Prólogo

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Los Ángeles, 2010

Lo que para muchos es una hermosa noche, iluminada por la luz de la luna y llena de pequeñas estrellas en cada espació del cielo, para otros es un verdadero infierno.

El mundo está lleno de gente hipócrita, mala y repugnante. Todos fingen ser amables, solidarios y empáticos hacia los demás, pero la cruda y desgarradora realidad es otra.

Cuando necesitas de la gente que alguna vez ayudaste de forma cruel y despiadada se ponen una venda en los ojos y te dan la espalda. Cómo si nunca hubieras existido en sus vidas.

Tirada en el suelo de un callejón poco transcurrido soy golpeada brutalmente por tres compañeras de clase que alguna vez se hicieron llamar mis amigas.

Sollozos y ruegos apenas audibles provienen de mis labios suplicando que se detengan. Cosa que no hacen. Al parecer solo disfrutan más de mi dolor.

- Yane por favor detente. - suplicó para que deje de rasgar la falda de mi uniforme.

- He dicho que te calles. - grita propiciando una fuerte cachetada a mi rostro.

- Este es tu merecido por ir de chismosa con la profesora. - escupe Hani con odio.

- Lo siento, de verdad lo siento, juro que no volveré a decir nada, solo, déjenme ir. - cada palabra que sale de mi boca está más que desesperada por qué esto acabe, porque todo pare.

- Demonios Aina cállate. Tú maldita voz es irritante. - grita Ross pateando uno de mis costados.

El golpe es tan fuerte que saca todo el aire de mis pulmones. El dolor es insoportable. Toso un par de veces intentando recuperar el aliento.

Esto no debería estar pasando, en qué momento todo se volvió en mi contra... Hasta hace unos meses estás tres chicas eran mis mejores y únicas amigas en la preparatoria. Hacíamos todo juntas, desde pasar momentos divertidos en la escuela hasta ir de compras a tiendas comerciales.

Todo cambio en el momento en que un profesor me descubrió pasándoles el examen de matemáticas. Cómo consecuencia, mandaron a llamar a mi madre, le contaron lo sucedido y como siempre se puso histérica cuando me castigaron con una suspensión de tres días.

Las calificaciones eran lo más importante para ella y ya que mi castigo fue durante la semana de exámenes mi suspensión afecto mis notas.

A partir de ese día decidí que ya no me arriesgaría a qué otro profesor me volvía a cachar en la movida. Les dije a mis amigas que deberían estudiar por su parte ya que no les pasaría más las respuestas de los exámenes.
Su reacción no fue como lo esperé. Se molestaron conmigo y dejaron de hablarme de un día para otro.

Después comenzaron las burlas, los insultos y las golpizas en cada rincón de la escuela. Creí que hablando con un profesor todo mejoraría.

Primera equivocación. El peor error que pude haber tomado a mí parecer.

Todo empeoro desde entonces, las humillaciones en el salón de clases cambiaron a los pasillos de la escuela frente a todo aquel que recorriera el lugar, los insultos aumentaron y las golpizas se duplicaron...

Yane me sujeta de un brazo y Ross del otro mientras Hani saca una jeringa de su mochila llena de un líquido blanco.

- Dolerá un poco, pero prometo que después te sentirás mucho mejor. - dice Hani colocando la jeringa sobre la piel de mi brazo.

- No por favor Hani. - forcejeo para que me suelten, Yane y Ross me sujetan con más firmeza y sin más Hani pincha mi brazo izquierdo introduciendo alguna sustancia extraña a mi cuerpo.

Ayúdame a Sentir (Finalizada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora