Capítulo 57

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— Perdón por llegar tarde, tuve un percance— me disculpé apenas llegue a un lado del rubio que desprendía un aura sofocadora de tranquilidad cruzado de brazos y apoyado en lo que parecía ser su auto

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— Perdón por llegar tarde, tuve un percance— me disculpé apenas llegue a un lado del rubio que desprendía un aura sofocadora de tranquilidad cruzado de brazos y apoyado en lo que parecía ser su auto.

— No te preocupes ¿empezamos con el tour? — apreté mis labios y asentí con la cabeza
dando un paso atrás e indicándole con la cabeza que me siguiera lo que hizo al instante.

Empezamos a caminar en silencio por la entrada de la universidad observando la ya casi vacía institución por la alta hora de la tarde. Se escuchaban pocos sonidos por el lugar, pero lo que más resaltaba era una música a lo lejos que aligeró el ambiente entre ambos, lo miré de reojo para captarlo allí, mucho más alto que yo mirando en mi dirección con una sonrisa de lado, sonrío también y aclaro mi garganta con una tos falsa.

— Bueno ¿y está es tu primera vez en Los Ángeles? — pregunté apenas poner un pie dentro del gran lugar.

— No, mis abuelos son de aquí — respondió gentilmente mientras observaba todo el lugar con curiosidad.

— ¿Por eso te transferiste? ¿para estar con tus abuelos o algo así? — el chico asintió un poco con la cabeza, caminamos hacia la primera puerta que vi, era un salón totalmente normal y corriente, así que solo se lo mostré por unos cortos minutos y cerré la puerta volviendo a caminar por los pasillos — ¿cómo llevas lo de los estudios? en tu año ya empiezan las prácticas dinámicas.

— Si, por eso no eh venido a la facultad, en los pocos días que llevo aquí nos la hemos pasado en el hospital universitario — explicó y yo asentí con la ceniza entendiendo completamente su posición. Volvimos a entrar en otro salón que ahora era de informática, allí se encontraban algún par de personas que no cayeron nunca en cuenta sobre nuestra presencia, así que solo ignoramos su estadía también y salimos del lugar — bueno, si hablábamos de estudios, quiero saber cómo sacaste tu licencia.

— Fácil, estuve unos dos años en la universidad en Chile, porque soy de allá — Jessie hizo un asentimiento vocal y seguimos caminando — intenté atrasarlo lo más que podía, pero allá todos conocían de mi síndrome y lo "increíble" — hice comillas en el aire con sarcasmo — que era tener una memoria perfecta, me avanzaron para librarse de mi lo más rápido posible.

— Wow, que cruel.

— Si, bueno, no tanto como mis compañeros, pensaban que presumía...

— Comprendo — interrumpió con un tono bajo y amable — pensaban que presumías al decir toda la información que formulaba tu cerebro en menos de un segundo, porque recuerdas todo y es inevitable no decirlo.

— Oh, eres la primera persona que lo entiende al segundo, realmente gracias — le sonrío y abro la siguiente puerta entrando en un salón cualquiera, otra vez.

— ¿Así que de Chile? eso es bastante lejos de aquí.

— ¿Sabes donde queda? — Jessie asintió con una sonrisa burlona frunciendo su ceño — me sorprende gratamente que sepas, la mayoría de mis amigos no sabían dónde quedaba cuando llegue hace unos meses.

— Si, bueno, no es por ser mal agradecido con mi país, pero la mayoría de la población estadounidense es inculto en ese término de conocimiento universal — habló fluidamente Jessie llamando mi atención, su forma de hablar era tan exquisita, que me provocaba revueltas en el estomago por su buena de comunicar y de conocer más allá de sus propias narices.

— Algunos ni siquiera conocen en el estado que viven, es realmente deprimente lo estupidos que pueden a llegar a ser, sin ofender, claro — miro rápidamente al chico, pero el solo soltó una risita asintiendo seguidas veces con la cabeza divertida.

— Concuerdo.

— Genial, pensé que ibas a ser como otros que se toman muy a pecho lo que dicen sobre su nación — Jessie negó y abrió la puerta para salir del salón y seguir nuestro camino por el pasillo — ¿hace cuanto tiempo eres amigo de Matt? — pregunté para cambiar de tema, lo cual el chico tomó bastante bien y sonrió mordiendo su labio mirando levemente el techo.

— Creo que casi toda la vida, no tengo contemplado el tiempo, pero mis abuelos y él son vecinos, así que lo veía bastante seguido.

— Wow ¿y era igual de manipulable cuando pequeño? — solté una risita que fue acompañada por la de Jessie rápidamente.

— Creo que si, siempre sucumbía a las palabras de la chicas.

— Todos los hombres terminan manipulados por las palabras de una mujer, no exactamente de un amor, puede ser de una hermana e incluso de una madre, pero siempre ante una mujer — digo calladamente entrando en otro salón que era otro común ¿enserio? ¿no había nada bueno en el primer piso? Suspiré cansada caminando a una mesa sentándome en ella — tomemos un descanso, fue un largo día para mí día, me siento cansada tanto mental como física.

— Esta bien, pero volviendo al tema de la manipulación femenina, yo no eh sido manipulado conscientemente, es decir, nunca me han logrado engatusar. Estoy esperando a la chica para que me manipule, solo ella — musitó con un pequeño tono de burla sonriendo de lado acercándose hacia mi.

— ¿Así que eres un tóxico? — pregunté con un tono burla también levantando una ceja curiosa, que hizo que riera por lo bajo llegando al fin frente a mi, pero yo no caería tan fácil, nadie le gana a Emma. Salte de la mesa colocándome frente a él, yo era más baja, pero no me importaba. No importaba mi estatura cuando yo ya era imponente con solo mi presencia y mi actitud.

— Si es por ella, lo podría ser.

— ¿Y quien es ella?

— Tú.

Entonces como en cámara lenta su rostro empezó a acercase al mío poco a poco mientras cerraba sus lindos ojos azules con tonos verdes, iba a acceder al principio también cerrando mis ojos, pero el fuerte recuerdo que tenía fijado fielmente en mi corazón y cerebro llego como una daga, no podía hacer esto, no aún sabiendo que amaba con todo mi ser a Joshua Bassett. Di un paso atrás cuando sus labios estaban a tan solo un centímetro de los míos, el chico al sentir la suave brisa que provoque sonrío de lado un poco tenso abriendo sus ojos observándome fijamente sin decir nada.

— No suelo besar en la primera cita — intenté camuflar la gran incomodes en mi, la cual fue aceptada por el rubio quien solo sonrío y colocó una mano sobre mi mejilla.

Sonreí agradecida por su compresión y solté una risita al verlo pasarla por mi cabello revolviéndolo.

— Entonces después de esta debemos tener otra.

— Entonces después de esta debemos tener otra

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Sofiadaaholland

EXCHANGE, Joshua BassettDonde viven las historias. Descúbrelo ahora