One-Shots | Harry x Ginny.

¡Maldito cabello de Harry!

 El pequeño Teddy de seis años se encontraba en su habitación, el niño leía un libro que le había regalado su mejor amiga Victoire Weasley. Estaba muy entretenido leyendo, hasta que escuchó algo que le llamó la atención.

 Teddy dejó su libro en su cama y se dirigió al lugar de donde provenían los quejidos de dos personas. Bajó por las escaleras, venía de la cocina. Se asomó sin querer ser visto, y los vio. Su padrino, Harry Potter, se encontraba sentado en uno de los bancos de la cocina; mientras que su madrina, Ginny Potter Weasley, se encontraba parada detrás de él. Lo estaba peinando, o...lo intentaba.

-Auch! Ginny que tires no hará que se quede peinado!- le reclamaba Harry.

-Lo siento- se disculpó la pelirroja, pasando el peine una y otra vez.

 El pequeño peliazul contuvo su risa, sabía que el cabello de su papá número dos era imposible de peinar. Se le hacía gracioso que Ginny lo intentara siquiera. Los siguió observando divertido. La pelirroja pasaba una y otra vez el peine, pero nada, el cabello volvía a su posición original. 

-Gin, es imposible! Nadie a podido....- decía Harry.

-Esto es personal ahora!- exclamó Ginny, con frustración.

 Si Ginny Weasley tendría que definirse en una palabra, sería imposible porque ella era demasiadas cosas, pero sin duda perseverante sería una de las palabras. Ella no era una persona que se rindiera fácilmente, eso podía ser genial en muchos aspectos, pero en este momento sin duda no lo era. Al menos eso pensaba Harry, quien después de estar sentado casi dos horas en aquel banco ya le dolía cada parte de su cuerpo.

 Al cabo de unos minutos, Ginny lanzó un suspiro frustrada. Harry y Teddy la observaron tomar su varita, y luego la apuntó al cabello del chico. El cabello azabache y descontrolado de Harry se peinó repentinamente, pero para desagrado de la pelirroja no duró más que dos segundos.

-¡Esto tiene que ser broma!- exclamó fastidiada, Harry no se contuvo y comenzó a reír mientras se ponía de pie.

-Lo siento amor, pero te dije que era una pérdida de tiempo- le dijo Harry, mientras negaba con la cabeza.

-Voy a raparte, está decidido- dijo Ginny, yendo hacia las escaleras. 

 Harry, con la cara pálida por lo que acababa de oír, la tomó del brazo. Luego la subió a sus hombros, como cuando los verduleros llevan las bolsas de papas, y rió. Ginny pataleaba y sacudía sus brazos para que la bajara, ella odiaba que le hicieran eso.

-¡Bájame, Potter!- le exigía Ginny.

-¿Para que extingas mi hermoso cabello? Ni lo sueñes- le respondió divertido.

 Harry solo se reía, ella solo pataleaba. Él avanzó hacia la sala con ella aún a cuestas. Allí se encontró con un muy divertido Teddy, quien los miraba con brillo en los ojos. El pequeño reía y reía, lo que provocaba en Harry la misma risa.

-¿Estabas espiandonos?- le preguntó el azabache tranquilo, como si no tuviera a una persona en su hombro. Teddy asintió.

-Entonces, ¡tú también mereces que te cargue! ¡Por entrometido!- le dijo Harry, tomándolo por sorpresa.

 Ahora Harry tenía a Ginny sobre uno de sus hombros y a Teddy del otro. Ahora los tres reían, Teddy también pataleaba un poco, mientras que Ginny ya había parado. Eran una familia feliz.

 La puerta de entrada se abrió, Ron y Hermione entraban por allí. La pareja Granger-Weasley tenía llaves de aquella casa y ahora ambos estaban parados en la puerta. La castaña y el pelirrojo primero miraron extrañados y confundidos la escena, pero luego al verlos reír solo comenzaron a reír con ellos.

-¿Qué es lo que ocurre aquí?- preguntó Hermione, notablemente divertida con la escena.

 Harry bajó a Teddy, quien fue a saludar a los recién llegados. Pero a Ginny no, lo que ocasionó un reclamo por parte de la pelirroja, y risas de los demás.

-¿Intentaras pelarme?- preguntó Harry a Ginny.

-No- respondió como niña chiquita.

-Buena chica- le dijo bajandola.

-¿Ibas a pelarlo?- preguntó Ron sorprendido, pero divertido.

-¡Ni con magia su cabello se peina! ¡Ahora tengo un problema personal!- exclamó Ginny, Hermione se rió.

-Nunca dijiste que no te gustara mi cabello, Ginevra- dijo Harry, con fingida indignación.

-Ay, mejor callate!- le reprendió, rodeando los ojos.

 Harry se rió y la besó, sin siquiera importarle que Ron, Hermione o Teddy estuvieran allí. Pero funcionó, el beso la calmo, como si nu hubiera pasado nada. Luego simplemente se quedaron tomados por la cintura.

-¡Ustedes no cambiaran más!- exclamó Ron.

 Y después de una mirada cómplice entre Harry y Ginny, los cuatro adultos seguidos de un divertido Teddy, se fueron a la cocina. Las risas se escuchaban por toda la casa. Al final pasaron un día divertido y todo por el ¡Maldito cabello de Harry!

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Hola! ¿Cómo están? Espero que muy bien! Espero que les haya gustado mucho, porque a mi no me ha convencido del todo...pero bueno, es lo que hay. No sé, lo tenía planeado hace mucho y bueno no lo sé, estoy en una crisis jajaja. Pero bueeno, no se olviden de votar, comentar, seguirme y leer mis demás historias! Gracias a todos por leer! Los amoo! Bye!

GinWeasley1.😂❤