Idiota

32. Tarde perfecta.

La tarde con Jackson iba cada vez mejor. Primero fuimos al parque ya que él decía que quería ver los patos nadar en el río. No quise comentar nada. Cuando fuimos, vimos a los niños jugar con el agua y tirarse al río. Tampoco era un río muy grande, se le podría llamar charca más que río. Jackson me llamó para que me acercara con él a ver a un pato muy grande y gordo, así que me acerqué para verlo, pero cuando lo hice, Jackson me pegó un empujón y me caí dentro de la charca. Me levanté mojada y riendo, pasándome las manos por la cara intentando quitarme el agua de los ojos. Cuando los abrí, Jackson se sujetaba el estómago con las manos y no dejaba de reírse. Aprovechando que no se enteró, le devolví el empujón y le tiré al agua. No podía dejar de reírme y la que se sujetaba el estómago ahora era yo. Se cayó al lado de uno, y el pato empezó a mover las alas, asustándole. Jackson no dejaba de gritar lo mucho que odiaba los patos y que ya no quería volver a ver a uno nunca. 

Nos sentamos en la hierba del parque donde pegaba el sol, para secarnos lo antes posible.

- Veo que te lo estás pasando bien. - dijo orgulloso con una sonrisa.

- Sí. - admití devolviéndole el gesto. - Supongo que lo estás haciendo bien.

- ¿Bien solo? No te he visto reírte así nunca. Soy el mejor.

- Claro Jack. - reí. - Lo que tú digas.

- Te encanto.

- Sí, me tienes loquita. - bromeé.

- Lo sabía. - exclamó riendo. 

Jackson me comentó que su hermana Judith se había casado este fin de semana, que la fiesta le había gustado muchísimo, sobre todo la comida. Me reí al escuchar el comentario. Jackson era como Emily; amaban la comida sobre cualquier cosa. También me dijo que su primo fue a la boda acompañado de una chica realmente guapa y que le pareció raro que tuviera novia, ya que él era un completo capullo. También me reí.

- Bueno. - dijo poniéndose más serio. - ¿Estás mejor?

- Cada vez intento pensar menos en eso.

- Lo siento. - murmuró arrepentido. - No debería haberte dicho nada, yo... Lo siento, de veras Ronnie.

- No, creo que está bien que pueda desahogarme con alguien que no sea Emily. - me reí sola. - A veces pienso que le pongo la cabeza como un bombo.

- No sólo a ella. - bromeó riendo provocando que yo también riera. - ¿Qué piensas?

- ¿Sobre todo?

- Sobre todo. - repitió convencido.

- Pienso que soy ha sido todo un completo desastre. O tal vez el desastre sea yo. No lo tengo demasiado claro. - suspiré y miré a los chicos jugando con el agua, diviertiéndose, sin ninguna preocupación. - Sigo machacándome por cada estupidez que ha dicho y sigue diciendo, por cada promesa que ha roto, por todas las mentiras que me dijo y yo creí. Pero, ya me estoy acostumbrando a este vacío y a la humillación.

Cerré los ojos con fuerza negándome a llorar delante de Jackson, y mucho menos por Kyle.

- ¿Qué pensaste cuándo descubrirte todo lo que había pasado en la fiesta?

- Pensé que no sabía quién era más gilipollas, si él por pensar que no me enteraría, o yo por enamorarme del tipo de chico que no me ha gustado nunca. También pensé que, si sabía que no iba a durar, ¿por qué se quedó? ¿por qué no se fue simplemente? Tenía a todo el instituto detrás de él y tuvo que fijarse en la estúpida chica que lee novelas románticas y que piensa que algún día aparecerá su chico ideal y que acabaran felices para siempre. - suspiré de nuevo y le miré. - Pero eso no les pasa a las chicas como yo. Bueno, a ninguna chica en general.