Bruno Bucciarati

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-Nadie molesta señoritas en mi territorio.- Bruno había intervenido sin pensárselo dos veces, separando a la escoria de ser humano que había acorralado a la fémina-. Si te vuelvo a ver cerca de aquí no seré tan compasivo, lárgate.

-G-Gracias.- La fémina casi cae sobre sus rodillas, si no hubiera sido por el gentil agarre del pelinegro, quien la sostuvo con cuidado de la cintura-. Perdón, yo...

-Tranquila, pasaste por algo terrible.- La sonrisa del Capo la reconfortó sin problema, simplemente asintiendo ante aquello-. Oh... al parecer te lastimó, déjame ayudarte ¿si?

-¿U-Uhm? Oh Dios, que vergüenza.- Bajó su mirada hacia su blusa, la cual estaba algo rasgada, cubriéndose enseguida al notarlo-. Que desastre.

-Tranquila, dame un momento.- Escuchó el sonido de un cierre, y en un abrir y cerrar de ojos su ropa había sido arreglada-. Listo, aunque debemos hacer algo con esos moretones ¿por qué no me acompañas? Tómalo como una disculpa por no cuidar más a la gente de mi territorio.

-Yo, uhm... bien.- Asintió aún algo dudosa, siguiendo al hombre bastante de cerca. Claro que conocía su nombre, Bruno Bucciarati estaba en boca de todos, era el Capo que se encargaba de ese territorio y era bien conocido por ser alguien bastante amable, justo, era la bendición de muchos y realmente hacía ver a la mafia como lo mejor de lo mejor-. Gracias por ayudarme, en serio... no sé qué hubiera hecho si-

-No lo menciones, estoy aquí para ayudar a mi gente.- La dulce sonrisa que le dio calmó todos aquellos pensamiento, haciendo que asienta con la cabeza-. Olvidemos ese mal momento ¿Cómo te llamas?

-Yo...- Comenzó a hablarle un poco de si misma, el Capo era alguien verdaderamente amable, escuchándola con toda la atención del mundo, asintiendo cada vez y cuando y preguntando bastante acerca de su vida, sin llegar al punto de ser invasivo, y pronto la conversación se sintió más que natural-. O-Oh, creo que ya he hablado demasiado de mi misma, debí haberte aburrido.

-Todo lo contrario, me gusta escucharte.- Los dos entraron a una farmacia cercana, comprando alcohol, algodón y una caja de banditas, además de una crema para aquellos moretones-. Listo, déjame ayudarte ¿si? 

-Está bien...- Sonrió ante aquel gesto, los dos yéndose a sentar a un parque cercano, los niños jugando a su al rededor. Bruno comenzó a limpiar cualquier herida visible, sonriendo sin darse cuenta pues estaba disfrutando un buen momento con aquella fémina sin percatarse de aquello-. A-Auch.

-Lo siento ¿fui demasiado brusco?

-Descuida, es que soy algo sensible.- Desvió la mirada con vergüenza, su cara siendo tomada entre las manos del capo con cuidado. Volvió a su tarea, cubriendo con un par de banditas su mejilla y esparciendo la crema por su brazo, pues aquel hombre había aplicado demasiada fuerza al intentar llevársela-. Pareces acostumbrado a hacer estas cosas.

-Mi equipo es un desastre para estas cosas, así que estoy bastante acostumbrado a estas cosas.- La miró con una dulce sonrisa, terminando de aplicar la crema para taparla y meter todo en una funda-. Esto no es nada nuevo para mi, quédate con esto y aplicalo cada vez que te bañes ¿bien?

-Bien, en serio muchas gracias.- Los dos se miraron por unos segundos, soltando un largo suspiro para ver hacia los niños que jugaban a su al rededor-. Es lindo disfrutar de un pequeño tiempo libre de vez en cuando.

-Definitivamente ¿Te gustaría acompañarme en un pequeño paseo?.- Se levantó del asiento, extendiendo su mano hacia ella-. Si es que no es una molestia.

-Creo que... no lo sería, me encantaría acompañarte.- Los dos comenzaron a caminar nuevamente, recibiendo algunos saludos de la gente que pasaba a su lado, pues era normal para todos saludar al pelinegro cuando pasaba-. Eres muy popular.

-No estoy tan orgulloso de aquello, a veces no puedo salir sin que me paren a cada rato.

-Pues parece que tengo a la suerte a mi favor, te he tenido todo el rato para mi al parecer.- El Capo soltó una risita, cubriendo su boca con el dorso de su mano-. C-Creo que me pasé, lo siento.

-Admito que fue muy buena.- Negó con la cabeza, una dulce sonrisa posándose en sus labios-. Y bastante lindo.

-Eres...- La fémina soltó una risita, desviando la mirada sin poder evitarlo-. Tu eres el lindo, no puedo creer que seas tan amable y... adorable.

-Creo que es la primera vez que me dicen adorable, no sé cómo sentirme.

-¿Estuvo mal?

-No, hace mucho que no me sentía así de a gusto con alguien. Creo que pasaré por aquí más seguido, tal vez tenga la suerte de encontrarte nuevamente.

-Salgamos otra vez, entonces.- Los dos se miraron por unos segundos, desviando la mirada con las mejillas apenas sonrojadas. En ese momento Bruno se sintió como un chico común y corriente, por un momento toda su vida en la mafia se esfumó y era simplemente un joven saliendo con alguien, y eso no pudo hacerlo más feliz-. S-Si quieres.

-Estaría encantado de eso.

-Entonces... ¿te parece la próxima semana? 

-Claro, haré un espacio en mi agenda para poder verte.- Rascó su cuello con algo de nerviosismo, aunque ni el mismo sabía porqué se sentía así, el había salido con bastante gente por su trabajo de Capo, pero era la primera vez que reaccionaba así por una invitación-. Sería genial tener tu número, ya sabes.

-Oh si, dame un momento.- Sacó de su bolso un papel y una pluma, anotándolo con una sonrisa-. Listo, así nos podemos llamar.

-Claro...

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-¿Y bien?.- Abbacchio vio llegar a su capo, la fachada seria de su rostro cayendo al estar en la comodidad de sus cuarteles-. ¿Cómo te fue?

-Tengo su número, fue muy agradable.

-Sabía que lo harías bien.

-¡Bucciarati! ¿Qué tal te fue?

-Chicos, no hagan un escándalo por favor.

-Hombre, estamos emocionados no puedes culparnos~.- Mista pasó su brazo por el cuello del Capo, riendo contra el-. Llevas viéndola un par de semanas, no creas que no nos dimos cuenta.

-Eso no es..

-Vamos Bucciarati, cada vez que salimos por el lugar estás al pendiente, no podías ocultarlo.

-Bien, lo admito... salió bien, nos vamos a ver la próxima semana.

-Perfecto, entonces te dejaremos el día libre, cualquier misión nos podemos encargar nosotros.- Mista le sonrió a Fugo, quien simplemente asintió-. Así tendrás tiempo para divertirte con ella.

-Gracias, chicos.

-¡Lo que sea por ti, Bucciarati!.- Narancia soltó una risita, escribiendo en el papel que Fugo le había dado-. Y cuando las cosas avances, puedes presentarnos a la afortunada.

-Ya veremos.- Bruno miró el papel entre sus manos, sonriendo para si mismo para después guardarlo en su bolsillo. Tal vez se daría una oportunidad en esto, después de todo era inevitable enamorarse.

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JoJo ThingsWhere stories live. Discover now