Capítulo veintiséis

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Gastón:

Regresé a clases con las manos aferradas a mi mochila, los pasillos todavía estaban llenos, diviso a Liam justo delante de la puerta de mi salón, alza la vista yal verme extiende sus manos dejando algunas palmadas en la espalda.

— Pensé que no vendrías.

La verdad pensé que sentiría un gran alivio estando aquí después de un mes pero la diferencia era bastante teniendo en cuenta de que las responsabilidades ahora eran mas fuertes.

— Tenía que hacerlo.

— Solo evita hacer de las tuyas, ya sabes, controlarte a la hora de planear algo cojonudo.

Mirando a Liam esbozo una sonrisa de oreja a oreja, algo que extrañaba de estar aquí era justamente eso, encontrármelo en los pasillos, echarnos los ultimas noticias y luego ir al aula para intentar prestar atención a lo que sea que dicen los maestros.

Admito que apenas y había escuchado que decía, pese a que Liam estaba a mi lado no pude evitar distraerme con el teléfono, sorprendentemente no pude ser pillado. Aquella estrategia de esconderlo dentro de mi estuche de lapiceros, había funcionado.

— ¡Deja eso!— Liam reprende en un susurro. Yo giro mis ojos.

Hasta ese punto ya había logrado abrir casi todas mis redes sociales y digo casi porque solo me faltaba una. Instagram.

Abro la aplicación y presionando la opción nuevas noticias espero unos segundos, la primera fotografía en salir es la de un tío comiendo solo verduras ¿A quien cojones le gustaría que lo priven del pollo?

Deslizo mis dedos en la pantalla y lo siguiente que me llama la atención es una fotografía de Miami, mis ojos viajaron hasta la autora y al ver de quien se trataba mis ojos se agrandan.

Me quedé paralizado observando la imagen y luego de unos minutos me decidí por dejar algún comentario.

«Pásatela bien, te lo mereces »

Y con esto, apago mi teléfono decidido a guardarlo en uno de mis bolsillos pero antes de hacerlo mis ojos chocan con la profesora de Inglés, ella agudiza su mirada por debajo de sus gafas y luego se encamina a mi dirección.

Deshago el nudo que tenia en la garganta con brusquedad mientras escucho la voz de mi mejor amigo.

— Te lo dije.

— ¿Qué se supone que está haciendo?

— Solo me disponía a ver la hora.— respondo nervioso.

— ¿Para ver la hora usted se demora treinta minutos?—ataca.

Me quedé en silencio sintiendo la mirada de todos mis compañeros encima de mí.

— Deme ese teléfono, Castillo, será decomisado hasta fin de curso.

«Oh santa mierda»

No tuve mas opción que obedecer, le extendí el teléfono y luego se marchó regresando a su pupitre.

Horas después la clase terminó. Caminé por los pasillos de la universidad deteniéndome en mi bloque.

— ¿Buscas algo?— escucho su voz a mis espaldas.

— A ti.— ella no se esperaba eso, sus mejillas se encienden y entonces sonreí de lado.— ¿Nuevamente nerviosa?

— ¡Claro que no!—lo niega.

— ¿Te llevo a casa?—le propongo.

— Esta bien.

Me sentía bien caminando a su lado, sentía mil emociones vagando por mi mente siendo incapaces de detenerse, porque cuando la veo directamente, inmediatamente se activan todos aquellos sentimientos de amor y cariño, no me hacia falta nada mas, solo estar con ella.

Amor de mentira [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora