CAPITULO 7

585 29 0
                                    

NARRA SAMANTHA

Tuvimos que andar un poco y nos metimos por una calle en la que había cuatro casas, dos a la derecha y dos a la izquierda.

Entramos por la puerta de madera de la casa derecha mas cercana a la entrada del callejón, y pudimos ver un gran jardín con muchas flores y plantas, y al final del jardín se encontraba la piscina. A unos metros de la piscina, estaba la casa.

Nos situamos cerca de la piscina y me fijé en que había bastante gente, y pude notar como me ponía nerviosa. Mi hermano me miró, me dio la mano y me sonrió.

Me puse a mirar a la gente que había y que es lo que estaban haciendo.

Algunos estaban en la piscina, otros estaban poniendo un mantel blanco en una mesa y algunas sillas alrededor de esta, otros estaban poniendo música con un altavoz y por último había un chico tumbado en una toalla leyendo apartado del grupo.

Mai llamo la atención de todo el mundo:

-Bueno, como ya sabéis, os dije que iba a traer a mis dos nuevos vecinos. Ellos son Samantha y Hugo.

Nos fue presentando de uno en uno a sus amigos, todos me parecieron muy buenos, pero no me sentía aun preparada para entablar una conversación con ninguno de ellos.

Me acerqué un poco al chico que estaba leyendo, saqué mi móvil y llamé a Marta.

-Hola Samantha. ¿Qué tal lo llevas?

-Hola. No he hablado todavía con nadie, no sé si seré capaz de hacerlo a no ser que se me acerquen a mí. Porque yo no voy a dar el paso, no me sale.

-Anda, no te preocupes. Mira, mi madre me está llamando para que vaya a la cocina, te dejo con mi hermano que lo tengo aquí al lado jugando a la PLAY.

Escuché como Marta hablaba con Marcos, este resoplaba, pero al final cogió el teléfono porque oí su voz al otro lado.

- ¡Hombre!, mi rubia favorita, ¿cómo estás?

- ¡Marcos!, estoy bien y tú, ¿cómo estás?

-Aquí, llevando la vida como se puede.

- ¿Te vas a morir? - le pregunté entre risas.

-Si, de la calor y de no poder ir a tu casa a veros a ti y a Hugo cuando me apetezca.

-Si tienes calor, te vas a la playa. Y a la casa puedes ir, ella no se ha ido, el problema es que nosotros no estaremos. Pero si nos quieres escuchar nos llamas, y si nos quieres ver, hacemos una videollamada. No hay problema por eso.

-Ya lo sé Sam, pero no es lo mismo.

En ese momento escuché como Anaju me llamaba y decidí colgar la llamada, pero mi hermano se acercó a mí y le pasé el teléfono para que hablase con Marcos.

NARRA HUGO:

- ¿Dónde se habrá metido mi hermana? - pensé para mis adentros.

Fui a preguntarle a Anaju si la había visto, pero justo antes de preguntarle, la vi sentada cerca de un chico, y estaba hablando por teléfono. Supuse que estaba hablando con Marta. Eran inseparables desde lo que pasó hace unos años en el instituto.

Me acerqué a ella lentamente y me pasó el teléfono. Al otro lado del aparato oí la voz de Marcos.

-Tío, ¿qué pasa? - le pregunté contento.

- ¡Huguito!, aquí, en el sofá tirado, jugando a la PLAY, asándome de calor mientras tanto y echándoos de menos a tu hermana y a ti. No sé cuánto tiempo ha pasado, pero parece una eternidad.

-La verdad es que si, parece que han pasado años. ¿Esta tarde vais a salir?

-No sé, a mi me apetece para despejarme, pero desde que Sam se marchó, mi hermana no tiene ganas de nada. Solo come y duerme, es como un bebé.

-Eso es normal, con el tiempo se le irá pasando. La mía está mas o menos igual. Se echan de menos, es lógico.

Seguimos hablando hasta que Marcos se despidió de mí.

Dejé el móvil sobre mis piernas esperando a que mi hermana volviese y miré hacia el chico que tenía a mi lado.

-Hola, soy Hugo, encantado.

-Hola, yo soy Flavio, igualmente- contestó y me sonrió.

NO CREO EN EL AMOR  [FLAMANTHA]Where stories live. Discover now