Capitulo 19

1K 111 16
                                    

Even

— A dónde vamos Dominic. — pregunto al notar la elegante zona a la que nos dirigimos. Dominic gira a la derecha dejando ver una enorme y elegante casa.

— Te gusta. La compré hace un mes antes de venir aquí. — explica mientras el enorme portón automático se empieza abrir. No es tan grande como la casa que tiene en Canadá, pero no deja de ser fascinante.

— Que si me gusta. Estás bromeando verdad. Obviamente me gusta, es hermosa... Pero no entiendo porque la has comprado.

Dominic estaciona frente a la casa y baja del auto. Emocionado por ver el interior de esta casa lo sigo. Si por fuera la casa es hermosa por dentro es fantástica. No existen palabras para describir lo elegante y sofisticada que es. Incluso es más bonita que la casa de la abuela Elizabeth.

— Me sentía muy solo en Canadá, los amigos no eran suficientes para suplantar a mi hijo que cada día me causaba dolores de cabeza. — dice divertido.

Sin poder evitarlo suelto una risa abrazando a Dominic por los hombros. No sabe lo mucho que lo aprecio. No sólo porqué me trata como a un hijo y me llama como tal, sino porque para mí es como un verdadero padre.

— Así que decidí comprar una casa en New Haven y venir a vivir aquí contigo, pero tranquilo no te quítate la diversión. Puedes salir con tus amigos las veces que quiera y ahora que mi hija está aquí y quiere pasar tiempo conmigo tengo otro motivo para quedarme.

Mi sonrisa se borra al instante. No por celos ni nada por el estilo. Bien sabía que Dominic tenía una hija a la cuál amaba con locura, pero ahora que sé que es Aina y que ella todo el tiempo supo que al hombre que consideró un padre es su verdadero padre me siento traicionado.

No logro entender cómo es que nunca me dijo nada.
— No tienes porqué sentir celos de Aina, para mí ambos son mis hijos y tendrán el mismo trato. Lo prometo. — habla Dominic interrumpiendo mis pensamientos.

— No es eso. Te lo aseguro, es solo que yo le había contado sobre ti a Aina y ella sabía que tú eras su padre, pero no dijo nada al respecto. No entiendo por qué lo calló.

Papá palmea mi espalda y sonríe de la misma forma que siempre lo hace desde que tengo quince años.

— No lo malinterpretes. Aina tiene sus motivos, tal vez no quería que te sintieras incomodo o que te alejara de ella. Si quieres saber el motivo pregúntale de forma directa y no te quedes con la duda. — asiento ante la lógica que tienen sus palabras. Debo hablar directamente con Aina para saber la verdad y dejar de hacer hipótesis que probablemente son erróneas.

— Tienes razón. — sonrío intentando cambiar de tema. No quiero seguir pensando en lo mismo.
— Vaya incluso hay una piscina aquí. — digo al ver el patio trasero donde está una piscina enorme.

— Si, pensé que cuando tenga que viajar a otro país tu podrías invitar a algunos amigos y hacer una fiesta y que mejor que una piscina para que tus amigos la disfruten. — ruedo mis ojos ante las ocurrencias de papá. Sé que ningún otro padre tendría tales ocurrencias. Ni mucho menos comprarían una casa con piscina pensando en las fiestas que su hijo puede hacer.

— Gracias por pensar en mí... Papá. — normalmente nunca lo llamo papá, me es un poco extrañó, prefiero llamarlo por su nombre que, por papá, pero ahora siento la necesidad de decirle papá.

— Sobre el viaje a Canadá que no hice hace dos semanas para visitarte... Lo siento. — me disculpo mientras recorremos la casa de arriba abajo.

— Está bien. Debes tener tus propios motivos. Solo espero que hayan sido buenos.

— En realidad yo viajé a Los Ángeles. — Dominic se detiene en medio del pasillo y me ve.

Ayúdame a Sentir (Finalizada) Where stories live. Discover now