JotaKak

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No sabían si fue buena o mala idea ir a la casa de Jotaro esa tarde, los dos muchachos se encontraban tranquilizando a la fémina, pues una terrible tormenta azotó la ciudad, y parecía no querer parar durante el transcurso de la misma. Los dos estaban intentando sacarla del armario donde se había metido, pues apenas escuchó el primer trueno decidió esconderse ahí.

- Hey cariño, estamos aquí, nada te va a pasar.- La suave voz de Kakyoin intentó hacerla entrar en razón, tocando suavemente la puerta del armario.

- Tsk, es inútil, no te va a escuchar.

-¡Pero debemos sacarla de ahí!

- Yare yare...- A pesar de su fachada tranquila, Jotaro estaba más que preocupado por la reacción de la fémina, no podía creer que aquella fuerte mujer que luchó junto a ellos en el viaje a Egipto podría verse tan débil contra algo natural. Dudó unos segundos, tirando con fuerza las puertas del armario para sacarla de ahí, envolviéndola entre sus brazos contra su pecho-. Estamos aquí, no debes seguir encerrándote.

- N-No debo hacerlos perder el tiempo, solo... solo...- El sonido de otro trueno hizo que se encogiera contra Jotaro, temblando entre sus brazos-. Lo siento...

- No te disculpes, estamos aquí para ti, te protegeremos.- Jotaro se sentó en cama junto a ella, dejando que Kakyoin también la abrace por su lado. Ahora los dos rodeaban a la chica con sus brazos, dándole un lugar seguro en el cual podía esconderse-. Ni Jotaro ni yo nos moveremos de aquí hasta que pase.

-¿En serio?

- Kakyoin no miente, estaremos aquí, pueden quedarse a dormir si la tormenta no pasa.- La grave voz de Jotaro hizo que temblara, asintiendo con la cabeza enseguida-. Así que... puedes estar tranquila, nos tienes a nosotros.

- Gracias, Nori, Jotaro...- Logró calmarse un poco, los dos jovenes no se separaron ni un centímetro de ella, dejando que descanse entre ellos mientras cada uno acariciaba su cuerpo.

Kakyoin la llenaba de dulces palabras mientras Jotaro tomaba su mano, apretándola un poco para que sepa que estaba ahí para el, cada uno tenía una forma diferente de expresarse, pero eso no los detenía al momento de demostrar cuanto la amaban. Después de un rato los tres terminaron recostados en la cama, la fémina en medio, escuchando el palpitar de los corazones de sus novios ya más calmada a pesar de que la intensa lluvia seguía cayendo fuera de la casa.

- Gracias... y perdón por darles problemas.

- Oh no cariño, no debes disculparte por nada, estamos para apoyarte... 

- Tsk... ni si quiera deberías decirlo, estaremos ahí pase lo que pase, hasta el final.

- Los adoro ¿lo saben?

- Y nosotros te adoramos mucho más, cariño.

- Yare yare daze... ya lo sabemos, no debes preocuparte en decirlo.- Dejó un suave beso en su frente, soltando un suspiro. Por su lado el pelirrojo besó su mejilla, apegándose más a ella con una sonrisa-. ¿Quieren escuchar algo interesante de las estrellas de mar?

- Me gustaría mucho, Jotaro.

- Veamos qué tanto puedes decirnos~.

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JoJo ThingsWhere stories live. Discover now