Cap 12 (B)

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(Austin)

Solo llevaban unos minutos en el coche, que  parecieron horas, debido al silencio incómodo que los rodeaba. Ninguno de los dos se atrevía a iniciar la conversación, ni siquiera tenían el valor de mirarse.

—Estás hermosa— se arriesgó Austin, intentó tomar la mano de ella, pero Mack rehuyó su contacto.

—Eso ya lo habías dicho— murmuró.

—Lo siento, no lo controlé.

Quería quedarse callada, no decir más, pero eso era como pedir que lloviera en dirección contraria.

—Ni siquiera sé por qué estoy usando maquillaje y una...una falda— se miraba con impresión y algo de susto—.No debería estar aquí, ¿Me explicas por qué lo estoy?

—Estuve muy ocupado estos días y temía que si te lo decía, no vendrías.— Explicó con ganas de que se entendiera su excusa.

—¿Por qué no iba a querer acompañarte a una simple celebración relacionada con tus padres?— Respondió, esta vez mirándolo.

—Es que...—negó—  no vamos a... lo que te dijo tu madre— terminó, después de intentar y no recordar con claridad la coartada. Si las cosas estaban saliendo como esperaba, ella probablemente no iba a reaccionar bien.

Abriendo los ojos con sorpresa, se dirigió a él.

—Bien, ahora tengo otra pregunta: ¿A dónde, vamos? ¿Qué está pasando contigo? ¿Desde cuándo tanto misterio?

—Desde siempre niña— se burló, sin permitir que ella escuchara eso.

Revolvió su cabello, creando la típica escena de "estoy frustrado". Lo cierto es que nada le estaba divirtiendo más que la cara de desesperación que pertenecía a ella.

—Me gusta una chica— explicó serio— ella, es la razón por la que...

—Ahora me evades— completó sintiendo un sabor amargo en su boca.

—No te estoy evadiendo, solo, no quería que las cosas se confundieran...ya sabes— la miró con arrepentimiento para luego agregar— no supe que más hacer, lo siento.

—Aún no respondes mi pregunta— continuó.

—Tengo una cita y... te necesito—.Si algo sabía él, es que esta chica era demasiado obvia, aún no entendía cómo, un estúpido como ese, podía ignorar algo tan simple como esto.

—Bien— se encogió de hombros.

—¿Hablas en serio?— contestó preocupado.

—Sabes que siempre te he apoyado. Siempre—. Recalcó— lo único que me disgusta, es tu falta de sinceridad últimamente.

—Lo sé, ha estado haciéndome sentir culpable todo este tiempo. Voy a arreglarlo, lo prometo.

—Necesito detalles.

—No hasta que lleguemos, falta poco.

—Eso no es justo— de inmediato se quejó.

—Nada es justo— rebatió.

Solo unos minutos más, el auto se estacionó dentro de un lujoso edificio.

—Ahora. ¿Qué hacemos?— La intriga estaba empezando a hacerle compañía, pero él no se molestó en contestar, solo buscó algo dentro de su mochila y la volvió a su lugar.

—Tienes que usar esto— ofreció una tela negra—.Toma, cubre tus ojos— volvió a invitarla a tomar lo que sostenían sus manos.

—¿Por qué? No voy a usar esa cosa— miró con desconfianza el retazo.

Do no trust meWhere stories live. Discover now