Capítulo veintitrés

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Ada:

Habían sido catorce días llenos de emociones, empapada de felicidad, empapada de miedos, una mezcla difícil de fusionar pero no imposible de hacerlo, cuando le pregunte a mama si había ido a la universidad, su primera reacción fue negármelo, la segunda fue justificarse, creando un resumen bastante ilógico, porque si de algo estaba completamente segura, era de que nadie sabe lo de nadie, somos personas distintas, físicamente, emocionalmente, pero iguales en nuestros derechos, talvez me impacto su manera de decirlo, tan calmada, sin una pizca de remordimiento.

— ¡Se lo merecía, Ada!

— ¿Tú que sabes de eso? ni siquiera lo conoces.— lo defendí.

— ¿Y tú sí?— replicó.

— No tenía ningún derecho, menos de hacerlo a mis espaldas, de todos los escenarios en los que te imaginé, este mamá, este a sido el peor.— salí de la cocina contrariada.

Sabia que esto le dolía, lo sabia porque pude verlo a través de sus ojos, sin embargo, no intente siquiera detenerme a la hora de hablar, sentía la obligación de hacerle saber mi punto de vista. Con papá no hubiera pasado esto.

Ese día llame a Barry para contarle todo lo que había sucedido.

—¿Me estas diciendo que tu mamá hizo eso?— cuestiona pasmada al otra lado de la línea, yo torcí mi boca por lo enfada que estaba.

— Eso no es todo.

— ¿Hay mas?— dijo cansina.

— Lo amenazó con llamar a la policía si se volvía a acercar a mí.— solté un bufido.

Barry no podía creer ni media palabra de lo que decía, aquello fue realmente bochornoso y doloroso a partes iguales, desde el accidente no hemos cruzado muchas palabras, había sido complicado ya que ella y yo no pertenecemos a la misma carrera, sin embargo, hoy lo hice, la llamé porque extrañaba su voz aguda y su risa animada, esa que me llenaba por dentro luego de un chiste mal contado o de una experiencia graciosa.

Olvidando toda la discusión con mamá, me dispuse a estar mas tranquila, al menos en lo que dure la llamada.

— ¿Cómo te va con Liam?— soltó un suspiro.

— ¿Tú que crees? a veces siento que cuando esta dispuesto a dar un paso conmigo, se arrepiente y termina soltándome, como si en el fondo no deseara que caiga junto a él, es como si se negara rotundamente a recibir mi ayuda, talvez por orgullo.

No hizo falta una palabra de mi parte para entenderlo todo, quizá es la primera vez que Liam siente algo por alguien, quizá tan solo necesita tiempo para asimilar y aceptar lo que esta pasando, quizá solo desea estar seguro antes de dar un paso en falso.

— Talvez solo no quiere equivocarse.

— ¡Es que no entiendo! — gimió— yo también tengo miedo, yo también siento.

— No todos somos capaces de darle todo a una persona, algunas veces el temor te limita, pero eso no define lo que sientes, simplemente esperas a tener un poco mas de convicción para dar ese paso.

— Yo lo quiero, Ada.— su voz se entrecorta. Bajé la mirada al suelo deseando estar con ella ahora mismo, abrazarla y decirle que todo estará bien, porque estaba segura de que después de la tormenta viene la calma, estaba segura de que Barry encontraría esa calma y por mucho que me duela verla así no iba a esquivar sus palabra, sino que las atraparía para encontraría una salida junto a ella.

— Cuéntame algo Ada ¿Todavía sientes algo por Gastón?

Me removí un poco incomoda bajo las sabanas, recuerdo el día en que le confesé aquello diciéndole que me sentía atraída por alguien que había conocido en Facebook, pronunciando cada palabra con dificultad, disipando cada nudo en la garganta con la única intensión de liberar lo que tenia adentro.

Amor de mentira [✔]Where stories live. Discover now