Capítulo 24

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Cap. 24

Después de lo que Peter había informado, James estaba desconcertado.

La reunión con Mary Alsenn y sus amistades se prolongó pasadas las doce de la noche.

Esta reunión había sido poco formal, simplemente algo de vino y charlas sin sentido.

Mary se limitó a elogiar más de una vez lo poco que conocía del trabajo de James.

Sin embargo, aquella reunión habría pasado para él sin pena ni gloria, de no ser porque encontró entre los convidados a alguien especial, de quien ya había logrado escuchar alguna ocasión: Sir Arthur Conan Doyle.

El hombre se acercó en primera instancia a Peter y éste le había informado de la presencia de James.

- La condesa invitó a mi amigo el escritor, quizás porque empieza a leerlo o tal vez por la influencia de Mary.

- Mary me desconcierta. Cada semana estrena un amigo. Espero que en el caso de James las cosas sean distintas.

- Eso espero, pero lo será. Mi amigo está enamorado de una joven maestra y de hecho estoy tratando de ayudarlo, ya que hay ciertos problemas con la familia de la muchacha.

- Qué pena. Platicaré con él en un rato.

- Ojalá puedan hacer buenas migas- sonrió.

Más tarde, Peter se volvió a su casa tras despedirse de James.

En la fiesta, sir Arthur se acercó a un cansado y un poco incómodo James.

- ¿Mr. Barrie?

- ¿Le conozco?

- Tal vez por nombre. Soy Arthur Conan Doyle.

James entreabrió los labios y saludó cortésmente.

- Señor Conan Doyle, es un placer y un honor conocerlo.

- Para mí también lo es. Sé por buena fuente que usted es un buen escritor y estoy deseando poder leer alguna de sus novelas.

- Será un gran honor. Yo estaba leyendo una, sólo que por cuestiones de tiempo y problemas personales, no he podido continuar- explicó James, tímidamente.

- No se preocupe, es un gusto saber que está leyendo. ¿Le agrada la reunión?

- Le soy franco: no frecuento este círculo. Es gracias al señor Scott y sus vínculos sociales que estoy aquí. Sin embargo, la condesa tiene un humor muy agradable.

- Así es ella. Y...¿ya conversó con Mary?

- Es una mujer encantadora, sólo que parece que conmigo se aburre un poco.

- Para nada, de hecho, ella me comentó que tras haberle visto en alguna ocasión, quería volver a saludarle.

- Pues agradezco la gentileza- siguió James.

Tras haber conversado un rato con sir Arthur, Mary llegó con una copa en la mano.

- Deja de aburrir a James. Arthur es así, comienza a hablar y no para.

- Ya me conoces, además estaba psicoanalizando al señor James, recuerda que estoy imitando a Sherlock.

- Y que lo digas; creo que he leído algunos de los episodios más de tres o cuatro veces...por semana.

Los tres rieron. Arthur se disculpó.

Mary se quedó al lado de James.

- Linda reunión, ¿no le parece?

- En efecto, sólo que yo no estoy muy acostumbrado.

- Pues ya tendrá tiempo porque pienso invitarlo al baile de caridad de la semana próxima.

- Me temo que no podré asistir- enfatizó James con serenidad.

- ¿Tan seguro está ya?- observó Mary, coquetamente.

- Lo que sucede es que...tengo algunos pendientes.

- Si se trata de trabajo, convenceré al señor Scott de que le dé permiso.

James pensó. "Si supiera la verdadera razón..."

- Haré lo posible- argumentó.

Mary estuvo conversando sobre su carrera y sus gustos. James asentía y parecía ser cortés. Sin embargo, llegó un instante en que notó que se hacía tarde.

- Tendrá que disculparme, es tarde y debo volver.

- Vaya, la Cenicienta debe estar preocupada porque su carroza se va a convertir en calabaza- ironizó.

- No juegue así. No soy de alcurnia pero no creo ser en medida de menor estatura que la gente que está aquí.

- Los nobles...los que siempre tenemos la costumbre de ver por encima del hombro al resto de la humanidad, ¿cierto?

James movió la cabeza.

- No lo dije por usted. De hecho, es una de las pocas personas que me ha hecho pasar un momento agradable en este lugar.

- Me alegra que haya sido así. En cuanto tenga boletos, se lo haré llegar con el señor Scott.

- Muchas gracias. Ha sido un placer- dijo besando su mano y saliendo del lugar.


Ya libre de la hipocresía de la aristocracia, James respiró hondamente y se volvió a su casa. Pero a la brevedad tenía que averiguar lo que estaba pasando con el supuesto compromiso de Nellie y Robert.


Al día siguiente, Nellie despertó temprano.

Revisó la carta y la guardó bien. Hubiera querido continuarla pero tenía que bajar a desayunar.

Cuando llegó a la mesa, encontré el periódico del día.

Y en primera plana vio la fotografía de James con Mary Alsenn.

- Entonces...todo era verdad- dijo con ojos cristalizados.

No había forma de corroborarlo. Pero era evidente. ¿Por qué no había cartas recientes? ¿Por qué ni el señor Scott se había acercado para hablar con ella? Todo tenía sentido.

Ocultó las lágrimas. La enfermera llegó para llevarla al jardín.

Ahí, pensó largamente sobre lo que tendría que hacer a partir de ahora.


Nellie y JamesWhere stories live. Discover now