— Tranquila, fue una sugerencia de tu libro favorito, no haré nada que no quieras. — se acerca nuevamente y besa mis labios. — Me debo ir, aún tengo que resolver varias cosas con respecto a la seguridad. Te veo más tarde.
— ¿Para cuándo dejaréis lo de Casey? — le susurro algo alarmada.
— No pasará de mañana, hoy debemos plantear la estrategia. No podemos ir desnudos para allá, sería un peligro. — añadió besando mi frente.
Neil tiene toda la razón, no quiero que la bruja arpía de Jaqueline le haga daño.
— Entonces ayudaré a Wells en todo lo que pueda.
— Esa es mi pequeña.
Lo vi dirigirse a la puerta y entonces mi corazón comenzó a aporrear con una velocidad casi frenética. Oh Neil, cuidate mi amor. No soportaría perderte justo ahora, ahora que me encontré a mí misma, ahora que estoy segura al cien por ciento que te amo.
— Dime ¿qué tienes Henry? — añadí girando una de las sillas para colocarla a su lado.
— Reviso todos los planos de carreteras en Londres. Si ha sido Jaqueline quien secuestró a Casey, deben estar aún en la capital. No han tenido tiempo alguno para huir y la policía se ha tirado a las calles. Lo están revisando todo. Alan está como loco. — añade el pelirrojo mirándome con aquellos ojos azules celeste asustadizos.
— No te preocupes, te mantendremos lo más alejado posible de esto.
— No prima, yo quiero participar. Aún le debo un favor bien grande a las féminas de este mundo. — le miro confusa. — Le juré a Jinny que le pegaría un balazo en los huevos al cabrón de William Edwards. — añadió esta vez con una furia apenas contenida.
— ¿Te gusta?
— ¿Qué? — mi pregunta le tomó totalmente por sorpresa.
— Jinny, te vi ayer en la habitación leyéndole un libro. Actuando de psicólogo, fuiste de gran ayuda. Hoy está mejor...
— Es una chica muy buena, no merece lo que le sucedió. Eso es todo.
— No seas tan idiota como yo. Esos hermanos me pregunto yo de donde habrán salido. Son pura miel, caricias y ternura. — le sonreí mientras este me observaba cabizbajo y con una media sonrisa.
— Sí ¿eh?
Tras ayudar a Jinny en unos papeleos, revisar con Wells nuevamente sus heridas. Hacer conteo de medicinas, sueros, inyecciones y jeringas, pasamos a las armas. Las pulimos, comenzamos a armarlas. Hicimos un previo intento de cuenta y John trató de enseñarme a dar en el blanco.
Anastasia Steele estaría orgullosa de mí.
— ¿Cómo estás con todo esto?
— Estaba preocupado, muy preocupado...
YOU ARE READING
Amarte en silencio (Completa)
RomanceTe amo desde que tengo memoria.Te amo desde que éramos niños. Mientras yo te he amado tanto, tú no me ves.Yo soy invisible. Mientras a cada año mi amor por ti crecía más y más para tus ojos yo seguía siendo invisible. Aunque me tuvieras en frente...