24. La nota.

229K 11.5K 1.8K
                                    

Abrí los ojos vagamente cuando escuché el despertador. <Dios, no.> pensé. Volví a cerrar los ojos cuando mi despertador dejo de sonar, pero poco después lo escuché de nuevo, resoplé al mismo tiempo que levantaba la mano y empezaba a tocar mi mesita hasta que encontré el botón del aparato que no dejaba de sonar, y deje mi mano caer fuertemente, provocando un sonido bastante alto. Escuché unos pasos subir las escaleras, y a los quince segundos escuché mi puerta abrirse. 

- Ronnie, dice mamá que te levantes. - escuché la voz de mi hermano.

Espera.

¿Mi hermano? Abrí los ojos rápidamente y le miré con sorpresa. Me parecía extraño que hubiese aceptado venir a despertarme sin nada a cambio. Seguro que mi madre le habría dicho que le daría más paga.

- Y si puede ser, no le vuelvas a dar esa hostia al despertador. - dijo mientras caminaba hacia la puerta. - Por cierto. - llego a la puerta, pero no se giro. - Lávate la cara, das más miedo de lo normal. - fue lo último que dijo antes de cerrar la puerta.

Estaba segura de que lo último lo habría dicho con la típica sonrisa de gilipollas que ponía siempre que decía algo que a él le parecía gracioso. Sonreí al pensar que me había dicho eso, siempre que venía a despertarme cuando era pequeña me decía eso, yo me enfadaba con él y por la tarde Scott me llevaba al parque como disculpa. Seguía sonriendo nostálgica cuando miré el despertador. ¡Mierda, demasiado tarde!

Me levanté de la cama corriendo y cogí lo primero que encontré en mi armario, caminé hasta el baño y me arreglé, después  baje rápidamente a la cocina a coger algo para comer, cogí mi mochila, mi móvil y mis llaves y salí de casa al mismo tiempo que comía las galletas que había cogido.

Llegue al instituto cuando todos estaban entrando. Suspiré aliviada. Fui a mi casillero y me cambié los libros, cerré mi taquilla y antes de que pudiera girarme escuché una voz detrás de mi.

- ¿Estás bien? - preguntó. - No es normal de ti llegar tarde.

- Ya te contaré Emily, he tenido una mañana rara. 

- ¿Rara en que sentido? - me preguntó mientras caminábamos hacia clase. 

- Rara en el sentido de que Scott ha venido a despertarme.

Emily puso cara de sorpresa.

- ¿Tú madre le ha chantageado?

- Eso creo.

Entramos en clase y nos sentamos en nuestros sitios. Nuestro profesor de Castellano entró y dejo sus cosas encima de la mesa. Yo me encontraba hablando con Emily, y los demás compañeros hablaban entre ellos a un nivel bastante alto, a decir verdad. 

- ¡Libros fuera, ya! - gritó nuestro profesor haciéndonos callar a todos. - ¡Punto 2, estuches fuera, yep! - gritó de nuevo imitando a un militar. - ¡Bajo mochilas, yep!

Toda la clase reímos al mismo tiempo que hacíamos lo que él decía.

- Chicos, ahora en serio, poneros las pilas. - se sentó en su silla y empezó a explicar que teníamos que hacer. - Me gustaría que hicierais un cuento, sobre lo que queráis. Sabéis que estamos estudiando ahora la teoría de la narración, pero a mi no me sirve eso, quiero que lo paséis a la práctica. - se levantó y empezó a pasearse por la clase mientras continuaba hablando, nosotros sólo le seguíamos con la vista. - Así que debéis coger un espacio y un tiempo, un narrador y unos personajes. Como personaje podéis coger a alguien guapo, atractivo, inteligente, elegante.... - se sentó en su mesa y rió. -... no me miréis así, sé que estáis pensando en mi.

Toda la clase reímos y alguien llamó a la puerta.

- ¿Puedo pasar?

- ¡Hombre, Saura! - gritó mi profesor. - Anda pasa, pasa. Que tus compañeros van a explicarte que vas a tener que hacer.

IdiotaWhere stories live. Discover now