Capítulo 9

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Cap. 9

Sylvia volvió con James a la casa, con el rostro compungido.

- No se desanime, Sylvia...hay más médicos, además, es solo un diagnóstico, no es nada definitivo, si usted se cuida.

- No, James, no quiero falsas esperanzas- aseguró Sylvia.

El escritor la instó.

- No diga eso, Sylvia...no serán falsas esperanzas. Lo que pasa es que no ha visto Neverlands, por eso está fallando su confianza. Pero ya verá que pronto su fe se verá acrecentada...

Sylvia derramó un par de lágrimas. James besó su mano.

- Tiene usted demasiada fe...

- No, la suficiente para confiar en que todo saldrá bien. Por eso quiero que usted confíe...que tú confíes, Sylvia.

El tono tan cariñoso de James la confortó. La habría besado, de no ser porque ella se apartó y su enfermedad no se lo permitía.

En la casa, Sylvia se recostó.

- James...no insista...

- Quedamos que me hablarías de tú.

- Está bien, James...no insistas...- observó Sylvia.

- Lo haré mientras se pueda.

- Por cierto...-preguntó tímidamente Sylvia- ¿cómo es Neverlands? No puedo imaginármela, debe ser más hermosa de lo que me contó.

James la miró traviesamente y añadió.

- Te llevaré...te lo prometo...-sonrió débilmente.

Sylvia entrecerró los ojos y se quedó dormida.

James estaba en la sala con los chicos.

- ¿Cómo está mamá?- preguntó Michael.

- Hay esperanzas...-dijo James.- Todo saldrá bien.

- ¿De verdad?- preguntó Peter.

- Por supuesto, recuerda que todo es posible cuando tenemos fe.

Todos estaban de acuerdo y tenían confianza en lo que pasaría. Sin embargo, Michael llamó aparte a James.

- Señor Barrie...yo ya soy mayor, no me mienta, dígame la verdad. Yo lo entenderé.

James se conmovió de la actitud tan valiente del joven Davis.

- Michael...ya que eres un hombre te lo diré. Tu madre te necesitará más que nunca. Pero tú debes dar confianza y seguridad a tus hermanos, ¿lo harás?

Michael asintió.

- Tiene razón, señor Barrie. Pero, dígame, ¿cómo está realmente mi madre?

- Si escucha mis consejos, la salvaremos- dijo con seguridad.

El joven afirmó con la cabeza y dio una palmada al hombro del señor Barrie, aunque realmente quería abrazarlo.

Durante la noche, James sólo pudo pensar en cómo lograr que Sylvia tuviera confianza en lo que sucedería. Sin embargo, tenía que ver a un médico diferente.

Entonces se le ocurrió una idea. La pondría en práctica inmediatamente.

A la mañana siguiente, fue a ver a la familia Davis.

Nellie y JamesWhere stories live. Discover now