Capítulo 10

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Cap. 10

Fue duro golpe para James la pérdida de Sylvia y mucho más para los hijos, especialmente para Peter.

Pero afortunadamente para el pequeño, James era de su más grande confianza.

El primer día que llegó después del deceso, la madre de Sylvia estuvo un tanto reticente.

- ¿Qué desea, señor Barrie? Todavía no hemos acordado el día de leer la última voluntad de mi hija. Pero yo puedo decirle sin temor a equivocarme que...

- No haga conjeturas, señora- dijo James.

Lo cierto es que los chicos salieron a recibirlo.

- ¡James! Entre, por favor.

Al ver lo que los chicos hacían, James asintió.

- Sólo vengo a estar un rato con ustedes. No tardaré.

Estuvieron conversando largo tiempo.

- Les prometí traer a mi ahijado Scott y lo traeré en cuanto pueda- añadió James.

Peter se abrazó a él y los demás hicieron un corrillo para preguntar mil cosas más sobre Neverlands.

- Nosotros creímos que ya lo sabíamos todo, pero creo que no- dijo Michael.

- Es cierto...quien ya lo sabe todo es Sylvia...su madre- musitó, melancólico.

La madre de Sylvia se conmovió al ver aquel cuadro y les pidió a los chicos que salieran un momento.

- ¿Nos pueden dejar a solas un momento, niños?

Los jovencitos se marcharon. James empezó.

- No quiero interferir en sus decisiones, señora. Pero su hija, antes de partir, dejó indicaciones sobre cómo debíamos compartir la custodia de los niños. Si quiere ver el documento...

- Seguramente usted se lo hizo firmar cuando ella ya estaba muy débil.

James negó.

- Usted bien sabe que Sylvia podía estar débil, pero físicamente. Su mente estaba lúcida y por su propia voluntad me lo pidió. – añadió con tono algo molesto.

La madre de Sylvia continuó.

- Está bien, siendo así, usted tendrá permiso de ver a los chicos determinados días de la semana.

- También me haré cargo de los estudios de ellos, en la medida de mis posibilidades- comentó James.

- Sí, pero no interferirá en las decisiones que yo tome respecto a mis nietos- insistió.

- Lo siento, pero...tengo todo el derecho como Sylvia y como usted de decidir por los chicos, mientras estén pequeños.

La señora asintió.

- Está bien...podemos ponernos de acuerdo en eso.

Llegó la hora de la comida. Los chicos se divirtieron mucho con él, hasta que se puso el sol.

Cuando James volvía a su casa, estuvo pensando en cómo se pondría de acuerdo con la señora para las decisiones sobre los chicos.

Sin embargo, poco podía imaginar en qué consistiría la sorpresa que le aguardaba.

Antes de volver, decidió ir a ver a su ahijado para saludarlo y comentarle sobre los chicos Davis.

Cuando llegó, la señora lo recibió con mucha alegría.

Nellie y JamesWhere stories live. Discover now