Ayúdame a Sentir (Finalizada)

Capitulo Final

Aina

— ¿Estás segura que sabes lo que haces? — pregunto viendo la extraña mezcla que yace sobre el refractario de cristal. Saly sonríe y asiente sin dejar de mezclar la masa café.

— Por supuesto soy una excelente cocinera. — fanfarronea segura de sus habilidades. Frunzo mi ceño sin creer lo que dice. La mezcla en verdad se ve poco apetecible.

— Ayer dijiste que nunca antes habías horneado un pastel. — digo recordando sus propias palabras.
Me recargo sobre el fregadero viendo como Saly vierte la mezcla en un recipiente especial para meterlo al horno.

— Si es verdad, nunca antes había hecho uno, pero te aseguro que quedara excelente y Even lo amara. — asegura. Sin más remedio asiento creyendo en su palabra.

Saly mete el traste al horno mientras yo saco el filete mignon para preparar la receta que papá me enseñó hace unos meses. Filete en salsa Bernesa.

Una vez que he lavado el filete lo llevo a la sartén para que se fría. Pico un pimiento rojo, espárragos y ejotes para acompañar el filete y los frío. Una vez que concierto el filete está listo vierto la salta encima y apagó la estufa cuando está todo listo.

Perfecto.
La cena se ve espectacular. Tengo todo casi listo, solo falta la crema de champiñones y el pastel que Saly se ofreció hacer.

Últimamente a Even le gusta mucho el pastel de chocolate, cada que salimos a cenar siempre pide pastel de chocolate como postre, cosa que adoro ya que me comparte la mitad de su pastel. Como yo no sé preparar un pastel y papá hoy está ocupado en su trabajo y no me pudo ayudar a preparar la cena especial que tengo preparada para Even, Saly se ofreció a ayudarme.

Hoy Even tiene una entrevista de trabajo, su primera entrevista formal en un buffet jurídico y si le va bien obtendrá el empleo de sus sueños. Un empleo con el que ha soñado desde que comenzó la carrera de abogados. Sé que le irá bien. No sólo por el excelente currículum que tiene, sino por la pequeña ayuda que papá le está proporcionando.
Para celebrar su primer logro he organizado una cena romántica. Seremos solo él y yo, pasando una velada magnífica.

El olor a quemado invade mis pensamientos y me trae de regreso al mundo. Asustada observo la estufa, pero está apagada. Si no es lo mío lo que se quema entonces debe ser lo de...

— Maldición. — grita Saly. Volteo en su dirección y veo como el humo sobresale del horno.
Alterada Saly abre el horno dejando escapar todo el humo, al instante la alarma contra incendios que Even y Saly tienen en su departamento comienza a sonar ocasionando que mis oídos duelan.

Saly vuelve a cerrar el horno y corre con un trapo en manos hasta la alarma contra incendios para soplar y deshacerse del humo.

— Saly has que pare. — grito para que me escuche tapando mis oídos. Sin dejar de soplar Saly me ve y sonríe.

— Eso intento querida, pero no es tan fácil. Solo dame un poco más de tiempo.

Sin más remedio voy hasta la sala por el ventilador, lo llevo a la cocina y prendo para que el humo desaparezca y dejé de sonar la molesta alarma. Pocos minutos después la alarma deja de sonar y el humo desaparece.

— Que ha sido eso. — pregunto viendo el horno. Saly sonríe y se pone unos guantes para sacar el pastel.

— Creó que me pase un poco con el tiempo de cocción. — dice cómo si nada, en cuanto saca el pastel maldigo a lo bajo.

El pastel de chocolate es más café de lo normal por lo quemado que está. No tengo mucho tiempo, Even no tardará en llegar y todavía no tengo lista toda la cena y ahora con el pastel arruinado tengo el doble de trabajo.