Idiota

27. Cena familiar, Scott, y Boom.

Me encontraba delante del espejo de mi habitación mirándome fijamente. Analizando cada parte de mi cuerpo, simplemente para ver si podría ir elegante. Llevaba una falda de color negra alta, que me llegaba hasta un poco más hacia arriba de mis rodillas, una camisa tostada sin magas -que iba metida por dentro de la falda- de color tostado y unos botines del mismo color que mi camisa. Mi pelo estaba suelto, y lo había ondulado. Realmente me veía bien.

Habían pasado algunas cosillas en mi vida. Kyle me pidió hace tres meses que fuera su novia y acepté. Creo que nunca me sentí tan viva y tan especial por culpa de alguien; él me hacía sentirme así, y me gustaba. Las notas seguían, todos los días tenía alguna, y llegue a un punto en el que no les di importáncia, al fin y al cabo será alguien que no tiene nada que hacer con su vida y se dedica a molestar a los demás. Por otra parte, Cameron se había vuelto más gilipollas de lo que ya era antes, ahora se había convertido en un chico popular del instituto, seguía molestándome y metiéndose conmigo, pero con él hacía lo mismo que con el tema de las notas; ser indiferente. Y Scott estaba un poco más tranquilo de lo normal, ya no me miraba con cara de asco cuando me veía por los pasillos y en el instituto a veces hasta me saludaba. Esto días también había estado saliendo más de seguido con mis amigas y olvidándome un poco más de las pequeñas cosas que deberían desaparecer por completo de mi vida. Las chicas me ayudaban mucho aunque yo no les agradeciera casi nunca nada.

Mi vida estaba empezando a brillar de nuevo.

Cogí aire lentamente y cerré los ojos, solté el aire, volví a coger, lo volví a soltar.

<No pasa nada, todo va a estar bien.>

Llamaron a mi puerta  antes de entrar. Escuché unos pasos pasar y cerrar la puerta y esos sonidos pararon. Me giré lentamente, encontrándome a un Kyle con la boca abierta y una mirada adorable. Iba vestido informal, unos vaqueros, una camisa y unas deportivas. Empecé a pensar que tal vez me había arreglado demasiado.

- Estás estupenda, cariño. - dijo acercándose a mi.

Me sonrojé de inmediato y bajé la cabeza, mirando el suelo avergonzada. Kyle caminó hacia a mi, puso sus manos en mi cintura y me atrajo hacia él para juntar sus labios con los míos de una manera tierna. 

- No deberías haberte arreglado tanto.

- La ocasión lo merece. - dije mirándole a los ojos. - O al menos, eso es lo que pienso.

- No es para tanto, Ronnie.

- Sí lo es, ¿cómo puedes decir eso? - pregunté riéndome. - ¿Pensaste lo mismo cuándo conociste a mi familia?

- No. - admitió con una sonrisa. - Pero me deje llevar.

- Sólo quiero gustarles.

- Vas a gustarles.

- ¿Tú crees?

- ¿A quién no puedes gustarle?

<Si yo te contara.>

Me despedí de mis padres antes de salir de mi casa. Esta vez Kyle y yo fuimos caminando a su casa, tampoco estaba muy lejos. 

Cuando Kyle vino a conocer a mis padres de manera "oficial" -por llamarlo de alguna manera- mis padres estuvieron encantados con él, diciéndome que era uno de los mejores chicos que yo podría haber conocido -también cuenta el hecho de que sólo les haya presentado a Kyle- y que estaban muy felices de verme con él. Se lo tomaron más que bien y a mi eso me alegró bastante. Scott estuvo en la cena, y a él pareció que no le caía muy bien Kyle. Pero no me sorprendió. A Scott tampoco le gusta mucho casi nada de lo que yo hacía o con quién yo hablaba desde hacía meses, así que no le di importáncia.