzado de nuevo contra la cama; ambos conocían bien ese juego, el ver quien tenía más poder sobre el contrario.
Solían jugársela por el "liderazgo" en el día día, quien respondía más o mejor a las burlas, quien ponía nervioso al otro.
Aún así fue una sorpresa para Conway que ese comportamiento los siguiera hasta en la cama, Gustabo no se dejaba dominar, trataba de marcar su velocidad, liderar lo que se hacía; y en parte le gustaba, pero no se iba a dejar ganar tan fácilmente.
Con el cuerpo del rubio apoyado contra la cama su mano en el pecho de este intento meter una de sus rodilla entre sus piernas, para abrirse espacio.
Gustabo al percatarse de lo intentaba sonrió con los colmillos y mirándole a los ojos separó tanto como pudo las piernas y las subió a las hombros del alfa.
Una risa profunda se escapó de la boca de Conway, si iban a hacer algo tendría que hacerlo a gusto del omega.
Las manos del alfa fueron rápidamente al culo del omega, apretando y haciendo círculos con las palmas, acercándose cada vez más a la zona que ya presentaba una mancha de humedad por el líquido lubricante.
No se contuvo más y atacó el torso del rubio, lamia disfrutando del regusto a miel que se quedaba en su boca.
Gustabo se relajó al sentir como el mayor se colocaba sobre su cuerpo y le dejaba sentir también el calor que su cuerpo desprendía, sentía espasmos recorrerle cada que la húmeda legua de Conway pasaba por su piel, o cuando los colmillos del mayor raspaban en la piel de su torso.
Su respiración era muy entre cortada, sentía los pantalones apretados y extremadamente húmedos incomodarle.
Las manos de Gustabo bajaron hacia sus propios pantalones, ya harto del calor; desabrocho el botón y tiro de la cremallera hacia abajo.
El sonido del cierre de los pantalones captó toda la atención de Conway, quien se separó un poco para dejar maniobrar al rubio.
-Ayúdeme súper-verga-ardiente-.
De un par de movimientos y tirones logró quitar la prenda, de otro tirón quitó también la ropa interior del omega.
Lo lanzó todo al suelo y recorrió todo con la mirada, sintiendo su boca hacerse agua de ganas por probar y una parte de sus pantalones apretarse mucho más que antes.
Quería guardar para siempre esa imagen del cuerpo de Gustabo, su piel reluciente por el sudor, memorizar cada marca mancha, marca y cicatriz que hacía su cuerpo único.
Sobre todo la expresión entre vergüenza y ansia; con las mejillas enrojecidas, los ojos azules brillantes y desenfócados por la excitación, esa mirada y la boca entre abierta con los labios maltratados y rojos por las mordidas que dio al tratar de callar sus jadeos.
Su atención completa estaba puesta en el cuerpo delante suyo, tanto que notaba hasta el mínimo estremecimiento del omega.
-Una foto te dura más... viejo-.
La voz medió cortada de Gustabo devolvió a la realidad a Conway, lo había dicho en un tono sarcástico y ácido usual; pero esta vez en lugar de irritarle solo le hizo esbozar otra sonrisa pasar su lengua por sus labios y alzar una ceja.
-Tienes mucha razón Gustabin-.
-¿Q-que?-.
Como pudo se estiró hasta la mesa al lado de la cama donde estaba su móvil.
Lo tomó y lo agitó delante de la cara de Gustabo, buscando molestarle.
-¿Que dices Gustabin? Podrás agregarla a tu álbum de éxitos ¿no?-.
Gustabo mordió sus labios, ese viejo estaba disfrutando mucho de eso...
Bajo las piernas de los hombros de Conway con una sola idea en la mente, callarle la boca al viejo.
Arrebató el móvil del alfa y en un movimiento logró desbloquearlo para acceder a la cámara.
"Joder, yo solo me meto en estas cosas... que pena tío."
Por un lado le daba mucha vergüenza lo que tenía pensado hacer, pero por otra le causaba un cosquilleo de ¿Gusto?... el saber que el alfa tendría esa foto en su galería.
"Venga... ¿Que es lo que me decía siempre Horacio para una buena foto?"
Posó como una de las muchas fotos que su amigo le había mandado al Doctor y que recordaba.
La miró, satisfecho; cumplía las "medidas de seguridad" no salía su cara ni nada muy característico suyo.
Así que se dio la vuelta miró a Conway que aún estaba paralizado por la sorpresa, para nada esperaba que el menor fuera a en verdad hacer eso.
-¿Que dice? Esta es la buena ¿No, Conway?-.
Sacudió el móvil en la cara del alfa como él había hecho antes con el.
Iba a seguir riéndose en su cara cuando fue jalado habría adelante.
Se volvieron a unir en un beso, esta vez las manos de Conway bajaron más allá de su torso, se aferraron a su cintura donde hacían un recorrido de arriba a abajo, subían hasta la mitad de su torso y bajaban hasta sus muslos.
-Joder... A-alfa, quítate esa mierda de traje-.
-Un respeto para el traje capullo...-.
Se tragó cualquier otra palabra al sentir como Gustabo movía su cadera para hacer fricción entre ambos.
-No me... haga hacerlo a...mi-.
Se separó un poco para desabotonar y bajar el cierre tiro del pantalón negro y lo dejó caer al suelo.
Esta vez fue el rubio quien se dedico a mirar.
Un tirón en su vientre se hizo presente al imaginar lo que la delgada tela del bóxer cubría.
Se apoyó en la cama con sus hombros para tener una mejor vista.
Mientras Conway sentía su lado alfa alzar orgulloso.
Fue demasiado cundo se cernió sobre el rubio, colocando sus brazos en la cama; acercándose lo más posible y vio cómo era correspondido por el menor al este dejar un espacio para él entre sus piernas y como al soltar su aroma a canela el omega reaccionaba soltando su fragancia de miel y humedeciéndose más.
-Estas bastante desesperado-.
-Cá-lla-te-.
-Solo mira el desastre que estás haciendo-.
Dejó que su mano se acercara a los modelos internos de Gustabo, donde escurría su lubricante.
-Me has mojado hasta la cama, omega-.
Vio cómo el rubio desviaba la mirada con las mejillas rojas.
-Es... culpa suya-.
-¿Mía? ¿Yo cause ese desastre?-.
Gustabo asintió.
-Entonces debería limpiar-.
La cara de confusión de Gustabo fue cambiada por una de sorpresa al haber sido levantado y puesto boca abajo en la cama.
-¡Eh!-.
Toda queja murio en su garganta al sentir como uno de los dedos de Conway recorría sus piernas recolectando los hilos de lubricante que escurrían.
-¿Conway?-.
Su voz sonaba muy amortiguada al estar de cara a ml colchón.
Estaba por alzarse para encarar al alfa cuando lo sintió, sus músculos se pusieron tensos por la sorpresa para luego relajarse y temblar un poco, la lengua de Conway subía por sus piernas hasta los muslos.
Al sentirla parar tan cerca de su culo no pudo evitar gemir.
-¿Q-que hac-haces?-.
-Limpiar, ademas todo el tiempo me has estado jodiendo co que te coma el culo ¿recuerdas? ¿No es esto lo que quieres, muñeca?-.
-S-s-.
No lo dejó terminar cuando sintió sus piernas ser separadas y la lengua del alfa sobre su entrada.
Gustabo era un desastre de gemidos en volumen tan alto que ni en tener la cara contra la cama lograba amortiguar.
Todo su cuerpo temblaba y no caía contra la cama solo por que una de las manos de conway le estaba sosteniendo.
La cabeza de Gustabo se hecho hacia atrás, desenterrando la cara de las sábanas para gritar al sentir la lengua de Conway hacer un poco de fuerza dentro suyo.
Sentía que podía correrse solo con eso.
El alfa de verdad estaba disfrutando de ver a Gustabo tan metido en su placer, de verlo tan ¿vulnerable? Sensible.

Canela y miel por error Onde histórias criam vida. Descubra agora