Capitulo 24

1K 97 10
                                    

Aina

— No vuelvas hacer eso Aina. — grita papá con furia. — Escapar de casa en las condiciones que tú ibas puede ser peligroso. — concluye.
Observo el rostro sonrojado de papá y no es precisamente porque se sienta apenado, sino todo lo contrario. Es por lo enojado que está.

Al llegar a casa papá me comenzó a sermonear por lo imprudente que fue salir de casa en condiciones inestables.
En vez de recibirme con un abrazo y darme consuelo me comenzó a regañar.
— Lo lamento papá. — digo cabizbaja.

Al principio tenía miedo de llegar y encontrar a mamá todavía aquí, pero después me tranquilice al notar que solo papá era él que se encontraba en casa y ahora me está regalando por mi acto imprudente.

— No vuelvas hacer eso. Moriría si algo te sucede. — habla papá interrumpiendo mis pensamientos. Los ojos cafés de papá muestran miedo. Miedo que no duda en demostrar.

Con una sonrisa lo abrazo.
— Gracias por estar de regreso en mi vida.

Al menos sé que si algo me llegara a pasar y vuelvo a perder mis sentimientos por otro golpe en la cabeza, papá se quedará a mi lado y no me mandara lejos para evitar escándalos en su vida laboral.

— Te amo mi cachorra y sabes que eres una de las personas más importantes en mi vida. Daría hasta mi último centavo por tu seguridad. — dice tiernamente. Sonrío viendo como Even ve a papá con amor.

Quién no se enamoraría de este hombre. Es tan cariñoso y sincero que hasta su más pequeña célula transpira amor. No entiendo cómo es que papá sigue soltero. Aunque por otro lado lo agradezco ya que no me gustaría compartir su amor con alguien más. Suficiente tengo con Even.

— Ahora señorita estás castigada. Ve a tu habitación y no salgas de ahí hasta mañana por la mañana. — papá cambia repentinamente su tono cariñoso por uno serio y demandante.

Por un momento creó que solo está bromeando, pero al ver qué no quita su rostro serio caigo en cuenta que está hablando muy enserio.

— Si papá. — tomo un porte serio y finjo estar triste ante sus regaños.

— Vamos Dominic no seas tan estricto con Aina. — interviene Even. Papá lo ve con los ojos entre cerrando y se cruza de brazos.

— Tu también estás castigado jovencito.

— ¿Qué? ¿Pero por qué? — Pregunta Even pasmado, sin entender porque papá lo involucra en algo que no está metido.

— Al igual que Aina saliste como loco a la calle, algo te pudo haber pasado, entiendo que querías ayudar a esta jovencita aquí presente, pero ese no era él modo... Dios, no sé qué hice para merecer dos hijos tan rebeldes. — habla papá con notable exageración.

— Pero...

— Nada de peros muchachito. Ahora, los dos están castigados. Nada de salir a divertirse por un mes. — demanda papá.

— Vamos pa' déjate de bromas. — habla Even divertido, pero papá no ríe.

— No es ninguna broma hijo, tú al igual que Aina estás castigado. Ahora a tu habitación. — sentencia papá con seriedad. Sin pizca de diversión como las otras veces.

Con un bufido Even da media vuelta y se marcha en dirección a su habitación.
Con cada escalón que sube murmura cosas que no logro entender. Es muy divertido ver a Even haciendo una rabieta. Parece un niño pequeño molestó por algún dulce que le han quitado.

— Tu también hija. A tu habitación. — habla papá.

No tengo problema con estar castigada por un mes. Es más, podría estar un año completo castigada y no tendría problema. No es como que tenga una vida llena de amigos que me necesiten para ir a fiestas o reuniones divertidas. Es más no tengo ni un círculo social al cuál unirme. Mi único amigo es Even.

Ayúdame a Sentir (Finalizada) Where stories live. Discover now