Noriaki Kakyoin

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La cama se sacudió en medio de la noche, el forcejeo en el cuerpo de Kakyoin era el causante de aquel violento movimiento, luchando y murmurando cosas entre sueños. La fémina a su lado logró levantarlo con suaves palabras, acariciando su rostro y hablándole hasta que por fin abrió los ojos, sentándose a su lado con el rostro lleno de sudor y algunas lágrimas. A pesar de que ya habían pasado más de 10 años aún era normal para el pelirrojo el levantarse así por sus pesadillas, siendo la fémina la única capaz de calmarlo.

- Nori....- No dudó en atraer al pelirrojo hacia su pecho, dejando que se calme mientras acariciaba su espalda-. Ya pasó, estás conmigo... No estamos en Egipto, estamos en casa, nuestra casa ¿Lo recuerdas?

- S-Sí... nuestra casa...- Su respiración se fue calmando de a poco, aspirando el aroma de su pareja. No había nada mejor que aquel dulce aroma que le recordaba su hogar, aquella persona que estuvo con el durante aquellos 50 días, aquella que se quedó a su lado después de la terrible batalla que lo dejó entre la vida y la muerte, aquella que no se negó a dejarlo atrás.

- Y yo estoy aquí, no estás solo, yo cuido tu espalda desde que nos conocimos ¿recuerdas? No te dejaré solo nunca...

- Gracias por quedarte siempre conmigo, en serio estoy agradecido.- Apenas levantó la mirada, las manos de su pareja acariciando su rostro con el mayor cuidado del mundo, recorriendo con sus dedos aquellas cicatrices que se encontraban sobre sus ojos-. Eres el amor de mi vida, y lo que me llevó a seguir adelante... gracias por haberme salvado hace 10 años, por permanecer a mi lado...

- Nori nunca me cansaré de decirlo, eres mi vida, no debes agradecerme por nada... te amo, y lo haré siempre, pase lo que pase.

- Lo sé... siempre me lo repites.- Unieron sus labios con cuidado, acariciando el cuerpo contrario con la mayor lentitud del mundo, necesitaba sentir su piel, aquel calor reconfortante, aquel cuerpo que lo recibía todas las noches y calmaba su corazón sin importar la situación-. Te amo mucho, en serio... creo que me gustas más que las cerezas.

- O-Oh... vaya, nunca había llegado tan lejos.- Los dos soltaron una suave risita, besándose nuevamente, algo bastante corto, casi como suaves roces por todo el rostro de la fémina. El tema había sido opacado por el sonido de sus besos y sus risas, haciendo que Kakyoin se sienta mucho mejor-. Creo que ahora sí llegué bastante lejos.

- Más de lo que imaginas... Quédate a mi lado siempre, por favor.

- Lo haré sin necesidad de que lo pidas, ya sabes que eres el amor de mi vida y siempre estaré a tu lado.

- Gracias...

- Te amo, Nori.

- Yo te amo mucho más, gracias por estar conmigo siempre...

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JoJo ThingsWhere stories live. Discover now