NARRA SAMANTHA:
-Pero bueno, que guapos estáis. - dijo Mai cuando abrimos la puerta y nos tuvo cara a cara.
-Tú no te quedas atrás. Me encanta tu vestido.
-Gracias Hugo, cuando quieras te lo dejo.
Mi hermano se empezó a reír y Maialen también.
Bajamos a la calle y nos dirigimos a la casa de Flavio y Anaju. Se me formó un nudo en la garganta al pensar que tenía que volver a ver a Flavio después del momento que habíamos pasado en mi habitación.
Llegamos a su casa y Hugo llamó al timbre. Después de unos segundos, apareció Anaju. Nos dijo que fuésemos con ella. La seguimos y después de cruzar el jardín, entramos por la puerta de su casa. Nos dijo que nos sentáramos y se dirigió escaleras arriba.
-Fla, baja ya, que yo tengo que terminar de arreglarme- se le escuchó decir mientras golpeaba una puerta.
Cuando escuché unos pasos dirigiéndose a nosotros bajando las escaleras, mi cuerpo se vio recorrido por un escalofrío. Los nervios me estaban comiendo por dentro, y mi hermano, no sé cómo, se dio cuenta.
-Tranqui Sam, no te va a comer. Además, no tendría que darte vergüenza, ¿no?
-No sé. Así soy, y no lo puedo cambiar.
Noté algo rozándome las piernas, y cuando miré hacia abajo, vi un gato. Entonces me agaché a acariciarlo.
-Hola bonito- le dije con voz de bebé.
-Se llama Rubio- escuché a los dos segundos.
Levanté la vista y vi a Flavio vestido completamente de negro mirándome sonriendo.
-Es muy bonito.
Me dijo algo que no escuché bien y le pregunté que había dicho.
-Nada. - se puso rojo, e intenté mirarlo a los ojos, pero me apartó la mirada.
No le di mucha importancia y seguí acariciando al gato hasta que Anaju bajó las escaleras.
-Me flipa tu pintalabios Jujiti- dijo Maialen.
-Si, es muy bonito- dije acercándome a ellas.
-Gracias chicas, si queréis, os lo dejo después.
-Ya nos podemos ir- dijo la madre de los mellizos saliendo de una habitación con la llave del coche en la mano y un bolso marrón colgado del hombro.
Salimos de la casa y a unos tres metros, estaba el garaje.
Entramos en él y seguidamente entramos en el coche. Lola conducía, Anaju se puso a su lado, en el medio se puso Flavio teniéndome a mí en el lado derecho y a Hugo en el lado izquierdo, y detrás de Hugo se sentó Maialen.
El coche estaba impecable, y los asientos estaban forrados con una tela de leopardo. Me pareció super elegante.
Lola puso Los 40 en la radio, y cada canción que salía, era cantada por nosotros. De vez en cuando notaba como Flavio me miraba, pero cuando yo le miraba y le sonreía, él apartaba la mirada. No sé qué le pasaba, luego le preguntaría.
NARRA FLAVIO:
Anaju entró a mi habitación.
-He llamado a Hugo y le he dicho que en una hora y media tienen que estar aquí.
-Vale, lo veo bien.
-Va a ser una noche inolvidable.
-Eso seguro. Cada vez que vamos a casa de Gerard es inolvidable.
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NO CREO EN EL AMOR [FLAMANTHA]
FanfictionFlavio y Samantha son dos jóvenes que no se conocen de nada. Un día se encuentran en Madrid y ocurren varias cosas.