Capítulo 16

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Cap. 16

La madre de Nellie llegó por ella. La joven empezaba a dormitar o al menos eso quería que su madre creyera.

Peter le comunicó.

- La señorita está algo cansada.

- Lamento darles tantas molestias- argumentó la señora.

- Para nada, nos agrada mucho su compañía.

- ¿Podría ayudarme a llevarla al carruaje?

- Por supuesto- dijo Peter.

La subieron al carruaje. Nellie trataba de ocultar su sonrisa.

Llegaron a la casa. Peter ayudó a bajarla. La señora agradeció de nuevo.

- No sé cómo pagarle que nos haya traído.

- No tiene nada que agradecer. Mañana nos veremos.

La madre de Nellie la dejó en su habitación.

La joven recordaba los momentos agradables al lado de James. Cada instante parecía ser el último. Ella sabía que no era eso, era solamente la ansiedad la que causaba tanta emoción.

Trató de acomodarse y de pronto, haciendo un esfuerzo por levantarse, sus pies respondieron. Logró apoyarlos y sostenerse por unos segundos, pero luego aguardó para poderse sentar y el dolor se apoderó un momento, pero pasó.

- Al menos- advirtió- ya siento algo. Ahora ya me siento mejor. Pronto le daré la sorpresa a James.

Aquella noche se quedó dormida al fin tras asegurarse de que su madre se había ido a descansar y redactó la cara para James.

"James, estoy tan contenta de haber ido contigo al teatro. Ha sido una experiencia maravillosa, he sido muy feliz y quisiera que el tiempo cuando estoy a tu lado, se detuviera. Te tengo una sorpresa para cuando nos volvamos a ver. Sonreirás y me darás esos besos dulces que sabes darme y que tanto amo. Pero sobre todo, la luz de tu mirada y la sinceridad de tus palabras.

Peter es un gran hombre y espero que sea siempre feliz, en virtud de toda la felicidad que nos está otorgando..."

Dejó la carta inconclusa para poder continuarla al día siguiente.

A la mañana siguiente, James se dirigió a la editorial.

- Buenas noticias, señor. Tenemos ya el primer tiraje de su libro terminado y este es el primer cheque.

La alegría de James era indescriptible.

- Muchas gracias, señor.

- Nada, déselas a su público que ya empieza a identificarlo.

James salió de allí dispuesto a hacer con ese dinero un gran regalo para Nellie.

Sin embargo, decidió averiguar qué podía ser ese gran regalo.

Mientras tanto, en casa de Nellie, la señora Parker había invitado a desayunar a Robert.

- Pasa, querido. Nellie está leyendo en el comedor.

La joven vio venir a Robert. Éste le dio un beso en la mano.

- Nellie, me da tanto gusto verte de nuevo.

- Nos vimos apenas la semana pasada- arguyó ella.

Robert asintió con un suspiro y añadió.

- Lamento que estés molesta pero creo que ya es momento de iniciar el tratamiento.

- Espero que funcione- decía fingiendo- empiezo a pensar que jamás me levantaré de esta silla.

- No digas eso, empezaremos a ir al balneario. Ya tengo las fechas, de hecho a eso he venido. Y también a hablar con tu madre de algo importante.

Nellie miró a su madre con duda.

- Es que le pedí que me ayudara en un asunto legal, con eso de que su padre es abogado.

- Ah, ya veo- aseveraba.- Bueno, los dejo conversar. Voy al estudio a revisar unas tareas.

La joven se marchó al estudio.

Desde ahí alcanzó a escuchar que Robert le proponía pedir su mano, quería que la convenciera para aceptarlo.

- Haré todo lo que esté de mi parte.

- Eso si yo lo permito- se decía Nellie internamente.

Continuó la carta un poco más.

" James, hoy no sé cómo hablarte...tengo miedo; Robert ha venido a hablar con mi madre y espero que no se pongan de acuerdo respecto a mí. Parece que se trata de otro asunto. Pero espero poder hacer hoy otra vez lo que quiero mostrarte cuando nos volvamos a ver. Te quiero y necesito.

Nellie Parker."

La joven siguió revisando algunos trabajos mientras esperaba el momento de ver a Robert para comenzar con el tratamiento.

Más tarde, Robert intentó hacer que moviera algunas veces las piernas, pero Nellie no estaba segura de querer hacerlo. Tenía temor de moverlas y que Robert llevara la delantera. Pero por otro lado, sabía que Robert era médico y ella quería recuperarse pronto.

Las movió sólo un poco y fingió sentir dolor.

- Ya es una ganancia, al menos sientes un poco de molestia.

- ¿Crees que es bueno esto, Robert?

- Seguro, verás que te sentirás mejor. En dos días empezaremos el tratamiento y deberás ir diariamente al balneario.

- Me alegro, por cierto, ¿sabes algo de tu amigo James?

- No lo he visto en mucho tiempo.

- ¿Y no te gustaría volver a verlo?

Robert miró a Nellie con duda.

- ¿No será acaso que tú quieres volver a verlo?

Nellie replicó.

- Es tu amigo, no tienes por qué hablarme de ese modo.

- Lo lamento, Nellie, no quise ofenderte.

- No te preocupes. Pero sólo quiero darme cuenta que como doctor, eres más humano.

En tanto James iba hacia la casa de Peter para llevar el regalo de Nellie. Pero cuando se dio cuenta, Robert salía de la casa de Nellie. James no comprendía qué estaba sucediendo ahí.


Nellie y JamesWhere stories live. Discover now