Ayúdame a Sentir (Finalizada)

Capitulo 10

Aina

Todos permanecen callados durante la cena. Ni la abuela, ni Even, ni Pol hacen el mínimo intento por comenzar una plática. Supongo que es por el pequeño enfrentamiento que tuvieron hace unas horas en el jardín.

Corto un trozo de carne y lo meto a mi boca. Even sujeta el tenedor y pica la carné intentando cortar un trozo. En un intento fallido golpea el cubierto contra la vajilla causando un estruendoso ruido. La abuela lo ve y le sonríe con cariño intentando decir que no se preocupe, en cambio Pol rueda sus ojos agarra los cubiertos y corta su carne intentando demostrar la forma correcta en que se utilizan.

Tomo el tenedor he imito la acción de Even golpeando un tanto más fuerte el plato de porcelana, ocasionando un sonido mucho más fuerte. Levanto la mirada y veo a Pol.

— Lo lamento Pol no quería incomodarte. Quieres mostrarme como es que se come correctamente.

Pol agranda sus ojos, abre su boca para hablar, pero al final no dice nada, sólo desvía la mirada.

Bajo mi mano hasta la pierna de Even y aprieto su muslo intentando hacer que no sé sienta incómodo. Me ve y regala una pequeña sonrisa. Even todo el tiempo me intenta defender de otras personas es justo que yo haga lo mismo.

— Aina no seas grosera. — dice la abuela.

— Pol es el que está siendo grosero con mi novio abuela.

— Aina... — advierte.

— Lamento la demora, pero el secretario Jon necesitaba avances del caso que tendremos la otra semana... En fin, espero que mi retraso no sea inoportuno.

— Claro que no Señora Meredith. — se apresura a decir Pol. Mamá le sonríe y se sienta a su lado.

En cuanto mamá vio a Pol se entusiasmó y recibió con apreció, incluso ordeno que cocinaran sus platillos favoritos. A veces creo que mamá lo trata más a él como a un hijo que a mí.

— Si eres tú la que odia la impuntualidad deberías respetar los horarios que tú misma impones en la casa. — contradiga la opinión de Pol.

Estoy segura que si yo hubiera llegado un minuto tarde a la cena mamá me hubiera soltado uno sermón sobre lo importante que es la puntualidad.

— Aina no deberías hablarle así a tú madre. Le debes respeto. — reprocha Pol con desaprobación.
¿Ahora Pol está del lado de mi madre?

— Este no es tu asunto Pol. No creas que porque todos te tratan como uno más de la familia tienes derecho a meterte en las conversaciones familiares. — Pol desvía la mirada. Al parecer mis palabras lo han lastimado.

— ¡Aina! Que sucede contigo, por qué le hablas así a Pol. Nunca antes le habías hablado así. Es tu mejor amigo y lo conoces de años. — habla mamá.

No es verdad, este no es el Pol que yo recuerdo. Eso fue hace años, éramos unos niños y solo jugábamos, reíamos, contábamos nuestros problemas y nos dábamos apoyo. Este Pol es diferente al que yo llegue a conocer.
No entiendo porque ahora todos se ponen de su lado, sé que le tienen cariño, pero en realidad no es miembro de la familia.

— Creí conocerlo, no es el mismo Pol que recuerdo. — Pol me ve sin creer mis palabras, parece realmente lastimado por lo que he dicho, pero no me importa.

— Even, querido, cuéntame alguna vez habías visitado Los Ángeles. — pregunta la abuela cambiando de tema. Intentando calmar la tensión de la situación.

— No en realidad no. Toda mi vida he vivido en Canadá y solo he visitado ciudades cercanas. Hasta hace unos años que Dominic me llevo a París, en realidad teníamos planeado venir a los Ángeles, pero decidió cambiar el viaje a Paris... Ese es el único país externo que he visitado. Sin contar que hace unos años me fui a vivir a New Haven por la universidad.