One-Shots | Harry x Ginny.

Difícil.

-¿Abuelo?- preguntaba una niña pelirroja, quien estaba entrando en la cocina. Se podía ver a un adulto de espaldas.

-¿Qué ocurre, Ginny?- inquirió el hombre, volteando a verla. Él estaba triste, ella lo notaba en su sonrisa y ojos, que aunque para muchos se vieran felices, la pequeña notaba la tristeza que el hombre de cincuenta años trataba de ocultar.

-¿Me acompañas? Quiero decirte algo- pidió, tomando su mano. Él la miro confundido, pero la siguió.

-¿Qué quieres decirme, pequeña?- le preguntó a su nieta más pequeña, con curiosidad.

-¿Cómo era ella?- inquirió la niña, viéndolo a los ojos. Al principio no comprendió, pero a la fecha en la que estaban se dio cuenta de que hablaba.

-Hermosa- respondió con simplicidad, mientras una pequeña sonrisa se formaba en su rostro-. Era igual a ti, solo que sus ojos eran de un marrón chocolate y los tuyos son avellana. Idéntica a tu madre, pero con más pecas- agregó, ensanchando levemente su sonrisa. A la pequeña se le iluminaron los ojos.

-¿Puedo preguntarte algo?- volvió a pregunta, mirandolo a los ojos, como si quisiera ver dentro de él.

-Tú pregunta, yo respondo- le contestó, provocando la sonrisa de su nieta.

-¿La querías? ¿Ella me querría a mí?- se notaba un ápice de inseguridad en su voz, como si aquella respuesta fuera de lo más importante para ella.

-La amaba, la amo- respondió-. Sabes, cuando tu abuela murió, una parte de mí se fue con ella, murió tan solo hace siete años, dos meses antes de que nacieras- ella notó como, con cada palabra, su abuelo perdía la facilidad del habla y simplemente hablaba entrecortado-. Todos quedamos devastados, tu madre lloraba, porque ella no te iba a conocer- la miró unos momentos, con una mueca triste.

 A la pequeña se le aguaron los ojos, pero su abuelo no lo notó.

-Yo quedé devastado, y me atrevería a decir que fui quien más sufrió, porque al morir tu abuela se llevó todo lo que yo era con ella- suspiró. Vió a su nieta, la cual soltaba pequeñas y silenciosas lágrimas.

-Tranquila, Ginny- la abrazó por los hombros.

-Es que...es horrible- se lamentó la niña-. ¿Por qué la vida es tan injusta? ¿Por qué la muerte se llevó a mi abuela si ella era buena y te hacía feliz?

 El hombre se lo pensó, realmente se hacía las mismas preguntas, pero no había encontrado respuesta.

-No lo sé, pequeña- le dio un beso en la frente-. Pero de alguna forma la vida me recompensó su muerte, mis hijos y mis nietos- le sonrió con un ápice de tristeza-. No creo que sea reemplazable lo que me quitó, porque hasta el día de hoy lloro su muerte, pero al menos tuvieron piedad de mí y me dejaron pequeñas distracciones.  

 La niña se abrazó más a él, como si quisiera librarlo de todo sufrimiento.

-Abuelo- lo llamó, luego de que sus leves espasmos provocados por el llanto terminaran.

-Dime.

-¿Estuvieron mucho tiempo juntos?- le preguntó.

 El hombre suspiró. -Nunca es demasiado tiempo- respondió con sinceridad-. ¿Ves cuando dicen que las personas quieren envejecer juntas? Bueno, eso hicimos. Nos conocimos a los once, yo tenía once y ella diez- sonrió-. Lo increíble de ella, es que nunca cambió, y créeme que hacer eso es muy difícil. Ella vivía la vida, como si fuera fácil siempre, aún cuando no lo era...- la niña también sonrió, encantada con la idea que tenía de su difunta abuela-. Podría haber vivido así para siempre, pero la vida tenía otros planes. Pero créeme cuando te digo, que tu abuela disfruto cada momento, por más pequeño que fuera, e hizo que yo lo disfrutará junto a ella, porque era una luz, mi luz- terminó su abuelo.

-Gracias- dijo la niña.

-¿Por qué, Ginny?- preguntó, confuso.

-Por hablarme de ella- ambos se sonrieron-. ¿Cómo se llamaba?- inquirió.

-¿Cómo es que no lo sabes?- se veía realmente sorprendido. ¿Acaso su hija nunca había hablado de su madre? ¿Acaso los hermanos de Ginny tampoco? ¿Y sus otros hijos? ¿Sus demás nietos? Nadie hablaba de ella, o solo...

-Mamá me dijo, "Me gustaría decirte tantas cosas de mi madre, pero primero, debes preguntarle al abuelo sobre ella, sin duda era quien más la conocía y en mi opinión, es algo que él merece contar". Mis primos tampoco saben mucho, pero tienen miedo de preguntar, ya que eso te podría poner triste y todos te amamos, no queremos verte triste- le explicó Ginny.

-Oh, ya veo- suspiró-. Supongo que habrá que organizar una cena, para hablar de ella- hizo una mueca de incomodidad, era claro que esa idea no le agradaba del todo. Ella sabía que su abuelo era un hombre algo tímido y que no le era fácil hablar de sus sentimientos, menos frente a tantas personas y sobre un tema que realmente le ponía triste-. Ella se regodearía de mí si me viera decirles a todos como me siento, decía que yo era "un ser poco expresivo que la deprimía"- él rió, sorprendiendo a su nieta-. Era muy bromista...

-¡Abuelo! ¡Su nombre!- la pequeña estaba fascinada con la repentina alegría de el hombre a su lado, pero este se estaba desviando del tema.

-Ginevra Molly Potter, Weasley de soltera- le respondió.

-¡Como yo!- exclamó sorprendida.

-Sí, tu mamá lo eligió por ella, y déjame decirte que es un hermoso nombre- le contó. Ante el halago la pequeña se sonrojó.

-¡Harry! ¡Ginny! ¡Vamos a cantarle el cumpleaños a Albus!- les dijo una Hermione adulta, mientras se acercaba a ellos, la niña corrió hacia adentro.

-¿De qué hablaban?- preguntó Hermione, con notoria curiosidad.

-Sabes, la curiosidad mató al gato- se rió Ron entrando en la conversación, Harry también soltó una risa.

-Hablábamos de su abuela, hablábamos de Gin- respondió el azabache, sonriendo. Hermione sonrió nostálgica y lo abrazó, al igual que Ron.

-Es difícil, ¿saben? Pero se siente bien hablar de ella con alguien-  caminando hacia el patio de la casa, donde se encontraban todos reunidos para cantarle el cumpleaños a Albus Severus Potter.

-Estamos contigo, hermano- le dijo Ron. Hermione asintió de acuerdo.

-Lo sé, gracias.

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GinWeasley1.❤