GioMis

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La misión había terminado con éxito, el equipo Bucchiarati por fin podía regresar a la casa que compartían, algo mal heridos pero a salvo ya. Giorno se había encargado de curar cualquier herida grave que tuvieran así que todos estaban fuera de peligro.

El auto iba en silencio, Giorno manejaba mientras Mista y la fémina se encontraban atrás, habían decidido ir en una van para que todos entraran, estaban verdaderamente agotados así que el camino de regreso fue bastante silencioso.

Llegaron a la base, cada uno yendo a su habitación para por fin descansar. Mista y la fémina se encaminaron a la habitación de Giorno pues el tenía la cama más grande entre los tres, los tres tomando un turno para darse un baño en el cuarto del rubio. Una vez terminaron los tres se sentaron en la cama, mirándose de reojo con una sonrisa, la fémina sacó de los cajones un botiquín, empezando a curar las pequeñas heridas que habían quedado en el cuerpo de Mista y Giorno, eran pequeños rasguños, cortadas y golpes, cosas que el Golden Experience de Giorno no tuvo tiempo de sanar.

- Están hechos un asco.- La risita de la fémina enterneció a los dos muchachos, dejándose curar y poner una bandita en cada cortada-. Mista, deja de lanzarte al peligro porque si, me vas a matar del susto un día de estos.

- Pero estoy bien ¿No~? Así que no debes preocuparte.

- Y tu, Giorno... entiendo que tus planes siempre funcionan, pero no confíes solo en eso y si hay peligro por favor retírate.- Terminó de poner una bandita en su mejilla, llevando sus manos a las hebras doradas que caían al rededor de su rostro-. No sé cual de los dos es peor.

- Estamos bien, cara... mi Golden Experience se encargó de cualquier herida, no es necesario que hagas esto siempre y te preocupes de más.

- Nunca dejaré de preocuparme por ustedes dos, así que piensen en eso cuando se lancen sin más al peligro.

- Está bien, cara.

- Ahora deja que nosotros nos preocupemos por ti.- Mista fue el primero en acercarse, ubicándose tras la espalda de la fémina para masajear sus hombros, recorriendo su cuerpo con sus manos con bastante cuidado, después de todo no quería causarle ninguna molestia por cualquier herida que tuviera.

- Tómalo como un agradecimiento por siempre estar ahí.- Giorno la tomó del rostro, haciendo lo mismo que ella, curando cada una de las pequeñas cortadas que tenía, poniendo una bandita sobre cada cicatriz para finalmente acercarse a sus labios para besarla-. Después de todo mereces relajarte.

- Chicos~... sé que ustedes también están cansados, no deben preocuparse por mi~.

- Sh~... Después de tomarte tu tiempo con nosotros no puedes decir eso, tu solo relájate y deja que nos encarguemos~.- Las manos de Mista viajaron por su cuerpo, sacándole algunos suspiros de placer. 

El pelinegro era bastante hábil a la hora de masajear su cuerpo, sabía dónde necesitaba fuerza y donde no, eso sumado a las caricias y besos que Giorno le estaba dando la hacían sentir en el cielo. Giorno y Mista eran bastante opuestos, pero se complementaban bastante bien a la hora de satisfacer a su pareja, como si supieran exactamente qué hacer sin tener que hablar, pues una simple mirada bastaba.

Los tres habían empezado aquella relación hace poco, los únicos que sabían de eso era el equipo Bucchiarati, pues ninguno quería tener malas miradas encima de ellos. Los chicos aceptaron aquella relación con todo el gusto del mundo, pues mientras no les afectara en el trabajo todo estaría bien.

- Uhm... ¿Saben? He estado pensando mucho en algo.

- ¿En qué, cara?

- ¿Alguien te está molestando? Descuida, puedo asustarlo si es necesario.

- No lo hagas, Mista.- La fémina rió ante el comentario del muchacho, negando con la cabeza-. Es solo que... no quiero que lo tomen a mal, chicos... pero, no sé, aún no me siento lista para hacer del todo pública nuestra relación, y me siento tonta por eso, porque ustedes son maravillosos, lo mejor que le ha pasado a mi vida, y que yo les pida esto es algo muy egoísta...

- Cara... está bien, ninguno de los dos puede obligarte a nada, al menos yo estoy bien así, no es necesario apresurarse tanto.

- Oh bella~... pensaba que era algo más serio, yo estoy perfectamente bien~.- Mista la pegó a su pecho, rodeando su cintura con una sonrisa-. Lo que menos quiero es que estén incómodos, me gusta darles cariño, pero si eso los pone incómodos creo que puedo cambiarlo un poco.

- ¿No están enojados?.- Se volteó hacia el pelinegro, bastante sorprendida-. Pero... 

- No no bella, está perfectamente bien, lo entiendo, y creo que es genial que me lo hayas dicho directamente.- Llevó una de sus manos a su cuello, acercándose para besar este con cuidado, subiendo hasta sus labios. Le hizo una seña al rubio para que se acercara, plantando un suave beso entre sus labios también, a lo que Giorno correspondió con gusto-. Realmente no necesito más mientras los tenga a ustedes dos, y haré cualquier cosa para que estén cómodos.

- Gracias por entenderlo, Mista...

- No estés tan seria, cara.- Giorno se acercó a besar la frente de la fémina, bajando sus labios hasta los contrarios para plantar un beso entre estos, apenas robándole el aliento-. Me alegra que seas honesta con esas cosas, vayamos a dormir ¿Les parece?

- Me siento bastante cansado, vamos~, quiero abrazar a mis novios~.

Los tres rieron para echarse en la cama, a Mista le gustaba abrazar a los dos jóvenes siempre, entre los tres era el que más adoraba el contacto físico y los dos menores no podrían estar más felices por eso. La fémina se acomodó en el medio, recorriendo el cabello de Giorno para que no le molestara, rodeando la cintura del rubio para pegarlo contra ella.

- ¿Algún día me dejarán ser el que los abrace a los dos?

- No lo sé, GioGio~... me gusta abrazarte, si eres un buen niño tal vez te deje~.- La fémina rió contra su oreja, dejando un suave beso en su cabeza para abrazarlo aún más fuerte-. Además me gusta estar en medio, ustedes dos son calientitos~.

- Podemos serlo aún más, bella.

- ¡Mista~! No es momento para eso, pervertido~.

- Ya duerman ustedes dos, mañana tenemos otra misión en la tarde. Bucchiarati dijo que debíamos estar listos para cualquier cosa.

- Uhm~... bien, solo si te dejas abrazar, GioGio.- La fémina rió contra el, sintiendo como las manos del rubio se posaban contra las suyas-. Buenas noches, mis amores.

- Descansa, cara.

- Sueñen conmigo, carino, bella~.

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