Cap 2

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"Hay un delicado equilibrio entre honrar el pasado y perderse en el"

(Eckhart Tolle)

AUSTIN

Lagrimas corrían por sus ojos y eso le molestaba mucho, tanto que el rugido de su moto le hizo saber que si seguía así pronto iba a estrellarse, pero eso ya no le importaba, así que siguió su destino dejando que la brisa azotara fuertemente su cara en un vano intento de  hacer desaparecer las  lágrimas que se deslizaban por sus mejillas, o incluso sus sentimientos.

Y es que... jamás en su vida había llorado y menos por una mujer, pero había llegado su hora y le parecía que era lo más tormentoso que a lo largo de sus 24 años de vida se había encontrado.

Corrió lo más que pudo en su Ducati scrambler 1100 y no bajo la velocidad hasta que logró ver a lo lejos la casa que a su parecer era la más bonita que había conocido. ¿Por qué estaba tan seguro de eso? Porque siempre, al salir de allí notaba la diferencia, conseguía encontrar un poco de paz mental y eso era justo lo que necesitaba. Estaba seguro de que aquella pelirroja podía ayudarlo nuevamente con aquello, necesitaba que todo el lío que había en su cabeza se acabara o al menos que disminuyera para que pudiera pensar.

Al bajar notó la ausencia de Jack (el labrador que siempre lo recibía), aun así solo se sentó en las escaleras a respirar hondo antes de entrar, el sonido de la puerta al abrirse le deja claro que no será necesario hacerlo.

Al minuto, ella está sentada a su lado, lo abraza y él corresponde poniendo su brazo sobre su hombro izquierdo, besa su frente de forma cariñosa y apoya la suya sobre su melena rojiza que se encuentra suelta.

—¿Estás bien?— se atreve a preguntar después de oír un suspiro cargado de cansancio.

Se aparta un poco de ella, mira hacia el cielo intentando estar calmado pero parece tarea difícil, así que mira a su acompañante que se encuentra preocupada, sonríe y al instante sus ojos se vuelven agua.

—La vi— frunce el ceño que ahora está tembloroso por el dolor que siente al decirlo.

Emily suspira entendiendo de que va todo, envuelve nuevamente sus brazos en su cuerpo y deja que él se desahogue, sin importar cuan mojado pueda quedar su pequeño sweater, realmente está impactada al verlo así. Esta era la primera vez que lo veía llorar.

—¿Y cómo fue?— lo animó con voz suave y pausada.

—Peor de lo que imaginaba— contesta aún afectado sin despegarse de ella —.Ella.... ella...—intenta pero su voz no le permite más, así que solo le pide que se calme.

Al cabo de un rato lo consigue, la suelta pero mira al frente con la mirada perdida. A su vez ella se acerca para limpiar sus lágrimas y entra por un café.

—Toma— le ofrece, vuelve a sentarse y observa detenidamente como sorbe el líquido oscuro.

—Fue muy extraño sabes...me recibió, me abrazó, me besó y por primera vez me hizo sentir como si me amara— se oyó una carcajada seca, seguida de un gesto de negación —es horrible. Sentir felicidad, nerviosismo, ira, agradecimiento, enojo al mismo tiempo es, horrible, y peor aún tener que ocultarlo —vuelve a tomar de su taza y continúa— te juro que es lo peor que me ha pedido hacer.

—Entonces no lo hagas— suplica—por favor, Austin, cuando sabes que algo te hará daño simplemente lo evitas, no por miedo, sino por respeto a ti mismo—.Mira hacia el frente, hasta que su vista limita con el bosque que hay después de la carretera y permanece pensativa— te quiero como si fueras mi hermano mayor o incluso mi otro padre, me duele verte así, pero no pierdo la esperanza de verte cambiar la vida que llevas— concluye.

Do no trust meDonde viven las historias. Descúbrelo ahora