Bromas pesadas (2)

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 Harry se encontraba en la parte inferior de la casa, caminando de un lado al otro. Teddy se encontraba en la parte inferior de la casa, mareado de estar mirando a su padrino caminar por todos lados. 

-¡Basta!- exclamó el pequeño peliazul, sobresaltando a Harry.

-Sí, lo siento- se disculpa el azabache.

 Teddy se deja caer en el sofá, ya que su padrino vuelve a retomar la caminata. El peliazul enciende la televisión y se pierde en la trama de un programa animado que están dando. Mientras tanto Harry se dirige a la cocina y luego sube corriendo las escaleras.

 Llega frente a la puerta de su habitación, donde Ginny estaba encerrada. Toca una, toca dos, toca tres veces. 

-¡Vete!- grita ferozmente la pelirroja.

-Por favor, amor- habla Harry-. Solo quiero disculpar...

-¡Que te vayas, Harry Potter!- vuelve a gritar Ginny, interrumpiendolo.

-Lo siento, ¿sí?- intenta otra vez el azabache-. Sé que fue una broma muy pesada y lo lamento mucho, no quise asustarte- dice con voz tranquila.

 La puerta se abre de golpe.

-¡¿Asustarme?! ¡¿Que no querías asustarme?!- le grita en la cara, y él puede ver sus ojos cristalizados y su cara roja.

-Se supone que lo estaba cuidando y me quedé dormida, ¡y luego lo encuentro muerto!- dice exasperada-. ¡¿Cómo carajos esperabas que reaccione?! ¿Que me asuste y luego festeje el que es una broma? ¡Claro que no!

 Y pum, la puerta se cerró otra vez en su cara. Harry, resignado, bajó las escaleras en busca de una idea para que su novia lo perdone...la había cagado.

-¿Cómo te fue?- le preguntó Teddy, divertido. Aquel niño podía tener tan solo cinco años, pero tenía esa chispa de picardía Merodeadora heredada de su padre, que lo hacía muy travieso (sin contar que era hijo de Nymphadora Tonks).

 Pero Harry no pudo responder, cuando un grito desgarrador se escuchó de la parte de arriba de la casa. Ambos subieron corriendo, Harry avanzaba de a tres escalones, mientras que Teddy tenía que ayudarse con las manos para subir.

 El azabache tiró la puerta abajo, sin siquiera fijarse si podía o no abrirla manualmente, porque el grito de su novia fue de tal magnitud que le erizó los pelos de la piel. Al entrar en la habitación se podía ver un pequeño banquito de color blanco en el piso (roto) y una Ginny tirada en el suelo junto a él, con una pata del banco llena de sangre, en la mano, y una especie de herida circular en la pierna.

 Con esa imagen podías saber que se había caído, el banquito se había roto y, de alguna manera, una pata de este se había clavado profundamente en su pierna. Además podías ver que, erróneamente, la pelirroja se había quitado el objeto que ocasionó la herida, haciendo que perdiera más sangre.

-¡Ginny!- Harry se acercó a paso apresurado y se arrodilló junto a ella.

 Teddy llegó a la habitación y la imagen que encontró lo hizo pegar un grito. Nada podría estar peor.

-¡No mires, Edward!- le digo Harry, haciendo que el niño volteara de inmediato.

 El azabache rompió su remera e hizo un torniquete en la pierna de Ginny y luego la cargó con rapidez, mientras ella hacía extrañas muecas por el dolor. Empujó un poco al niño para que se apresurara a bajar las escaleras y pensó en si sería prudente aparecerse en San Mungo y luego volver por Teddy.

-Teddy, quédate en el sillón, no te muevas a menos que haya fuego o...haya un ladrón, en ese caso usas la chimenea y vas a la madriguera...no, mejor sales afuera y...no...¡demonios!- quería apurarse y salir de allí, pero al mismo tiempo no podía dejar a su "hijo" a la deriva.

 Entonces cuando ya se estaba exasperando y se acercaba a la puerta de salida, Ginny comenzó a reír incontrolablemente. Harry la miró extrañado y Teddy se acercó a ver qué ocurría.

-¿Es una faceta del dolor? ¿Te ríes para no llorar?- pregunta el azabache, al cual el cerebro ya no le funcionaba más de tanto pensar.

-¡No!- exclama la pelirroja entre risas-. ¡Es una broma!- dice aún más divertida.

 La cara de Harry pasó de una de preocupación a una de confusión, para luego terminar en una seria con el ceño fruncido.

-¡Estás demente!- le reclama el azabache.

 Ginny se pone de pie y sonríe con malicia.

-Ahora sabes lo que se siente, querido- dice y toma la mano de un Teddy entre confundido y divertido, para caminar hacia la sala-. Por cierto, ahora estamos a mano- agrega, riendo.

 Harry sonrió levemente. No porque le pareciera divertido, sino por alivio.

 Si te metes con la reina de las bromas...pues te aguantas.

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¡Hola! Aquí la otra parte del OS anterior. Espero que les guste y, si es así, no se olviden de votar y comentar.

Sé que no me esperaban, but ¡aquí estoy! ¡Y es miércoles! Lo sé, lo sé...es un milagro.🤣🤣

(PD: El 31 habrá actualización especial, solo por ser el cumpleaños de mi bebé Harry)

Gracias por leer! Los amoo! Bye!

GinWeasley1.❤

One-Shots | Harry x Ginny.Where stories live. Discover now